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Crusaders: Thy Kingdom Come

Crusaders: Thy Kingdom Come

  • PlataformaPC7
  • GéneroEstrategia
  • DesarrolladorNeocore Games
  • Lanzamiento28/03/2008
  • TextoEspañol
  • VocesEspañol
  • EditorVirgin Play

Tras los pasos de Total War

Las cruzadas siempre ha sido un tema que ha despertado la fascinación de escritores, artistas, directores de cine y, como es natural en un medio tan apegado a la guerra, del mundo del videojuego. Crusaders: Thy Kingdom Come es un juego desarrollado tras los pasos de la fórmula de batallas masivas de los Total War.

La saga Total War, pese a su éxito y popularidad, no ha dejado muchos seguidores, algo que posiblemente viene dado por la extrema dificultad técnica de este título -no en vano, pese a su brillantez, todavía los aficionados siguen criticando muchos aspectos de la IA en batalla, no es fácil presentar batallas creíbles con cientos de soldados en batalla ni siquiera para un estudio de la experiencia y el talento de Creative Assembly-. Lo cierto es que hacer un RTS al uso parece más asequible y controlable que crear uno de estos títulos tácticos a gran escala, de modo que el número de intentos de emular la fórmula no es elevado.

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Ese es quizás uno de los primeros triunfos de Crusaders: Thy Kingdoms Come, su deseo de construir algo relevante sobre esa fórmula intentando aportar sus propios elementos. A la misma vez, el acertado intento también sirve para constatar que la fórmula es complicada de resolver con éxito y que hacer un juego como los Total War requiere algo más que un buen motor gráfico y algunas nociones tácticas puestas en escena. Con todo, estamos hablando de un juego que cumple honorablemente con lo que se propone y presenta una alternativa a Medieval 2 y su magnífica expansión, quedando, eso sí, bastante lejos del mismo en cuanto a posibilidades.

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Deus voult

Al grito de, "es la voluntad de Dios" el papa Urbano II lanzó a todos los hombres de armas o dispuestos a usarlas a un "noble" objetivo: recuperar Jerusalén para la cristiandad. Tan noble gesta se convirtió en un loable objetivo por el que luchar, ya fuera por fé, ambición, poder o simples riquezas. Los más altos ideales espirituales y las mayores recompensas materiales estaban sobre la mesa y fueron muchos en Occidente los que escucharon la llamada y acudieron para dar un sentido a sus vacías vidas. Así comenzó la primera y sangrienta 1ª Cruzada y así comienza Thy Kingdom Come, un título que centra su acción en esta histórica batalla que tanta fascinación suele generar en todo tipo de obras.

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Bajo esta premisa, se presenta una campaña claramente lineal con una serie de misiones bien definidas que hay que acometer en sucesión. No hay metajuego ni elementos de gestión, sólo una sucesión de batallas controlando a un ejército creciente y con una serie de objetivos principales y secundarios. Aunque hay algunos elementos que hay que considerar y que entran dentro de las pocas decisiones estratégicas que se pueden adoptar.

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Al no haber un metamapa entre misiones, todo lo que hay entre batallas se reduce a una fase de planificación en la que puedes realizar diferentes acciones: comprar más unidades para tu ejército, hacerte con reliquias que mejoran la fé de tus soldados, adquirir mejoras para el líder de tu facción o pedir ayuda al resto de las facciones cruzadas para obtener más hombres dependiendo de las relaciones que tengas con ellos. Hasta ahí llegan unas opciones que se presentan escasas para un juego de este calado, con temas tan importantes como la diplomacia dejadas en segundo plano.

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No hay una gran profundidad de opciones fuera de la batalla y eso es quizás uno de los aspectos más criticables del juego, ya que esa parquedad se deja notar también en el seno de las batallas, donde las pocas opciones disponibles no permiten personalizar en gran medida el tipo de ejército que tienes a tu disposición. El dinero que se obtiene es escaso y la posibilidad de comprar nuevas tropas es bastante limitada. La variedad de unidades es adecuada, especialmente dado el elemento histórico del juego, aunque se echa en falta algo de sofisticación en las batallas ya que el sistema de  piedra/papel/tijera está demasiado patente y crea cierta sensación de artificialidad en las batallas.

Cuando Creative Assembly decidió crear un metajuego -que ha ido ganando enteros desde Shogun- no lo hizo por una cuestión banal. Si todo se reduce a este tipo de batallas masivas que buscan el realismo histórico -con matices- suelen ser bastante previsibles a menos que la I.A sea brillante y sepa crear situaciones inesperadas, algo que no se consigue la mayoría de las veces en los Total War, ni tampoco se consigue aquí. Mediante el uso de trampas y escenarios preestablecidos, en Crusaders se intentan crear escenarios con situaciones interesantes, pero nuevamente sale a flote esa sensación de artificialidad: que se produzcan "emboscadas" con unidades saliendo entre los árboles cuando es obvio que hace unos minutos no había nadie en ese lugar no es un ejemplo de brillantez en la IA precisamente.

