Terroríficamente gélido

En un género como el de la acción en primera persona, saturado de títulos que intentan reutilzar una y otra vez las mismas fórmulas, es curioso encontrar propuestas nuevas e interesantes a priori. Cryostasis llama la atención inmediatamente por ser una de ellas, un juego que parece un shooter al uso, pero que sin embargo se consigue rodear de un halo de misterio que lo dota de un carácter único. Y no lo es sólo por su dirección artística, si no por las decisiones jugables que posteriormente comentaremos. Simple y llanamente se trata de una aventura disfrazada de título de acción, en una mezcla que podría haber alcanzado un resultado mejor con solo profundizar en algunos aspectos.

Nuestro rol será el de Alexander Nesterov, un militar enviado a investigar el rompehielos nuclear Viento del Norte, varado en mitad del círculo polar ártico. Cómo llegó el buque a quedar encallado es un misterio, por lo que nos internaremos en su inmensa estructura para encontrar la causa de lo que allí pasó. Para ello nos valemos de las capacidades de Alexander para contemplar visiones del pasado, los llamados ecos mentales, así como para influir en los últimos momentos de la vida de las personas. Nuestro protagonista, con capacidades de médium, podrá interactuar con los tripulantes del buque que encuentre congelados en su interior, contemplar los últimos momentos de su vida y tratar de cambiar el destino de los desdichados marineros.

Gráficos

No es casualidad que NVIDIA utilice Cryostasis como parte de su paquete de aplicaciones para su gama de tarjetas gráficas. El potencial visual del juego es abrumador, ofreciendo tanto artística como técnicamente un nivel de detalle muy elevado. Destaca por encima de todo la realista recreación de hielo y agua, tremendamente creíble, que encontramos durante toda nuestra investigación. El uso de la iluminación y los sistemas de partículas dota al título de un aspecto visual que trasmite sensaciones similares a las de los mejores survival horror. La tensión que produce acceder a secciones completamente a oscuras es la mejor prueba de que el objetivo principal de este apartado, impactar, se logra holgadamente.

De igual forma, los movimientos de los enemigos y su modelado, a buen nivel, deja entrever el cuidado que se ha puesto en este aspecto. La representación de diferentes ambientes y el uso de filtros para los flashbacks hace que la paleta de recursos utilizados sea muy amplia y vistosa. En general, el apartado gráfico trasmite perfectamente el frío polar del interior del rompehielos, haciéndonos querer evitar a toda costa las zonas de hielo compactado y las áreas encharcadas. Por otro lado, el uso de multitud de efectos, como el desenfoque de movimiento o la escarcha sobre el visor de Alexander ponen un toque interesante y que dota de mayor realismo a nuestra experiencia.

Como contrapunto, la máquina necesaria para soportar el título a una buena resolución y con toda la carga gráfica que puede ofrecer debería ser relativamente potente. Desactivando opciones gráficas se pierde gran parte del detalle que hace la ambientación de Cryostasis tan agobiante. Sin que las caídas en la tasa de imágenes lleguen a suponer un problema, por lo calmado del desarrollo, si que se notan descensos pronunciados a la hora de representar efectos visuales o mover varios enemigos simultáneos en pantalla.

Música y Sonido FX

El apartado sonoro también se ha cuidado bien en Cryostasis, recordando nuevamente a un juego en el que el miedo es el auténtico protagonista, por delante de la acción. La música, escasa pero bien cuidada, deja paso en el juego a una auténtica retahíla de efectos de sonido de todo tipo, con auténtico protagonismo para el gélido viento del ártico. Colándose por las rendijas del buque, el silbido del aire nos acompañará constantemente, viéndose interrumpido ocasionalmente por otros ruidos bastante más inquietantes.

Los recursos del género de terror se utilizan en el título de forma bastante correcta, con crujidos a nuestra espalda, objetos que se caen en la lejanía, gruñidos de enemigos invisibles y toda clase de desagradables ruidos que nos pondrán los pelos de punta. La oscura ambientación se complementa perfectamente con este apartado sonoro para resultar en un título oscuro, siniestro y en el que la sensación de indefensión es la tónica constante en el avance del personaje por el buque. A ello contribuyen las visitas ocasionales que los nuevos habitantes del barco nos irán haciendo según nos movamos por las angostas salas del rompehielos.

El doblaje, completamente en nuestro idioma, cumple con solvencia su cometido, resultando muy correcto y trabajado en general. Los roles de los personajes, bien definidos, dejan lugar para una interpretación muy ajustada a sus acciones y que encaja bien con lo que vemos en pantalla. Con una sincronización perfecta, el trabajo de doblaje se muestra sólido y no nos hace desear cambiar el idioma del juego en ningún momento.

