¡Gracias, Capcom!

Los japoneses de Capcom son lo que son a día de hoy gracias a su increíble trayectoria en el campo de los arcades recreativos. Si bien otorgaron frutos rebosantes de genialidad en muchos de los sistemas de entretenimiento domésticos que han pasado por nuestras manos, es en la sala de turno o en el bar de tu barrio donde a buen seguro habrás podido disfrutar de lo mejor de la compañía.

El primer encuentro del que esto suscribe con la obra de Capcom fue hace mucho, pero que mucho tiempo. Concretamente, el arcade culpable de que la abreviatura de Capsule Computers se grabara en la mente de este humilde redactor fue el todavía impecable Commando. La espectacularidad audiovisual y su furiosa propuesta arcade dejaban prácticamente en pañales cualquier otra experiencia lúdica en manos de otra compañía. En esos días, para un humilde usuario de MSX como era éste vuestro servidor, lo más parecido era el más que correcto Who Dares Wins 2 de Alligata, aunque Elite convirtió el juego de forma más que decente al resto de sistemas del momento.

Muchos años han tenido que pasar para poder disfrutar de conversiones al píxel de estos clasicazos. Tras unos increíbles Ghost'n Goblins y Commandos para Commodore Amiga, hemos visto pasar prácticamente década y media para poder volver a disfrutar, de forma oficial, de los viejos mitos de Capcom tal cual. Los afortunados son los poseedores de las consolas de Sony, puesto que tanto Playstation, como PSP y Playstation 2 recibieron jugosas compilaciones de clásicos en los que era fácil volver a catar los clásicos de la veterana empresa japonesa. De hecho, el título que nos ocupa es el segundo volumen de Capcom Classics Collection, cuya primera entrega para PS2 alegró a propios y extraños por su contenido 'retro' de calidad.

Títulos más accesibles para el público de hoy son los máximos baluartes del nuevo ejemplar. Con una gran presencia beat'em up, Capcom Classics Collection 2 recorre con gusto el género que popularizó Final Fight, con maravillas de la talla de The King of Dragons, Knights of the Round o Captain Commando. Si a esto le sumas clásicos incunables a la usanza de Strider, Super Street Figher 2 Turbo o incluso el primer (y casi inédito) Street Fighter, este segundo volumen se antoja como poco menos que imprescindible. Muy bueno, muy bonito y, encima, bastante barato. ¿Alguien da más?

1941 Counter Attack (1990): Shoot'em up que continúa la tradición de los clamorosos éxitos de 1942 y 1943.

Avengers (1987): Un curioso 'yo contra el barrio' visto desde una perspectiva cien por cien atípica en el género. No tiene nada que ver con la recreativa de Data East sobre el grupo de superhéroes Marvel.

Black Tiger (1987): Jugosa mezcla de plataformas y épica acción que encandiló a propios y extraños por su genial y furioso planteamiento de juego.

Block Block (1991): Más que inspirado en el clásico Arkanoid, pero desgraciadamente totalmente falto de la genialidad de éste.

Captain Commando (1991): Celebre beat'em up donde hasta cuatro heróicos jugadores podrán repartir estopa a los más variopintos individuos.

Eco Fighters (1994): Particular matamarcianos con un estilo que parece mezclar a partes iguales lo mejor de Parodius y del más serio Area 88.

The King of Dragons (1991): Predecesor de los que luego serían los arcades de Dungeon & Dragons. Todo un señor juego, magia y espadazos al más puro estilo Tolkien.

Knights of the Round (1992): El rey Arturo y sus compañeros de armas se las ven y se las desean en un juegazo al más puro estilo beat'em up. Excelente en todos los sentidos.

Last Duel (1988): Correcto juego de disparos, cuya máxima particularidad es la dualidad de nuestro vehículo.

Magic Sword (1990): Espada y brujería para un clásico arcade de scroll horizontal. Muchas fases, más acción y un ritmo que puede terminar siendo algo monótono.

