Civilization V: Dioses y Reyes
- PlataformaPC8.6
- GéneroEstrategia
- DesarrolladorFiraxis Games
- Lanzamiento30/04/2012
- TextoEspañol
- VocesEspañol
- Editor2K Games
Civilization V: Dioses y Reyes
Civilization V recibe su primera expansión, con el sobrenombre de Dioses y Reyes. Un paquete que extenderá algunas de las opciones ya existentes en el juego, además de introducir nuevas variantes que no se incluían en la entrega original, ni en alguno de los contenidos descargables existentes hasta la fecha. Firaxis Games, responsable de esta afamada saga de estrategia por turnos, introduce dos elementos imprescindibles para la historia y desarrollo de cualquier civilización: la religión y el espionaje.
No eran pocos los que echaban de menos ciertas características concretas en el 4x de Firaxis Games. Parece que los grandes avances en diferentes aspectos del juego, obligaron a dejar fuera algunas funcionalidades muy arraigadas en la propia serie, incluso en títulos de corte similar. Los usuarios han reclamado, en general, tres elementos clave omitidos durante el lanzamiento de la quinta entrega: política, espionaje y religión. Para la primera, parece que tendremos que seguir esperando, pues nada indica que se tengan intenciones de incluir elecciones sobre el tipo de gobierno de nuestras culturas. Pero, afortunadamente para los amantes de Civilization, las dos últimas llegan con la primera expansión del juego. Gods & Kings, o Dioses y Reyes, un nombre que ya nos indica de entrada, que las creencias tendrán un papel protagonista en la historia de las culturas incluidas en el juego. ¿Es posible imaginar el desarrollo de los grandes imperios, si nos olvidamos de la fe y doctrinas que se promulgaban en ellos? No hay que subestimar el poder de los dogmas, elementos capaces de unir pueblos, y dividir imperios. Por fin, tras casi dos años desde el lanzamiento de Civilization V, la religión tiene cabida entre sus opciones.
Para ello, se ha incluido una nueva medida: fe. Al igual que ciencia, cultura, felicidad u oro, este valor se irá incrementando en función de los entornos y edificios existentes en la ciudad, con posibles modificaciones con motivo de opciones especiales o eventos. El valor inicial para nuestra fe, será 0, y no lo podremos ver incrementado hasta investigar las tecnologías que den lugar a la construcción de templos, exceptuando algunas culturas que pueden obtener puntos de fe sin necesidad inmediata de lugares de culto. El funcionamiento de esta medida, es bastante similar al del valor de cultura: se establecen ciertos valores objetivo que, al alcanzarse, nos permiten acceder a edificios o unidades especiales. La primera de elllas, fundamental para iniciarnos en las creencias, es un gran profeta. Se trata de un gran personaje que nos permite elegir entre dos opciones principales: edificar un lugar santo, donde se adquieren más puntos de fe si dedicamos ciudadanos a su explotación, o fundar un panteón. La segunda función solamente estará disponible una vez, y es el paso previo a poder fundar nuestra propia religión. Una vez haya aparecido el profeta, el valor de fe se reduce, y el necesario para lograr otra aparición aumenta.
La construcción de ciertas maravillas, o la adopción de algunas opciones culturales, pueden dotarnos de estos personajes de forma automática. De igual manera, conforme vayamos avanzando en los caminos de la fe, los puntos de esta categoría se podrán utilizar para edificar templos, comprar unidades de guerreros especiales, adquirir misioneros o inquisidores, ... como iremos viendo más adelante. Sin embargo, en este momento solamente hemos fundado un panteón, que se caracteriza por una creencia. Esta se traduce a una realidad sobre nuestra fe, que se aplica de inmediato a la ciudad dónde se funda el panteón. Así, un dios de los mares nos ofrece más recursos en zonas costeras, un dios de los campos mejores resultados en las cosechas y un dios de los artesanos, mejora la producción. Existe una amplia variedad de creencias, aunque solamente podemos escoger una al iniciar nuestro credo. Más adelante, esa será la base para fundar nuestra propia religión. Por otro lado, no todas las ciudades que poseamos pasarán a adoptar este nuevo dogma. Solamente la ciudad de fundación tendrá un buen número de adeptos, y las creencias tendrán que extenderse, poco a poco, por el resto de asentamientos de nuestra civilización.
