¡Mi reino por un caballo! y un arquero, un soldado, un monje, un...

A estas alturas, nadie que haya jugado al Warcraft puede pensar que un juego de estrategia medieval en tiempo real pueda tener un tanto de originalidad en su concepto. Si nos preguntan por un juego en el que se hayan de gestionar recursos de la naturaleza para construir un poblado y un ejército con el que combatir y defenderse del contrario, ¿cuántos nombres nos vienen a la mente?. Entonces, ¿qué tiene este título para poder lanzarse a la palestra con la cabeza bien alta? Pues que es divertido, bastante divertido...

Los ETR son, dentro de su complejidad, un concepto de juego bastante sencillo: "ahí tienes un par de aldeanos famélicos, un puñado de piedras y un bosque. Por favor, me levante una fortaleza con su ejercito lo antes posible ya que el (ya crecidito) ejercito del contrario casualmente ha decidido barrerte de su universo virtual. ¿He dicho que en el bosque vive una horda de jabalíes mutantes homicidas?". Así que la simpleza del organizar los recursos para un bien común, se convierte en un precario equilibrio entre "necesito oro" y "me están zurrando hasta en el filtro anisotrópico". Y esta estresante situación no sólo llega a ser entretenida, sino apasionante.

En Castle Strike no va a ser menos. Tu objetivo mas común consistirá en crear un asentamiento (dividido entre castillo y pueblo), y usar a los aldeanos para recoger materiales suficientes que te permitan construir más edificios y crear ejércitos que te sigan allá donde vayas. Con esta fuerza de choque tendrás que atravesar los muros (muchos, a veces) de la fortaleza enemiga y aniquilar con saña y total desprecio a sus defensores. Bueno, la saña y el desprecio no son necesarios, pero una buena carcajada tras la matanza es lo más propio para las costumbres de ese siglo, ¿no?.

He dicho que este es el objetivo más común, pero no es el único. Algo que me ha sorprendido gratamente es la variedad de misiones o acciones que has de llevar a cabo para terminar un nivel: Puedes tener un grupo fijo para acabar con un puesto avanzado, o tener que contratar mercenarios para acabar con un avaricioso recaudador de impuestos, rescatar a una princesa de sus captores, o entrar solo en un castillo, en el más puro estilo Metal Gear o Commandos, para obtener información de un fraile amigo tuyo (las unidades enemigas muestran su campo de visión para evitar que te descubran y atacarlas por la espalda).

Pero en la mayoría de las ocasiones, tu asentamiento será el centro del juego, como en la mayoría de los ETRs. A veces ya tienes un castillo medio levantado (o medio destruido), y ya partes con la base, pero en otras ocasiones debes empezar desde cero. Lo primero (y único) que puedes construir es la Torre de la Fortaleza: un edificio que se convierte en la morada del señor y alrededor del cual edificas y creas unidades. Una vez tengas la torre, puedes empezar a crear aldeanos (sirvientes) que se dedican a construir/reparar edificios o recoger materias primas.

Hay cuatro tipos de materias primas, pero sólo puedes recolectar tres: madera (en los bosques), hierro (en las minas), y piedra (en las canteras). Estas materias son inagotables, es decir, que cuando encuentras una mina, cantera o similar, puedes estar enviando siervos durante toda la partida que no se agota la fuente (y sin llegar a Australia, oiga). Otro elemento a tener en cuenta, ya que no es precisamente inagotable, es el vil metal: el oro. El oro se te entrega dependiendo de la gente que tengas en ese momento (a modo de tributo), y cada cierto tiempo.

Si eres de los que piensan que el Sr. Burns es modelo de generosidad, y te encanta rodearte de sacas de dinero cual Tío Gilito, tienes la opción de construir una Oficina de Impuestos, con la que oprimir al pueblo al igual que en tus fantasías. Eso sí, al igual que una naranja que ha pasado mucho tiempo en el exprimidor, si les presionas demasiado no rinden como deben y toda la parte "civil" del juego se ralentiza; curiosamente, si les alivias de cargas fiscales también se sienten inseguros y bajan su rendimiento durante un tiempo.

Precisamente el control de los siervos y sus tareas es uno de los aspectos que más gratamente me ha impresionado en el juego: su sencillez, y eficacia sin par te permite casi olvidarte de los recursos salvo que quieras potenciar alguna de las materias primas. Sin contar el botón de "crear siervo", todo consiste en una barra horizontal con un marcador, y desplazando la barra decides cuantos aldeanos los pones a trabajar en la recolección, y cuantos a construir/reparar edificaciones (o apagar incendios).

