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Dead Head Fred

Dead Head Fred

PSP pierde la cabeza

Una mañana te despiertas, tú, Fred Neuman, un inteligente detective privado, y te das cuenta de que lo que antes era tu cabeza es ahora una cubeta con tu cerebro y ojos malamente colocados, colgando. Te han matado y has resucitado, has vuelto a la vida por obra y gracia de un anciano doctor y ahora tu cabeza es intercambiable. Alguien tiene que pagar por ello.

Abríamos ayer el día con un interesante primer vistazo a Disgaea en su versión norteamericana en el que puntuábamos la importancia de descubrir títulos poco conocidos y sin una campa publicitaria importante a sus espaldas, así como la relevancia de los medios de comunicación para hacerlo presente y descubrir al público en general la pequeña joya que se ha descubierto. Dead Head Fred no es exactamente una obra maestra, tampoco un juego con coherencia o que pueda presumir de una historia de ensueño. Es simplemente un UMD que busca el entretenimiento puro y duro haciendo buen uso del humor ácido tomando prestada la esencia de Dinamite Heady.

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PSP cojea desde hace tiempo del mismo pié; los juegos de acción que caen en sus filas rara vez son novedades, y salvando honrosas excepciones hay pocos ejemplos de genialidad, como lo hubo en su día en PSX, que impulsen de un modo u otro el género de la acción por plataformas, de correr y acabar con cuantos enemigos salgan a nuestro paso sin tener que vernos inmersos en una conspiración a gran escala. De hecho los padres de la criatura, Vicious Cycle, ya dejaron bien claro en su momento que su objetivo era el de crear un producto llamativo y alejado de las grandes superproducciones actuales. El resultado final supera con creces nuestras expectativas de cara a un UMD de bajo presupuesto y de nula repercusión social.

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Historia
El párrafo de introducción bien refleja que la historia de Dead Head Fred carece por completo de sentido, de lógica, de cualquier elemento que sea racional o simplemente coherente. Todo comienza en un lúgubre laboratorio en el que un doctor algo entrado en años y con todas las papeletas de haber perdido algún que otro tornillo nos despierta, respondiendo con claridad a las típicas preguntas de ‘dónde estoy' o ‘cómo he llegado hasta aquí, pero si yo ayer estaba investigando...'.

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Fred es un detective privado con buena reputación, una fuerza física envidiable, aunque quizás su mayor virtud sea la acidez con la que trata todas las situaciones que van sucediéndose a lo largo de la aventura. A Vicious Cycle no le interesa tanto la historia personal de su protagonista como su psique y su humor negro, muy propio y característico de los años 60, época en la que transcurre toda la trama. Trama que no arranca hasta el segundo cuarto del juego, donde no prima tanto el hecho de haber sido decapitados y llevar un bote de aceitunas como cabeza como el de profundizar algo en la historia personal del detective.

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Se mire como se mire nuestro objetivo principal recae en dos premisas fundamentales; una, el rescate del doctor Steiner, al parecer único Ser Humano en varios kilómetros a la redonda capaz de devolvernos a nuestro estado original, y por supuesto recuperar el cráneo perdido antes de que éste se descomponga y sea pasto para las ratas. Entre las nueve zonas distintas que visitaremos daremos con toda clase de personajes secundarios, bien tratados y cada uno con su peculiar sentido del humor. Por poner un ejemplo, el primer personaje que encontramos es una bruja-zombie de portentosas razones que dice sentirse atraída por Fred. Y éste, fríamente, le deja claro que ‘pasa' del asunto. Él quiere su cabeza.

Apartados técnicos
Así pues, con esta curiosa trama sobre la mesa, el siguiente punto crucial en el UMD lo toma el apartado técnico, más concretamente el gráfico, que bebe de fuentes como Soul Reaver o Tomb Raider en su concepto de juego -plataformas alternadas con puzzles y momentos de acción-, o incluso Postal, del que bien podríamos afirmar sin que nos temblase el pulso han sacado la personalidad de Fred. Y si no, sólo hay que compararlo con The Postal Dude, ambos irónicos, sarcásticos, poco amigos del trabajo y de situaciones absurdas.