Si seguimos aumentando nuestra fe, y logramos que otro gran profeta nazca entre nuestras fronteras, la opción de fundar panteón se verá cambiada por la de iniciar una religión. Si nos decantamos por hacerlo, además de las creencias de panteón, elegidas al principio, se nos dará la opción de escoger otras dos: la de fundador y la de seguidor. De esta forma, cualquier religión se caracteriza por tres dogmas: el de su panteón, el de su fundador y el de sus creyentes. Esto da lugar a una larga serie de combinaciones, con las que afectar a la explotación de las casillas de las ciudades, obtener oro o más fe, extender las creencias de forma más rápida u obtener ventajas al asimilar otras naciones. El nombre de esta nueva y flamante religión no podremos escribirlo nosotros, y tendremos que escogerlo de entre una serie de 11 posibilidades reales: cristianismo, hinduismo, taoísmo, judaísmo, etcétera. Por supuesto, esto altera completamente las creencias existentes en la historia de nuestro mundo real, y podemos encontrarnos con que un reino árabe profesa un budismo basado en el dios de los mares. Pero estas son las cosas que pasan en Civilization, y de las que surgen anécdotas realmente curiosas. Bien, ahora trataremos de extender nuestro dogma.
En primer lugar, se dará el caso de ciudades que continúen creyendo en el panteón original, y no se trasladen a la nueva creencia. También podemos encontrarnos con otras que han sido influidas por religiones colindantes, cuya influencia haya traspasado nuestras fronteras. Para unificar nuestro reino bajo una sola fe, será más eficiente si nos hacemos con los servicios de misioneros e inquisidores. Los primeros puede ir a cualquier ciudad y comenzar a pregonar las bondades de nuestro credo, consiguiendo adeptos a la causa. Los segundos, reducirán el número de creyentes de otras religiones. Aquella religión mayoritaria en cada ciudad, puede obtener beneficios adicionales basados en las creencias escogidas al ser fundada. Esta realidad, también nos permite realizar una conquista silenciosa, por medio de la religión, de ciudades-estado o posesiones de otras culturas. Si conseguimos que nuestra fe sea mayoritaria en sus emplazamientos, recibiremos más bonificaciones. La influencia de estos credos es mucho más fuerte hasta la llegada del Renacimiento, puesto que en ese momento, los precios para seguir adquiriendo profetas suelen encarecerse demasiado, reduciendo su frecuencia de aparición, y casi todas las religiones ya están fundadas.
Llegados a ese momento histórico, es otro elemento nuevo el que aparece en el juego: el espionaje. Su mecánica es extremadamente simple, aunque efectiva. Con cada cambio de Edad, conseguiremos un nuevo espía para nuestro equipo de intriga, que puede ser ubicado en cualquier ciudad conocida, propia o ajena. En el caso de ser destinado a una villa de nuestra cultura, el agente solamente realizará labores de contraespionaje, evitando la influencia del resto de espías de otras civilizaciones. Si, por el contrario, le enviamos a una ciudad-estado, nuestro especialista en intriga se introducirá en su política para intentar que nuestra influencia sea mucho mayor, mejorando nuestra relación con la ciudad independiente. Por último, si es enviado a una ciudad de otra cultura, recibiremos información sobre los movimientos diplomáticos del enemigo, la distribución de sus construcciones y podremos robar tecnologías que no hayamos investigado aún. Por supuesto, la calidad de la información obtenida, así como la posibilidad de no ser cazados en el acto, dependerá de la experiencia del agente, que irá mejorando con cada una de las misiones que realizamos, y al investigar ciertas tecnologías.
El uso que queramos dar a los datos obtenidos, ya es cosa nuestra, pero seguro que sabremos aprovecharlo. Si nos enteramos, por ejemplo, que cierto líder está conspirando para atacar a otro, podemos ir rápidamente al segundo para dar el chivatazo, logrando todo el reconocimiento y puede que su amistad. En otras ocasiones, es posible que no nos interese decir nada, para aprovechar el factor sorpresa ante las dos culturas y jugar nuestras propias cartas. Se introducen nuevas opciones diplomáticas, como la de pedir a un gobernante que retire a todos sus espías de nuestros territorios, y que suele realizarse como movimiento inmediatamente posterior al descubrimiento de un agente trabajando en nuestra zona. Sin embargo, si se trata de un espía con un buen entrenamiento, es posible que sepamos que nos han robado información, pero no podamos atribuir a quién corresponde la fechoría. Para evitarlo, el contraespionaje es clave, puesto que al interrogar a un agente capturado, puede revelarnos datos sobre la civilización de la que procede. Tengamos en cuenta que lo mismo puede ocurrir con nuestros propios enviados, así que es mejor no llamar demasiado la atención, o una misión de reconocimiento puede convertirse en nuestra ruina.
