Si bien la trama de Red Alert 3 quedaba bastante cerrada en el título original, siempre cabe lugar para escribir un epílogo y continuarla. EA, sabedores del carisma de la franquicia, ha optado por apostar por este Uprising como la continuación de dicha campaña, además de adentrarse en otros aspectos que no se vieron reflejados en el juego original. Por ello, esta expansión se aleja un poco de los cánones y las innovadoras ideas introducidas anteriormente, en las que se nos animaba a cooperar con otro general en la campaña para salir airosos de las diferentes situaciones. En lugar de apostar por esta línea, se ha decidido explorar, como decíamos, nuevos terrenos.
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Y se ha hecho en Uprising presentando una serie de mini campañas orientadas totalmente al juego en solitario. Desechando las opciones establecidas previamente, encontramos una sucesión de escenarios en los que, solos, tendremos que cumplir los objetivos para salir victoriosos. Esto sería un paso atrás si no fuera por que la calidad de esta expansión es lo suficientemente elevada como para ser considerada una compra interesante y una apuesta segura si somos aficionados al universo creado por Westwood hace ya más de una década. Por supuesto, esta expansión mantiene las señas de identidad de la serie, el humor y la espectacularidad, como bandera, a la vez que potencia la fórmula con nuevas unidades y modos de juego.
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Después de la guerra
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Situada la trama en la conquista de las fuerzas aliadas con el ejército soviético y el imperio del sol naciente derrotados y sus territorios invadidos comienza nuestra tarea como generales. En cada uno de los escenarios pertenecientes a las diferentes facciones afrontaremos una serie de retos orientados a recuperar, poco a poco, el potencial suficiente como para volver a la liza, y expulsar las fuerzas aliadas de nuestros dominios. Por supuesto, jugando como la facción dominante, deberemos de tratar que esto no ocurra. Todo ello se narra como es tradición con sobresalientes secuencias de video de alta calidad, en las que un reparto de lujo se da cita para informarnos de los detalles de cada misión.
Una vez sobre el escenario, las novedades jugables son bastantes, aunque entraremos posteriormente a hablar de ellas. Por ahora es suficiente con entrar en los diferentes tipos de objetivos que deberemos afrontar, variados y perfectamente equilibrados en los diferentes niveles de dificultad disponibles. Cada una de las facciones tendrá sus misiones específicas, debiendo comenzar en caso de la Unión Soviética con el rescate de las mentes más brillantes del país, cautivas en Rumanía. Disfrutaremos tanto de misiones al uso, con construcción de infraestructura como de pequeñas escaramuzas en las que no tendremos control directo sobre la gestión del ejército.
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En este sentido, la dificultad aquí si que da bastantes concesiones, otorgándonos bastantes refuerzos para que, gestionados medianamente bien, tengamos de sobra para salir airosos de casi cualquier situación. Si en la campaña original no resultaba difícil completar las misiones con un compañero habilidoso a los mandos del segundo general, ahora la cosa tan solo depende de nosotros y de nuestras dotes de estratega. Sea como sea, Uprising ofrece una buena variedad en estas campañas, que se narran con un lenguaje muy propio de la serie, mezclando lo cómico con lo riguroso. Por suerte, estas campañas no suponen más que la punta del iceberg de lo que encontramos en esta ampliación de contenido, en la que Yuriko Omega hace sin duda la aparición estelar como personaje con trasfondo -y campaña- propia.
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Inocente destrucción masiva
Una de las sorpresas más agradables de esta expansión es la presencia de una línea argumental exclusiva para la terrible comando Japonesa, Yuriko Omega. Encontramos su campaña junto al del resto de facciones, estando compuesta por tres escenarios diferentes, en los que dos de ellos comparten el mismo lugar. Adentrándonos en estas misiones, pasaremos a controlar únicamente a la colegiala nipona, permaneciendo la cámara fija y acercándose el juego a un estilo similar al de la saga Diablo. Contaremos con cuatro habilidades activas, muy al estilo de los juegos online, con un tiempo de duración y un periodo de recarga.
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Con ellas, la jóven se convierte en un personaje terrorífico, capaz de lanzar objetos mediante su telequinesia, influir en la mente de los enemigos o crear barreras de energía psíquica para protegerse de los ataques. Mediante estas habilidades y la evolución posterior de las capacidades pasivas de Yuriko, deberemos sortear una escueta trama argumental que nos llevará a descubrir los orígenes del personaje. Sorprende lo interesante que ha quedado este mini juego dentro del propio juego, aunque se echa en falta una mayor variedad de localizaciones para poner a prueba el potencial de nuestra adolescente. En lo positivo nos quedamos con el buen uso del motor de físicas para la aplicación de la telequinesia, realmente vistoso y espectacular.
