Sacrificio final

Las secuelas forman parte del modelo de negocio de Square Enix desde sus inicios –antes y después de su fusión empresarial– con sagas más que consagradas como Final Fantasy, Dragon Quest o Kingdom Hearts, además de otras obras maestras clásicas en el género del J-RPG. Ya sea con más o menos éxito, las diferentes entregas de sus sagas más exitosas siguen adelante y no parece que dicho modelo de negocio vaya a cambiar en un futuro próximo. En colaboración con Media Vision lanzaron al mercado en 2010 Chaos Rings, un J-RPG exclusivo para dispositivos iOS que logró un más que notable éxito de crítica y público. Como no podía ser de otra manera, al año siguiente llegó la precuela Omega, que resultó ser demasiado continuista, quedándose sólo un poco por debajo del original.

Una nueva línea argumental
Con la idea de superar los dos primeros títulos llega una secuela con las suficientes novedades como para sorprender a los fans de esta joven e interesante franquicia iOS. Manteniendo el estilo de los Final Fantasy, Chaos Rings toma muchos elementos de su saga fetiche, aunque se nos presenta con una marcada personalidad, dando como resultado una fórmula diferente y más que recomendable para los aficionados al género. En este caso, el título sorprende por su cuidado apartado técnico y por una jugabilidad revisada para la ocasión, evitando algunas decisiones algo extrañas de los anteriores Chaos Rings y dando como resultado un J-RPG más redondo en todos sus aspectos.

Es importante dejar claro que a pesar de mantener el nombre y añadir un II, no se trata de una secuela directa; el título no sigue la historia del primer Chaos Rings, así que los que esperen seguir la aventura del primer título, quedarán decepcionados. Esta vez la aventura no se centra en las parejas protagonistas como en las anteriores entregas; a pesar de que seguiremos luchando con dos personajes, el argumento se centra en Darwin, un joven mercenario con un oscuro pasado que debe acometer una terrible tarea; en un mundo devastado, el tiempo se ha parado gracias a fuerzas divinas y la única solución recae en el sacrificio de las almas de cinco inocentes. Su misión de complica cuando Darwin se da cuenta de que una de sus víctimas es Marie, su amiga de la infancia.

Todo un mundo sin vida
A partir de aquí, tanto Darwin como sus compañeros deben abrirse paso por este mundo árido, tratando de encontrar la solución a tanto sufrimiento. Durante nuestra aventura podremos controlar a diferentes personajes, lo que añadirá dinamismo a su jugabilidad. Tenemos a nuestra disposición un “hogar” donde nuestros protagonistas pueden descansar, recuperar fuerza mágica, investigar o comprar objetos. A partir de aquí podemos bajar al mundo terrenal para seguir avanzando; los escenarios tienen un aspecto inmejorable, representados con un estilo pictórico muy atractivo y que nos recuerda que el mundo está totalmente detenido. A ello debemos sumar unos modelados de los personajes excepcionales, muy bien detallados y con unas animaciones bien definidas.

El uso de la pantalla táctil de los dispositivos iOS es excelente, permitiéndonos mover a nuestros protagonistas por los escenarios de una manera sencilla e intuitiva. A ellos debemos sumar la facilidad con la que podemos hacer uso de las capacidades de cada personaje; Marie, por ejemplo, puede mover plataformas flotantes para construir puentes que nos permitan avanzar. Li Hua, por el contrario, puede derrumbar muros gracias a su gran fuerza, mientras que Araki es capaz de cortar barreras con su espada con gran facilidad. Y todo ello con el deslizamiento de nuestro dedo por la pantalla. Siempre podemos volver a zonas anteriores para seguir explorando y aumentar así nuestros puntos de experiencia o buscar objetos que hayamos dejado atrás.

Ahora me toca a mí
Como es costumbre en el género, los combates –por turnos, evidentemente– son totalmente aleatorios y no podremos escapar de ellos. Pueden no resultar tan numerosos como en los títulos anteriores de la franquicia, pero hay momentos que su reiteración resulta incluso molesta; a lo largo de la aventura participaremos en más combates de los que nos gustaría. Por suerte, las mecánicas han sido ligeramente afinadas y nos permiten tener una mayor libertad además de resultar más amenas y divertidas. Así, cada vez que luchemos debemos decidir si lo hacemos solos o en compañía; si lo hacemos en pareja, podremos provocar más daños al rival aunque también recibiremos más golpes. Aquí es donde entra en juego la estrategia, ya que deberemos decidir qué técnicas usar dependiendo de nuestro personaje y rival.



Si logramos provocar grandes daños a nuestro enemigo podremos tener acceso a espectaculares movimientos especiales; cada personaje cuenta con sus propias técnicas y poderes mágicos. A medida que ganemos combates, aumentaremos de nivel y nuestros poderes serán más destructivos, además de poder desbloquear nuevos movimientos de nuestros enemigos derrotados. Tras cada batalla, nuestros puntos de golpes se llenarán automáticamente, lo que facilitará enormemente las mecánicas de juego entre un combate y otro. Por el contrario, para recuperar puntos de magia deberemos usar objetos o volver a nuestra base. A grandes rasgos, el sistema de combates por turnos sigue el estilo visto en los dos títulos anteriores, aunque con algunas características que consiguen diferenciarlo sutilmente de las mecánicas clásicas del J-RPG.

Podemos atacar, defender, escapar –aunque no literalmente– y usar objetos y, como se ha dicho anteriormente, atacar por parejas o en solitario. Otra diferencia respecto a los anteriores títulos de la saga recae en las habilidades mágicas, ahora conocidas como Sopia, un tipo de almas cristalizadas que garantizan diferentes poderes a cada uno de nuestros protagonistas. Las unidades Sopia que podamos recoger provienen de los monstruos que eliminemos. Los llamados Break Gauges vuelven a los combates, lo que nos permitirá cambiar el rumbo de la batalla a nuestro favor si logramos hacer bien las cosas, por ejemplo, añadiendo puntos de daño extras a nuestro ataque. El Charge Gauge, una barra que se irá llenando a lo largo de los combates, nos permitirá realizar ataques poderosos llamados Awakenings y Advents; eso sí, los primeros sólo funcionarán en combates en solitario mientras que los segundos estarán disponibles para los ataques conjuntos.



Tras las batallas podemos recoger cuantiosos premios como chocolate para recuperar energía o monedas Ohnz, el dinero usado en el primer juego; para gastar nuestros Ohnz tendremos que visitar a Piu-Piu, un vendedor bastante excéntrico. Estos elementos representan las únicas conexiones con los dos primeros títulos de la franquicia. Con todo, Chaos Rings II presenta dos grandes problemas que, si bien no deben servir como excusa para no disfrutar de todo un J-RPG en formato portátil, pueden echar para atrás a más de uno. En primer lugar tenemos que leer los textos del juego –que no son pocos precisamente– en perfecto inglés, entorpeciendo excesivamente la comprensión y el seguimiento de los diálogos si el jugador no tiene un buen nivel del idioma. En segundo lugar, el título tiene un precio de 14,49 euros en iPhone y iPod Touch y de 15,99 euros en iPad, una cantidad excesiva para tratarse de un título de la App Store, más si tenemos en cuenta otros títulos con similares niveles de producción y con un precio mucho más reducido.