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La cámara se posiciona detrás del protagonista en todo momento, sin posibilidad de girarla manualmente. Ya que todo el control recae sobre el stick analógico, la cruceta nos permite realizar algunas acciones mínimas sobre la posición de la cámara, como bien demuestran la vista en primera persona o el auto-posicionamiento justo detrás del Fred al pulsar el botón derecho digital. Ninguna de estas opciones es suficiente para evitar los puntos muertos en los saltos o en las peleas contra adversarios, en las que muchas veces nos veremos desfavorecidos por causas ajenas a nuestro control, entorpeciendo muchísimo la experiencia jugable. 

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Píxeles por doquier, pero bien colocados
La primera toma de contacto con el apartado gráfico -sobre todo tras disfrutar recientemente de Syphon Filter o MGS- nos deja patidifusos; mientras que la ambientación es soberbia y los movimientos de Fred se producen sin ningún tipo de ralentización y mínimo fallo, la calidad de las texturas es más baja de lo que podríamos esperar en un principio. Este handicap se torna más o menos importante según la fase en la que nos encontremos; la profundidad de los mapeados y la acción en las peleas junto a la escasez de detalles en determinadas zonas pueden dejarnos un mal sabor de poca en los primeros compases. Por suerte, la situación mejora según transcurren las horas de juego.

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El resto de elementos cumplen su función sin destacar por encima del modelaje de personajes o el de escenarios. Los efectos de luz, explosiones y otros efectos son de calidad notable, pero como de costumbre no consiguen llamar la atención, pese al buen número de distintos efectos que veremos durante las horas que nos lleve finalizar la partida.

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Poco hay que comentar del aspecto sonoro, salvando el magnífico doblaje inglés que se ha llevado a cabo y los sonidos tenues que nos cansaremos de oír hasta que terminemos con la partida; un punto muy importante para lograr la ambientación de la que tan bien os hablábamos algunos párrafos atrás. A los españoles nos toca volver a esforzar los oídos para comprender los diálogos entre personajes, aunque por fortuna contamos desde el principio con la opción de emplear los subtítulos, de momento también en inglés.

Jugabilidad
Un control sencillo básicamente centrado en el stick analógico del juego nos permite manejar con facilidad a Fred, realizar saltos y combinar el cuadrado y la equis para combatir a los zombies que plagan nuestro camino. Como ya explicamos en su momento, la cruceta digital se ha destinado a la aplicación de determinadas acciones, bien sea la vista en primera persona para realizar ciertos ataques y demás o simplemente para cambiar la cabeza que queramos emplear.

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Precisamente esto último es síntesis de la base sobre la que se asienta el sistema de juego, que no es otro que adquirir las cabezas de nueve clases de enemigos distintos con el fin de acceder a zonas anteriormente infranqueables. La mecánica es sencilla; una vez consigamos un número determinado de cabezas enemigas -venciendo a la clase de enemigo que se nos haya encomendado-, un extraño petudo se las ingeniará para que esta encaje a la perfección con nuestro cuello, forma además de alargar la vida del juego obligándonos en muchas ocasiones a retroceder en busca de algún objeto o enemigo particular.

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Cada una de las cabezas cuenta con sus correspondientes habilidades especiales, que van desde lanzar agua o flotar haciendo uso del vacío en nuestra cabeza o todo lo contrario; convirtiéndonos en una cabeza-roca para no ahogarnos en el agua o bien transformándonos en un pequeño rastafari capaz de colarse por los huecos más estrechos y sinuosos. Además de los bonus y de las opciones extras a las que accedemos una vez completado el juego tenemos a nuestra disposición un enrome mundo por el que vagar, como en cualquier Soul Reaver, a nuestro antojo y deseo por medio teletransportadores místicos, gratuitos y pensados para evitar el malgaste de horas en desplazamientos -aunque, repetimos nuevamente, es evidente que se ha hecho con este propósito-.

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8

Muy Bueno

Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.