Jugabilidad

Contando con unos apartados técnicos que cumplen las exigencias del guión, donde Cryostasis comienza a congelarse es en términos de jugabilidad. Como hemos comentado, tomamos el control de Alexander Nesterov, situado en un rompehielos ruso encallado en el ártico y cuya tripulación ha muerto congelada. Sólo encontraremos de ellos sus cadáveres, con los que podremos interactuar para meternos en su piel poco antes de morir. Aquellos marinos que no quedaron congelados se transformaron en seres abominables, como zombies del ártico, que ahora pululan por el buque a su antojo, y que supondrán nuestra mayor amenaza, además del constante frío.

Al igual que ya hiciera Capcom en Lost Planet, en Cryostasis se juega con la temperatura extrema como riesgo para la vida del personaje, que ve unificada en su medidor de vida tanto la salud del personaje como su temperatura corporal. Al encontrar una fuente de calor como unos rescoldos a medio quemar, una bombilla o maquinaria en funcionamiento podremos acercar nuestras manos para recuperar calor y por tanto restaurar nuestros puntos de vida. Resulta vital controlar este indicador por que tanto los enemigos con sus ataques como el propio entorno irán minando la vida de Alexander, que solo podremos recuperar mediante el calor.

El desarrollo del juego nos lleva a recorrer la nave de arriba abajo, buscando el motivo de la muerte de sus tripulantes. Entre tanto encontraremos fotos antiguas que nos narrarán la historia de un héroe del pasado, sin interés aparente para nuestra búsqueda. Mientras avanzamos deberemos sortear un buen número de situaciones mediante las capacidades de Alexander, introduciéndonos en los cadáveres y reviviendo sus últimas acciones para cambiarlas y que ello tenga repercusión en el presente. Así, muchos puzzles se resuelven realizando ciertos cambios en la vida de los marineros, de forma que el presente se modifica de alguna forma. Es un recurso interesante pero que acaba siendo demasiado evidente y hasta cierto punto accesorio, ya que las situaciones podrían resolverse igualmente en el presente sin que ello supusiera cambio alguno en la jugabilidad.

La inconexa historia, que no nos da exactamente muchos detalles sobre nuestro personaje ni sus motivaciones, nos llevará a encontrarnos con los monstruos que pueblan el barco, en combates torpes y no demasiado bien recreados en los que los enemigos tienden a morir fácilmente. Su IA,simplona, no les permite más que avanzar y golpear, huyendo al verse debilitados. Contando con un arsenal bastante improvisado, Alexander se deshará de los enemigos al estilo de los clásicos, pese a que el combate toma en Cryostasis un papel meramente testimonial, y hasta cierto punto metido con calzador. Se tiende a repetir constantemente la misma mecánica, ofrecer una situación que haya que resolver a modo de puzzle, posteriormente un susto y a continuación uno o varios combates. El juego pierde bastante fuelle en su término medio y las situaciones vuelven a ser una y otra vez las mismas, con distinta localización.

Pese a que los flashbacks a la vida de los marineros resultan en general interesantes, y en muchos encontramos situaciones más variadas de las que viviremos estando en la piel de Alexander, acaban por suponer un recurso demasiado explotado en el juego. Muchos de los problemas se resuelven de forma bastante obvia y en pocos se nos hace meditar sobre la posible solución más de unos segundos. Por otro lado, la sensación de angustia y claustrofobia se ha logrado conseguir perfectamente, haciendo al jugador partícipe hasta cierto punto del misterio que rodea al barco y las causas de la muerte de sus tripulantes.

Conclusiones

Cryostasis es el ejemplo de cómo un juego con un planteamiento interesante y posibilidades se queda a medio camino por carecer de falta de ideas a la hora de llevarlo a la práctica. Aunque la mecánica de ecos del pasado es ciertamente inteligente y está bien llevada a la pantalla, parece que todo resulta demasiado evidente y tremendamente artificial. Si bien la aventura mantiene en todo momento una magnífica ambientación y los nervios del jugador en tensión, su desarrollo acaba siendo demasiado monótono y previsible.

Pese a haber integrado elementos de combate en el juego, este aspecto queda bastante descafeinado, sin llegar a cuajar exactamente en el desarrollo lento y estresante que propone la ambientación. Con todo, estamos ante un juego que aporta una idea interesante, que sin duda gustará a aquellos que busquen algo más de misterio en los juegos de acción actuales. Lástima que la mezcla final abuse en exceso de las mismas situaciones por que con algo más de variedad y un enfoque más definido podríamos estar hablando de un survival horror en toda regla.