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Dark Souls II: Scholar of the First Sin

Dark Souls II: Scholar of the First Sin

  • PlataformaPC9PS3PS49360XBO9
  • GéneroRPG, Acción
  • DesarrolladorFrom Software
  • Lanzamiento03/04/2015
  • TextoEspañol
  • VocesInglés

Dark Souls II: Scholar of the First Sin, análisis

Bandai Namco y From Software se apuntan a las remasterizaciones 1080p / 60fps con todos los DLCs cambiando algunos elementos jugables. Apúntate a conocer este primer pecado si es que todavía no lo has sufrido.

Cuando se anunció Dark Souls 2 Scholar of the First Sin muchos pensaron que se trataba del enésimo remaster a 1080p para trasladar un juego de la pasada generación a las nuevas consolas. No se trata de culpabilizar a From Software, es la tendencia y seguramente le está dando réditos a todas las compañías que lo hacen. Pero si algo demostró esta desarrolladora durante la pasada generación de consolas es que precisamente no son los de seguir la corriente a los demás. Y no es por  menos:  la fórmula que iniciaron con Demon’s Souls salió a la perfección y han seguido su camino con una propuesta desafiante y atractiva a partes iguales. Pues Scholar of the First Sin es eso: una manera distinta de hacer una revisión. Un Director's Cut en toda regla con decenas de cambios. Algunos más importantes que otros, pero que le dan, en general, un toque distinto a Dark Souls 2.

Para los usuarios que desconozcan qué es Dark Souls 2, qué ofrece y de dónde viene, lo mejor es que se dirijan primero al análisis original del juego que apareció el año pasado en Xbox 360 y Playstation 3 y que poco después lo hizo en PC.  Secuela del primer Dark Souls, esta tercera entrega de la saga contaba con varios elementos que la diferenciaban de su predecesor, entre ellos un inicio algo más accesible (sobre todo hasta el primer jefe) y un desarrollo mucho más entendible y en varios tramos, menos laberíntico. Se mantenía la esencia de la saga de morir centenares de veces, de encontrar caminos que todavía no eran los adecuados aunque pudiéramos acceder a ellos pronto, etc. También se mejoraban características como un sistema de combate algo más pulido en términos generales.

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Pues bien, varias cosas de estas quedan en agua de borrajas en Scholar of the First Sin, un título que es mucho más duro que su versión original y eso es algo que se nota desde un primer momento. Ya avisaron los desarrolladores que aunque el mundo sería más o menos el mismo pero que la redistribución de elementos haría que no supiéramos lo que sucede a cada esquina. Por poner dos ejemplos que podemos encontrarnos en la primera hora de juego y que así no destripan lo que viene después: en el camino del bosque prohibido nos encontraremos una gran cantidad de soldados huecos más, algo que complica mucho más nuestro avance también porque hay algunos monstruos letales merodeando la zona. La aglomeración de estos enemigos en los primeros compases, sin almas que canjear, ya sube el nivel de esa zona y la primera torre hasta llegar al último gigante.

Si decidimos visitar la Torre de la llama de Heide, veremos que a los enormes caballeros armados hasta los dientes se añaden los caballeros blancos que descansan en las paredes. Como sabrán los que hayan jugado a Dark Souls 2, los caballeros grandotes precisan de estar alerta ya que aunque son lentos, un par de espadazos acaban con nosotros, y necesitamos rodearlos constantemente. Si en esos movimientos –el espacio es algo reducido- despertamos al otro, tendremos un problema. Son dos pequeños ejemplos que se van repitiendo en zonas más avanzadas donde la cosa se complica, como en ciertas batallas con jefes finales. También han cambiado la localización de algunos enemigos que dejaban cierto equipamiento más que interesante.