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Refuerzos para todos
Como comentábamos al inicio, todas las facciones reciben nuevas unidades y la mayoría de estas incorporaciones rompen casi totalmente cualquier tipo de equilibrio entre ellas. El renunciar a la faceta multijugador ha permitido a los desarrolladores el centrar sus esfuerzos más en lo creativo que en lo eficiente, introduciendo unidades poderosas. Todos los bandos han recibido varias nuevas tropas, destacando en el caso de la alianza los soldados criogénicos, capaces de congelar a los enemigos y romperlos en mil pedazos. La armada comunista recibe entre otros el sidecar con mortero incorporado y por último en el imperio Japonés destaca la Giga Fortaleza. Esta monstruosidad es un ingenio mecánico que se transforma en una destructiva cabeza samurai, capaz de lanzar rayos laser por la boca. Toda una delicia para los jugadores más ofensivos.
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Como decíamos, la inclusión de estas tropas rompe bastante los esquemas jugables, haciendo que las cosas se simplifiquen bastante cuando entran en acción. En muchas de las misiones acabaremos ganando por puro arrasamiento, al acabar con ingentes cantidades de tropas, habiéndose perdido por el camino parte de la esencia estratega que este tipo de títulos requiere. En general, el nivel de diversión durante las campañas se mantiene alto, decayendo únicamente un poco en el modo escaramuza, en el que el uso de este tipo de tropas hace en ocasiones demasiado sencillo el acabar con los oponentes. Por fortuna, los desarrolladores han incluido de nuevo en el título un modo de juego que no se había visto desde La Ira de Kane, el modo desafío.
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En esta modalidad tomaremos el papel de un comandante contratado por Future Tech, la corporación emergente en el argumento del original. Utilizando tecnología de otras facciones deberemos ir incrementando los recursos de la organización, ganando acceso a cada vez más material, siempre del resto de ejércitos. En este modo podremos disfrutar de un gran número de misiones, con muy diferentes objetivos, en las que cabe tanto la exageración como un enfoque más habitual. En general, el contenido disponible en este modo comprende unas treinta horas de juego, en función de nuestra habilidad, aunque muchas de las misiones acaban siendo, como decíamos antes, una mera recopilación de fuerzas para asaltar el objetivo.
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Decididamente, el apostar por el modo individual de esta forma ofrece un complemento casi perfecto a la jugabilidad del título original, permitiendo a aquellos que no disfrutan especialmente del multijugador saborear una experiencia mucho más duradera. Por otro lado, se han diseñado nuevos mapas para los combates online, muchos de ellos temáticos, inspirados en las diferentes facciones como el mapa del Japón tradicional o la noche de hadas en la zona de Rumanía. El resultado es material más que suficiente para expandir el título hacia nuevos horizontes sin perder en ningún momento la línea base marcada por Red Alert 3, aunque algunos retoques y la inclusión de las unidades nuevas haya hecho perder algo de seriedad al apartado jugable.
Lo que es muy cierto es que esta expansión se mantiene tan fiel a los valores de producción de la saga como el Red Alert 3 original. El enfoque cinematográfico se ha mantenido, utilizando en el casting a rostros conocidos como Gemma Atkinson e Ivana Milicevic, que repiten papel desde el original, mezclándose con caras nuevas como Holly Valance, Ric Flair, o Jodi Lyn O'Keefe, conocida en nuestro país por su papel en la serie Prison Break. El nivel de las actuaciones, que mantiene la línea de la franquicia es más que correcto, manteniendo una posición entre lo irreverente y lo rígido de la disciplina militar que sienta francamente bien al título.
Por sus cambios, Uprising resultará una introducción perfecta para los que no hayan probado anteriormente Red Alert 3, ya que su curva de dificultad es menos inclinada y la IA, que no nos pondrá muchas presiones en general, ofrecen una experiencia más satisfactoria a corto plazo. A largo plazo, la mecánica de victoria acaba haciéndose algo reiterativa en los desafíos, y tendremos que buscar de nuevo el modo multijugador, que no se ha visto demasiado reforzado en esta ampliación. Sin embargo, si disfrutamos del juego en solitario, podremos sacarle mucho jugo a lo que Uprising tiene por ofrecer.