A su lado hay un triángulo, y cada vértice es una materia prima. Según la posición del puntero que hay en su interior, las tareas se reparten entre los siervos recolectores. Ejemplo: si tienes 9 recolectores, y el puntero está en el centro del triángulo, tendrás 3 siervos cogiendo leña, 3 picando en la mina y 3 sacando piedras. Si colocas el puntero en el extremo de la madera, más te vale que no te pillen los de ICONA porque tendrás a toda la banda talando árboles. Así que te distribuyes a los recolectores/constructores, pulsas el botón de "enviar todos los siervos al trabajo", y ellos mismos se reparten las tareas. C'est finí.

También dispones de un botón de "ver siervos inactivos", para detectar algún elemento ocioso o cualquier constructor que haya terminado de edificar. Tan sólo has de vigilar que las materias primas se recogen de forma más o menos proporcionada, y bueno, que tengas siervos vivos para trabajar, porque desconozco de qué se alimentaban, pero por más hachazos que les metan en la yugular siguen currando hasta que se les cae la cabeza... ni se inmutan, oiga. Menos mal que entre las construcciones disponemos de algunas clases de alarmas (tambores, campanas...) con las que podemos alertar a la población civil para que abandonen sus tareas y corran a la seguridad del castillo. Una vez hayamos eliminado la amenaza, desactivamos la alarma y automáticamente vuelven a su tarea original. Que buenos y decentes que son... si es que no nos los merecemos.. snif....

Una vez tengas la materia prima que consideres necesaria, puedes seguir construyendo diferentes edificios: barracas, arquerías, establos, granjas, pozos, iglesias, forjas, herrerías, torres de alquimistas, serrerías, hosterías, el ayuntamiento, plazas.... Por supuesto, hay edificios que sólo se pueden construir si previamente tienes otros edificios o conocimientos. Pero ninguna de estas endebles construcciones tiene visos de perdurar en el tiempo, si no hay un castillo de poderosos muros que les protejan. Si señor. Con un par.

¿Recordáis que lo primero que hemos construido es una torre?. Pues ahora hay que fortificarla: en cuanto dispongamos de los recursos suficientes se nos habilitará la opción de planificación del castillo. Desde aquí, y de una forma tan sencilla como la de "pinchar y arrastrar", crearemos las murallas que formarán nuestro perímetro defensivo (tantas líneas como queramos, sólo nos limita la orografía del terreno y la distancia desde la fortaleza central), y a partir de aquí, a jugar al Exin Castillos: almenas, torres de defensa, pórticos, catapultas, túneles secretos, calderos de brea hirviendo para arrojar sobre los incautos enemigos que se pongan debajo...

Aunque reconozco que he echado de menos la posibilidad de construir un foso alrededor del castillo (con o sin caimanes, no importa) junto con su inseparable puente levadizo. Si es que soy un nostálgico.... tal vez se pueda en niveles muy avanzados, pero si aún no lo he visto y ni siquiera sale en las instrucciones... Pues eso, vamos compaginando la construcción del castillo con la de la aldea, mientras vamos aumentando nuestras fuerzas de combate, ya que iremos teniendo encuentros con grupos que vienen a demostrarnos lo mal que les sabe tenernos como vecinos. Una vez tengamos un ejercito tamaño Sexta Flota, podremos decirle a nuestro Némesis cuatro cosas acerca de su costumbre de poner alto el volumen del laúd.

Así que como podéis adivinar, la vida en la edad media no consiste sólo en cultivar nabos, escribir cántigas, participar en torneos para conseguir los favores de una voluptuosa damisela, quemar herejes o participar de enormes comilonas en una aldea de irreductibles galos. La sombra de la guerra se alarga durante todo el periodo, así que veamos qué tenemos disponible para repartir saludos en plan Poli Díaz.

Las unidades básicas que tenemos son el alabardero, el soldado con espada corta, y el arquero. A medida que vayamos investigando y realizando hallazgos, estas unidades mejoran y se actualizan... mejores arcos y espadas, lanzas, espadas a dos manos, exploradores, unidades a caballo, saboteadores, zapadores (con los que podemos hacer un túnel bajo un muro para entrar a un castillo), monjes, etc...