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No es oro…
El aumento de dificultad y exigencia en las primeras horas es algo que puede hacerse muy cuesta arriba para los que empiecen de nuevo, sobre todo porque hay una decisión o bug que hace que en esta nueva versión (para PC y consolas de nueva generación) las armas se desgasten a una velocidad inhumana. Con anillos y avanzada la partida se puede paliar más o menos este efecto, pero lo cierto es que durante el primer tramo (incluidos avances hasta nivel 40 o similar) esto será un quebradero de cabeza. Las armas se desgastan muy rápidamente, y como hay más enemigos en muchas zonas, no siempre estaremos a tiempo de volver a una hoguera. Una vez rota, toca repararla. Puede ser desesperante ver como algunas espadas o armas dobles se parten en un santiamén y con pocos enemigos. Se estuvo debatiendo que era algo que sucedía en PC con el juego a 60 frames por segundo, y From Software explicó que era consciente de ello pero no lo modificó, por lo que sería raro que lo cambiaran ahora.

Sea un bug o sea una decisión de diseño, la controversia está servida. Hay debates sobre si es acertado o no o si afecta menos de lo que se quejan algunos jugadores. Nosotros, que terminamos en su momento Dark Souls 2 y el resto de juegos de la saga, lo vemos como algo exagerado sobre todo pensando en nuevos jugadores y en las primeras horas donde por volumen de enemigos y falta de equipamiento puede ser un dolor de cabeza. La sensación que nos da es que entre la durabilidad original –rara vez se te rompía el arma y el aviso que estaba desgastada te daba amrgen de mejora- y lo actual, hay un término medio si la decisión era cambiarlo.

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Otras novedades
Además de replantear enemigos y combates, Scholar of the first Sin añade otros detalles a tener en cuenta. El más importante es la presencia de un nuevo NPC y un nuevo jefe final que puede aparecer según algunas condiciones después de vencer al último jefe y a otro personaje importante dentro de la trama pero que es opcional en Dark Souls 2. También necesitaremos seguir una serie de eventos y realizar acciones para poder dar con este nuevo enemigo y el final alternativo de esta revisión. Contamos con nuevos ítems, como un nuevo anillo o un set de equipamiento,  la presencia de los enemigos de la trilogía de las coronas que aparecen en nuestro avance normal por Drangleic y la presencia de algunos invasores nuevos.

A nivel online se mantienen los elementos que conocíamos de mensajes en el suelo, visualización de muertes, cooperativo y PVP relacionado con los pactos que tenemos y la memoria de almas para saber los rangos en los que nos podemos enfrentar con otros jugadores (algo también criticado porque el juego no valora en qué has gastado las almas sino en lo que has acumulado independientemente) con la novedad que las partidas online crecen hasta seis jugadores, aunque rara vez hemos dado con una partida con todos los miembros máximos presentes en las invocaciones e invasiones.

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La experiencia está ampliada con los tres DLC que vienen incluidos en Scholar of the First Sin y que nos narran nuestro viaje a través de la Trilogía de las Coronas.  Nuevas áreas, Crown of the Ivory King es tremendamente desafiante y rompe con los escenarios que hemos visto anteriormente, y unas expansiones que alargan la vida del juego más de quince horas dependiendo del momento en que los disfrutemos. El resultado final es que una primera partida se puede ir a las 70 horas sin descubrirlo todo, sensiblemente por encima de lo que duraba Dark Souls 2 original. Puedes consultar el análisis original de los DLC en Meristation para profundizar en sus novedades.

Por último, destacar que hay varias actualizaciones dependiendo de la versión. Nosotros nos hemos centrado en la de PS4, One y Direct 11 para PC, pero también sale una actualización Directx 9 en PC que trae consigo DLC y mejoras de equilibrio pero no novedades como la nueva ubicación de los enemigos y cambios en diseño jugable ni el mayor número de jugadores online. En el primer caso no se puede transferir partida, en éste sí. 