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Un sistema de reglas estricto

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Tampoco Crusaders destaca por ser un juego con una flexibilidad en sus reglas que se pueda identificar con el realismo. Cosas como que un grupo de ocho cruzados aniquilen a 50 hombres, aunque sean arqueros, denotan que el piedra/papel/tijera funciona de forma demasiado estricta, lo que es un error. El hecho de que los escenarios estén preestablecidos y la poca flexibilidad a la hora de formar tu ejército dan una sensación almidonada que no entusiasmará a los amantes de la táctica, aunque puede ser suficiente para entretener a los menos exigentes. Opciones como las de mejorar tus tropas, incorporarles un capitán para añadirles fuerza y moral, o aumentar sus atributos son decisiones que añaden un poco de sabor, pero su reflejo en combate es bastante tenue y no hay decisiones estratégicas que marquen decisivamente el curso de una batalla.

Si hay algo que destacar es la bella factura técnica con la que el juego está recreado, con unos escenarios que reflejan bien la riqueza de matices entre los mediterráneos alrededores de Constantinopla y las tierras colindantes a Jerusalén. Los escenarios aparecen cargados de vegetación y con una topografía variada que hace que el mirar alrededor con la cámara sea un ejercicio frecuente para apreciar el trabajo realizado en este campo. En lo que respecta a unidades, aunque estas se presentan con un grado aceptable de detalle y una animación decente, pecan un tanto de robóticas. Se debería haber puesto más cuidado en que los modelos no sean siempre los mismos, con los mismos ropajes y movimientos.

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Tampoco hubiera estado mal incluir una mayor variedad de movimientos tanto dentro como fuera del combate, ya que aunque no sea ese el principal requerimiento para un juego de estrategia, nadie va a dudar que uno de los principales atractivos visuales de estos juegos es el choque entre ejércitos cargada y la representación del fragor de la batalla. Ha faltado gusto y atención por el detalle en un juego que luce muy bien en imágenes estáticas pero al que le ha faltado un pequeño impulso para destacar realmente en este apartado. Pero a pesar de estos detalles, Crusaders tiene varios momentos visualmente destacables, especialmente conforme se va llegando a la conclusión.

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Fuera del apartado visual y entrando en las opciones tácticas disponibles, el estudio Neocore ha sido aplicado, estableciendo detalles como condiciones ambientales, que pueden alterar el movimiento de las tropas y distintos tipos de terreno, que alteran la visibilidad, el movimiento e incluso los parámetros ofensivos y defensivos. También se han tenido en cuenta la orografía para medir la velocidad de las tropas, que no es la misma en subida que en bajada, así como otros detalles como el que tus propias unidades pueden ser afectadas por las flechas de tus arqueros, por lo que hay que considerar bien los tiempos.

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Aquellos que estén familiarizados con el sistema de control de Total War se sentirán como en casa ya que el estudio ha tomado muchos elementos de esa fórmula para su juego, incluyendo la organización de unidades, la forma en la que se pueden desplegar en el terreno en el terreno, los movimientos del ratón, los iconos... el interfaz es prácticamente el mismo a excepción de una barra lateral gigante en la que se dan instrucciones claras de qué tipo de unidad estás dirigiendo en cada momento, sus fortalezas y debilidades; una información que por otro lado a veces se antoja excesiva y que desconecta un poco de la ambientación dentro de la batalla. El control de cámaras también es muy parecido, aunque Crusades acusa cierta falta de refinamiento en este apartado ya que ese control puede resultar algo brusco en ocasiones lo que en ocasiones hace hasta poco recomendable tratar de girar la cámara.

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Diplomacia en medio de la guerra

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Otro de los aspectos que merece ser destacado es el inteligente sistema de misiones secundarias opcionales que se ha implementado y que es una buena idea digna de elogio. Puesto que hay varias facciones compitiendo, por así decirl,o por llegar antes a ciudad santa, las relaciones que hay entre ellas tiene su papel en la contienda. Para mejorar -o empeorar- estas relaciones, se permite adoptar misiones secundarias opcionales que pueden mejorar tus relaciones con otros cruzados, aunque también empeorarlas -de hecho, hay misiones secundarias contradictorias cuya consecución implica un enfriamiento en las relaciones con algún bando en favor de otro-. Es un pequeño componente de diplomacia aplicada al corazón de la batalla y es efectivo, aunque se echan en falta más opciones en esa línea.

Fuera de la campaña y sus cuatro niveles de dificultad, no hay mucho más con lo que entretenerse con Crusaders, los cinco escenarios se adjuntan se antojan escasos y parecen las sobras de un abortado intento de campaña controlando a las fuerzas árabes y el multijugador se limita a duelos entre dos jugadores en un campo de batalla por red local o internet. En relación con lo que ofrecen los títulos de Total Assembly, o incluso comparado con Mark of Chaos y sus dos campañas, Crusaders puede hacerse algo corto para muchos, sin más aliciente que tratar de superar la campaña con un nivel de dificultad mayor.

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7

Bueno

Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.