Estas unidades se controlan de la forma clásica de seleccionar con el ratón y, dependiendo dónde se pincha luego, ataca, o se mueve, o se monta en algo, o recoge un objeto, vamos, lo de siempre. A medida que pelean y hacen amigos ganan puntos de experiencia, y según los puntos que van alcanzando pueden subir de nivel. Evidentemente, a mayor nivel, mejor rendimiento (más daño hace y menos recibe), con lo que es bueno que sobrevivan. También se pueden agrupar un número de unidades en diversos grupos que se pueden seleccionar con una combinación de teclas, para gestionarlos mejor (¿a que nunca lo habíais visto?). El máximo nivel de experiencia que puede alcanzar una unidad es 3, pero hay una serie de personajes que pueden llegar hasta 8. Esas unidades son los Héroes.

¿Qué son los Héroes?, bueno, son unos personajes que son conocidos por su valentía, arrojo, y desdén por el miedo. Son líderes natos que, o bien se tratan del personaje central de la campaña que estas jugando (el que siempre ha de sobrevivir para acabar la fase), o los puedes contratar en las tabernas para que dirijan tus contingentes de tropas. Esos Héroes, además de tener más puntos de vida, de ataque o de defensa que la mayoría, se utilizan para crear lo que se llama un Frente.

Cuando seleccionas un grupo de soldados (de cualquier tipo), y hay un Héroe entre ellos, se te da la oportunidad de crear un frente. Ese frente siempre va junto (pinchando sobre un único soldado, seleccionas a todo el grupo), y obtiene bonificaciones extra de ataque, defensa y movimiento, gracias al Héroe que lo dirige (si al crear un frente tienes seleccionado a más de un héroe, sólo se agrupa el primero que haya pasado bajo el cursor). Evidentemente, si dispones de los efectivos suficientes, puedes crear tantos frentes como Héroes dispongas, con lo que dispondrás de más unidades modificadas.

Así que ya tenemos un ejercito que haría temblar las cejas del mismísimo agente Smith... bien, pronto verás que es divertido eso de destripar gente, desmembrar arqueros y aterrar a pacíficos aldeanos, pero en cuanto llegues al HiperCastillo Exín del contrario, o les minas la moral a base de insultos o ya te puedes volver a casa, porque no podrás hacer demasiado contra las murallas..... y es que para eso ya están las Armas de Asedio.

Una vez hayas construido las edificaciones pertinentes, podrás fabricar armas específicas para entender lo que significa el término "destrucción masiva" (tiembla, Bush). Se trata de catapultas, megaballestas, onagros, arietes, torres de asalto, cañones de varios tipos... una gran variedad de juguetes con los que rechazar a quien asalte tu castillo, crear grandes pérdidas en las escaramuzas de la infantería, y convertir las murallas del contrario en un amasijo de ruinas que haría las delicias de Indiana Jones.

Estas armas, al contrario de lo que estamos acostumbrados, no son unidades independientes, sino objetos inertes que necesitan de gente para que funcionen. La forma de actuar es la siguiente: cuando construyes este tipo de arma, lo que observas es una carreta tirada por un par de bueyes; esto es porque se trata de la máquina antes de ensamblar, hay que dirigirla a dónde quieras utilizarla y, una vez en su sitio, montarla.

Una vez montada, debes escoger un número de soldados (depende del tipo de arma) y ordenarles que monten posición en el arma; ojo, una vez hecho, esos soldados son únicamente servidores del arma, y no atacarán individualmente. De la misma forma, si uno de los soldados muere, el arma queda inutilizada hasta que vuelva a tener todos los servidores. Una vez ya tengas el ejercito deseado, puedes usar las catapultas y cañones para derribar muros, o las torres de asedio y escaleras para escalar los muros... eso ya queda a nuestra elección.... o a nuestra falta de coordinación, porque el gran disfrute del juego es a su vez el gran problema: los combates. Y no es porque sea difícil, complicado o irreal el sistema de lucha, sino porque el juego adolece del mismo problema que tienen todos estos juegos en 3D: las vistas.

Resulta que si bien el motor del juego te permite obtener unas imágenes alucinantes y espectaculares del paisaje, los decorados, las escaramuzas.... no hay manera de encontrar una vista con la que poder ver de forma decente a todos tus soldados y coordinarlos de forma decente... Al final lo que haces es alejar la cámara todo lo que puedes y ponerla en posición más o menos cenital, con lo que se pierde bastante de la espectacularidad que debería verse... y aun así es bastante fácil perder soldados que no sabes por donde se meten, pero sabes que están porque se oyen sus gritos y chocar de espadas.