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Scholar of the First Sin en sistemas de nueva generación (PS4, Xbox One y PC) cumple con los estándares de las remasterizaciones HD de títulos de la generación pasada, pero es conformista si lo comparamos con los mejores trabajos de puesta al día gráfica, los remaster ejemplares. Para empezar, el aumento de resolución viene acompañado, cómo no, de una tasa de frames totalmente estable de 60 imágenes por segundo. Esta fluidez se agradece especialmente en un ritmo de juego como el de Dark Souls II, tan centrado en el combate cuerpo a cuerpo, los reflejos y los movimientos rápidos con múltiples enemigos en pantalla o jefes finales de gran tamaño y que al estar fijados generan rapidísimos giros de cámara. El aumento de resolución hasta los 1080 puntos hace que los fondos ganen en nivel de detalle mostrado en la lejanía del horizonte, pero también es un cambio que afecta a las distancias cortas y que pasa especial factura a las texturas, ya no del todo bien resueltas en el original y que aquí dejan aún más a la vista sus vergüenzas y definiciones planas, a menudo austeras.

Siempre son ilustrativas las remasterizaciones 1080p/60fps de entregado trabajo de pulido visual por lograr un nuevo estandarte a la altura de los sistemas en que se estrenan. Este Dark Souls II refinado sale beneficiado de los aumentos técnicos, claro, aunque no alcanza el nivel de las mejores revsiones tampoco en iluminación y sombreado, bastante conservadores respecto al original. Ocurre lo mismo con efectos y materiales orgánicos como la rugosidad de las rocas, el agua estancada y en movimiento, la bruma, o el fuego. No han recibido demasiado tratamiento y deslucen dentro de un conjunto gráfico y estético que, eso sí, es bueno en lo artístico. From Software consiguió que Drangleic fuera un mundo tan peligroso como precioso, repleto de terrazas y miradores que en esta edición consiguen -lógicamente- su mejor cara.

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Se incentiva todo ello con la más marcada iluminación volumétrica, con rayos y destellos sí más visibles. O con la mayor definición en algunos detalles como la hierba que puebla algunas superficies o lo puntiagudo de las armas, que suavizan algunos dientes de sierra y parpadeo de contornos. Otro factor que sale ganando viene con las partículas y las físicas. Veremos más motas de polvo o chispas incandescentes pulular por el aire, con unas inercias más coherentes que también tienen aplicación sobre el sistema de peso de los cuerpos de los enemigos o los derrumbamientos y cambios del entorno totalmente in-game, más robustos y con menos rarezas inverosímiles.

Todo eso de las texturas sin demasiado retoque y los efectos orgánicos que deslucen se aprecia en seguida, también, al contemplar de cerca a los personajes. Las cinemáticas con NPCs o los primeros planos en espacios estrechos nos sirven para ver que lo que recordábamos está prácticamente intacto, empezando por las animaciones algo toscas de nuestro personaje. Viendo maravillas como Bloodborne o Dragon Age Inquisition (new gen) cuesta un poco olvidarse de que Dark Souls II en realidad es un título pensado para la pasada generación y que ya en su día tampoco fue un pleno referente gráfico. Se aprecia como algo viejo en sistemas a la última. Aunque, obviamente, lo técnico nunca ha pretendido ser el aliciente de esta edición remasterizada y con todos los DLCs y ampliaciones o mejoras jugables.

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Respecto a interfaz y menús, los cambios son poco significativos pero existen algunos. Se han reubicado algunas casillas para hacerlo más acorde a las organizaciones de hoy y perfilado los subtítulos y textos, mejor definidos. Nada relevante, el editor de personaje, los inventarios, los accesos directos, el menú principal, etc. están tal cual. En cuanto a sonido, volvemos a encontrar la brillante banda sonora que acompaña todo el viaje de nuestro héroe en busca de la cura para la maldición. Repiten la gama de efectos y voces, con algún leve arreglo casi inapreciable que sabemos que está solo por la necesidad de incorporarlos. De nuevo voces en inglés y textos en castellano. La inclusión de las tres Coronas (DLCs), crea un archivo sonoro impresionante y tan épico como el juego al que dan atmósfera sonora las oscuras composiciones.

9

Excelente

Un título referente en su género, que destaca por encima de sus competidores y que disfrutarás de principio a fin, seguramente varias veces. Un juego destinado a convertirse en clásico con el paso de los años. Cómpralo sin pestañear.