La inclusión de estos dos elementos, ha obligado a añadir nuevos edificios o unidades, así como modificar ligeramente algunos de los existentes, pero una gran parte de los elementos nuevos corresponden a las civilizaciones que aparecen en esta expansión. El juego introduce 11 culturas nuevas, aunque algunas ya fueron distribuyéndose mediante contenidos descargables. Se trata de Suecia, España, Mongolia, Austria, Imperio Bizantino, Países Bajos, Mayas, Cartago, Etiopía, Celtas y Hunos, cada una con sus unidades únicas y su característica especial. En total, esta expansión provee casi 30 unidades nuevas, 9 maravillas y unos 13 edificios. Entre las unidades nuevas, destacamos la aparición del gran almirante, un personaje especial capaz de mejorar el rendimiento de las tropas navales, así como de reparar tanto a las mismas como a las embarcadas (es decir, unidades terrestres que están viajando por mar) Además, el juego añade tres nuevos escenarios, ambientados en la Caída del Imperio Romano, el fin de la Edad Media y los principios del Renacimiento, y un entorno Victoriano con cierta estética steampunk. Por supuesto, se han incluido nuevos logros para Steam.
En cuanto a la mecánica, y salvo lo explicado anteriormente, no encontramos mayores diferencias respecto a la entrega original. Las nuevas funcionalidades se integran a la perfección, sin ningún problema, y casi se nos antoja extraño recordar el juego cuando no disponíamos de ellas. La aparición de contenido de corte político, con distintos tipos de sistemas a elegir, se sigue echando en falta, pero no cabe duda de que las religiones cumplen un papel fundamental en la partida, si sabemos aprovechar su funcionalidad al máximo. Mientras consigamos hacernos con un panteón fuerte, e iniciar nuestra religión rápidamente, no tendremos demasiados problemas para competir con el resto de creencias. El mayor problema llegará a la hora de expandir nuestras fronteras mediante la conquista, puesto que las urbes anexionadas seguirán manteniendo su credo hasta que enviemos un inquisidor. El espionaje se ha simplificado demasiado, y puede que haber añadido la posibilidad de sabotear edificios o asesinar grandes personajes, hubiera completado un poco más la lista de opciones existentes, con grandes resultados para las partidas en juego. La única pega, es que no está disponible durante el multijugador.
También se han realizado ciertas mejoras sobre la IA, y parece que los cambios han pacificado su carácter. Sin embargo, su forma de negociar suele parecer estúpida en muchísimas ocasiones, como si fueran incapaces de distinguir cuándo tienen una batalla perdida, haciendo muy complicado que podamos llegar a tratos en condiciones favorables para nosotros. En cuanto a opciones diplomáticas, salvando las relativas a solicitar la retirada de espías, no encontramos muchas más novedades. Lo cierto es, que las opciones añadidas se hacen casi imprescindibles, y el mayor error de Firaxis Games radica en no haberlas introducido con el lanzamiento original, en lugar de mediante una expansión. No sabemos si será la última ampliación para Civilization V, puesto que puede que una futura incorporación quiera darnos todos los elementos que seguimos echando en falta, pero el contenido añadido en ésta es realmente interesante. Si el original te pareció escaso, lo mejor es que vuelvas a darle una oportunidad añadiendo todas estas nuevas opciones. Si jamás logró atraer tu atención, es muy difícil que lo consiga ahora. Y, si eres un incondicional de la saga, tienes en Civilization V: Dioses y Reyes, una cita obligada.
Casi por último, una obligada mención a las modificaciones de usuario. La simbiosis entre esta nueva entrega de Civilization y Steam, se ve propiciada por la funcionalidad Steam Workshop, la misma que permite la distribución de contenidos para juegos como The Elder Scrolls V: Skyrim. De esta manera, el acceso a las creaciones de otros jugadores es mucho más simple, y de un simple vistazo podremos localizar y actualizar los contenidos modificados. Además, todas las nuevas incorporaciones a Civilization V: Dioses y Reyes, están disponibles para que los usuarios hagan uso de su extensa imaginación, por lo que no tardarán en aparecer contenidos y mods que alteren el funcionamiento del espionaje y la religión, y permitan efectuar nuevas acciones. Claro que, todavía tendremos que esperar un par de días para eso. Pero, cuando uno está acostumbrado a liderar miles de años de historia de una civilización, el día es una medida excesivamente pequeña.
Muy Bueno
Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.