Las almenas y torreones son tan altos que los tienes prácticamente en los morros, incluso eres capaz de distinguir el tendedor de donde cuelgan las recién lavadas enaguas de la princesa, pero resulta que esas hormiguillas que se ven al fondo son tus soldados y no ves bien lo que hacen, porque ese maldito torreón te quita la perspectiva (princesa, tía, tiende las enaguas en otro sitio, ¿no ves que estamos ocupados?.... o eso o compra pantys). En fin, si bien es mas fácil el que se despiste alguna unidad suelta antes que perder la visión por los ladrillos de un almenaje, cuando sucede te pones de bastante mala uva. De todas maneras el juego es lo suficientemente entretenido como para perdonar de vez en cuando estos detalles (he dicho de vez en cuando, ¿ein?, no vayamos a liarla luego...)

Y así vamos pasando nivel tras nivel... eliminamos soldados, acabamos con tiranos, evitamos hordas de muertos que surgen de su tumba para darnos otra cosa en que pensar (o los troceamos, lo que sea más divertido), construimos villas, destruimos otras....  todos a una para lograr el objetivo común, ¿no?..... Pues no, mire.

Podremos ir enfocando nuestros esfuerzos para conseguir las fuerzas necesarias para derrotar al malvado enemigo, a veces el reverso tenebroso de la fuerza lo tienes en tu propia casa. Pueden aparecer enfermos de plaga que contagian a tus soldados (el viento incluso arrastra la plaga y puede ir contagiando gente por el camino), delincuentes que te acechan desde los bosques, incendiarios... Si has construido un calabozo los puedes detener y confinar, e incluso usarlos en provecho propio si les conmutas la pena a cambio de que actúen en tu bando.

También has de tener cuidado en no presionar fiscalmente a tus siervos, porque si se sienten excesivamente oprimidos pueden sublevarse, abandonarte del todo y tal vez incendiar el ayuntamiento si les pilla de paso (pues ya podrían comprarse una estufa y dejarme en paz, ¿no?). Por supuesto, todos estos niveles están engarzados en una historia que enlaza un nivel tras otro, salpicados de escenas cinemáticas creadas con el propio motor del juego, lo cual ayuda, y bastante, a sumergirnos en la historia y batallar por el honor de tu familia. En fin.... pues a grandes rasgos esto es lo que encontraréis en el juego... no digáis luego que no estáis advertidos, tiruriru tiruriru tiruriruuuuuuuuuu...

En cuestión de partidas multijugador, todo consiste en escenarios de los que tenemos en campaña (con la posibilidad de autogenerar uno aleatorio) en la que previamente hemos definido el objetivo (conquistar castillo, rescatar princesa...), pero aún no he encontrado una partida disponible en Internet para poder comentarla. Por cierto, disponemos de un editor para crear nuestros propios mapas y jugarlos, tanto solos como en compañía.

Gráficos y sonido

El motor gráfico del juego puede llegar a ofrecer panorámicas bastante espectaculares, desde una vista desde lo alto de una torre, hasta centrarte en una simple rata que roe en un cementerio. Sería impecable salvo por un par de detalles: la imposibilidad (en ocasiones) de encontrar un ángulo de cámara efectivo para controlar tus avances, como ya he dicho antes, y que si el mapa de juego es cuadrado, es cuadrado; puedes estar paseando tranquilamente y al llegar al borde del mismo te encuentras con un corte recto en el paisaje, un precipicio abismal. Eso le quita parte de encanto al juego... podrían haber impedido el desplazamiento de la cámara, hacer que los personajes no puedan moverse más en esa dirección, algo para que simule que no estamos jugando en lo alto de una montaña, vamos...

Claro, que, teniendo en cuenta que en aquella época se pensaba que la Tierra era plana, ¡igual es que estamos jugando todas las fases en el fin del mundo!. Por lo demás el decorado está plagado de detalles que hacen más creíble el entorno: ratas que pasean, animales de granja, aves, árboles que caen cuando son talados, efectos de partículas generosamente dispuestas para efectos de fuego, humos o similar... lo normal, vamos.

En cuestiones de sonido, el que te permita el sonido envolvente te ayuda a distinguir ligeramente si los gritos de auxilio te llegan por el norte, sur, este u oeste. La música es agradable y acompaña bien al juego, cambiando de tema según la situación que estás jugando (estás luchando, construyendo, etc...). Eso sí, una vez se bloqueó la música en el tema de "se acercan las hordas enemigas" y esto me despistó bastante, no sabía si estaban atacando mi asentamiento o si sólo se acercaba una plaga de langosta... Esto me sucedió una vez, no creo que sea muy habitual, pero por si acaso lo comento.