Mega Twins (1990): Todo un clásico de las plataformas más moviditas. Los hermanos Chiki Chiki, sus espaditas y mil y un peligros.

Quiz & Dragons (1990): Preguntas y respuestas en un trivial ambientado en la fantasía medieval. Bastante bizarro para ser de Capcom, la verdad sea dicha.

Side Arms Hyper Dyne (1986): Uno  de los matamarcianos más recordados de la compañía japonesa, con unos espectaculares 'transformers' al estilo Gradius.

The Speed Rumbler (1986): Arcade de disparos sobre cuatro ruedas, cuya ambientación bélica recuerda sobre todo al más popular Jackal de Konami.

Street Fighter (1987): El primero de la saga, y en verdad uno de los mayores despropósitos de Capcom. Aunque merece la pena sólo por ver a Ryu y a Ken en sus tiempos mozos...

Strider (1989): Sus espectaculares gráficos convulsionaron el mundo de los videojuegos en su momento. A día de hoy, el apartado visual de las aventuras de este ninja futurista sigue pareciendo delicioso...

Super Street Fighter II Turbo (1994): Para muchos, el mejor Street Fighter de todos. Moderno, rápido y muy, muy difícil. Esta joya vale su peso en oro.

Three Wonders (1991): Un tres en uno de auténtico lujo. 'Don't Pull' es un simpático clon del clásico Pengo de Sega; 'Midnight Wanderers' es un arcade de plataformas y acción de tomo y lomo; 'Charriot' retoma los personajes de Midnight Wanderers para llevarlos a un notable matamarcianos de scroll horizontal.

Tiger Road (1987): Un monje shaolin se encarga de protagonizar uno de los clásicos incunables de Capcom. Tan difícil como imprescindible este plataformero beat'em up.

A la conversión de los arcades es imposible achacarle ninguna pega. Junto con la sagrada opción a 60 Hz, la perfección, la suavidad con la que se muestran convierten nuestras humildes Playstation 2 en auténticas máquinas recreativas de la época. Es impagable disfrutar de estos mitos jugables en la tele del salón, donde el Dual Shock hará de fabuloso intermediario entre el moderno mundo en el que vivimos y la grandeza de otros tiempos más inocuos e inocentes.

Hay que decir que, si bien nos encontramos con juegos diseñados hace más de quince años (¡y más!), ciertos títulos se encuentran como metidos en formol, donde en el presente 2007 apenas han perdido la frescura de antaño. Los gráficos de Captain Commando, Knights of the Round o Super Street Fighter II Turbo casi pueden seguir pasando por lanzamientos 2D actuales. Incluso una maravilla como es el Three Wonders es todo un lujazo a la vista que en absoluto se antoja 'retro'.

Por último, destacar el gran trabajo que denotan los menús y demás pantallas de opciones. Todo se ha realizado con sumo gusto, donde la orientación entre apartado y apartado se ve refrendada por un diseño de lo más exquisito.

La magia que destilan los mejores lanzamientos de Capcom contrastan con el escaso poder de atracción de otros títulos más mediocres. Block Block o el primer Street Fighter atestiguan esto de que no es oro todo lo que reluce, pero son un indudable patrimonio histórico de una compañía a la que hay que tenerle toda su trayectoria en cuenta. Aún así, el hecho de que existan cosas tan alucinantes como Black Tiger, Tiger Road o The King of Dragons justifican la disolución de cualquier atisbo de duda a la hora de adquirir este producto.

También es digna de mención la cantidad de cuidados extras que atesora el disco. Tan cuidados como variados, van mucho más allá de las anodinas galerías que te endilgan en casi cualquier recopilación de clásicos. Para la ocasión, disponemos de impactantes remezclas de las bandas sonoras, ilustraciones tan geniales como inéditas para vuestros ojos, algunos vídeos de sumo interés histórico y, lo más curioso, un juego de preguntas y respuestas a la usanza del Quiz & Dragons pero con material versado única y exclusivamente en el mundo de Capcom.

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