Algo que me ha gustado es que, si bien el juego está perfectamente localizado al castellano, dependiendo del bando con el que juegues (alemanes, franceses o ingleses), las voces de tus soldados y aldeanos serán pronunciadas en su lengua natal (alemán, francés o inglés, obviamente), lo que le añade un puntito de veracidad al juego.

Guión

Bien, empiezas el juego como Thorwarld von Rabenhorst, primogénito del duque Haven von Rabenhorst y heredero de su título y responsabilidades. Al volver de una salida de cacería, descubres horrorizado que el eterno enemigo de la familia, el príncipe Alrich von Drachenfels, se ha aliado con el inquisidor Athanasius Dominico y ha atacado la fortaleza familiar, dejándola semidestruida, matando a tu padre y secuestrando a tu hermana, Svea.

Tuyo es el título de duque, ahora, y tuya es la responsabilidad de recuperar el honor de la familia, reconquistar las tierras del ducado, liberar a los siervos sometidos y rescatar a tu hermana, reduciendo a cenizas de paso todo aquel asentamiento enemigo que ose interponerse en tu justo camino...

Hay que reconocer que el juego se puede integrar perfectamente en la historia de la Edad Media Europea, como un episodio más de la guerra de los Cien Años, sin ir mas lejos... ese regustillo a Historia (con mayúscula) no te deja mal sabor de boca.

Jugabilidad

La sencillez es el caballo de batalla de este juego. Todo se puede controlar a golpe de ratón, y si no quieres complicarte la vida, puedes pasar del teclado perfectamente, aunque te ayuda en ocasiones para formar grupos y demás. El estilo de juego es tan habitual que lo hemos jugado en miles de ocasiones diferentes, con lo que no presenta grandes dificultades. La única complicación que podemos encontrar es encontrar a nuestros soldados en mitad de un asalto al castillo contrario.... entre lo que se dispersan y lo poco que a veces podemos ver, es uno de los escasos momentos que pueden irritarte.

Estrategia y trucos

Pues lo habitual del género. Tener buen suministro de materias primas, construir todas las edificaciones que puedas (cuantos más edificios has construido, más alto es el número de unidades que puedes tener). Y tampoco es descabellado el que, cada vez que empiezas un mapa, antes de hacer nada serio recorras con la poca gente disponible todo el mapa, para ver qué te rodea y qué te conviene construir primero (aldeanos, soldados, arqueros...), ya que a veces te encuentras una fortaleza inexpugnable, de la que tras varios fracasos te das cuenta de la existencia de una pequeña y disimulada puerta en una esquina del mapa, que resulta estar poco defendida.

Para los asedios es bueno tener un número decente de arqueros, pues es la principal defensa para los atacantes. Incluso es interesante tenerlos subidos a las torres de asedio: cuando montas una torre, los 4 primeros soldados que entran se quedan en lo alto, y los 4 siguientes empujan la torre y entran en el castillo al llegar. Si los 4 primeros son arqueros, son un hostigamiento efectivo mientras el resto de la infantería sube a las murallas por la torre.

Y, por supuesto, cada vez que el despiadado enemigo te ataca con armas pesadas, no hace falta que siempre respondas a cañonazos; es terriblemente más sencillo matar a los servidores del arma con un pequeño grupo, y capturarla. Acabas de ganar un arma de asedio sin gastar un solo doblón.

Comparándolo con...

Je, veamos si caben todos... Castle Strike es un juego que bebe de las fuentes de Warcraft, Empires, Medieval Total War, Stronghold, y todos aquellos ETR que han pasado por nuestras manos...

Lo que está bien

Lo que no está tan bien

Enlaces

Manual

El manual es un pequeño libreto en perfecto castellano, en blanco y negro, pero que te detalla todas y cada una de las opciones del juego, y situaciones en las que te puedas encontrar. Es bastante cómodo de seguir y una buena fuente de recursos cuando desconoces por qué aún no tienes una opción disponible en el juego. Te cuenta desde la manera cómo construir una ballesta hasta las ambiciones más íntimas de los personajes principales del juego.

Requerimientos del sistema

Mínimo: Pentium III 1000Mhz, 256 RAM, tarjeta 3D GeForce2 o similar 16 bits con 32 RAM. Resolución 800x600. 700 megas libres en HD, tarjeta de sonido compatible con Direct Sound.

Equipo de pruebas: AMD Athlon XP2000 (±1.6ghz), 512 RAM, Radeon 9000 pro, 1024x768, tarjeta de sonido Audigy, altavoces 5.1. Sin ralentizamientos en el juego, aunque a veces tardaba un poquillo en cargar el nivel. Y como he mencionado, a veces el autoarranque se colgaba.

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