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Call of Juarez: The Cartel

Call of Juarez: The Cartel

  • PlataformaPS3PC3604
  • GéneroAcción
  • DesarrolladorTechland
  • Lanzamiento01/12/2011
  • EditorUbisoft

Mejor el Lejano Oeste...

Call of Juarez: The Cartel abandona la arenisca del salvaje oeste por las calles de Los Ángeles, Juarez o México, en un intento barato y desesperado por lograr un producto diferente que acaba desilusionando en cuanto se le ponen las manos encima y se aprieta el gatillo.

Sin llegar a ser brillantes como el acero de la más limpia empuñadura de revólver, los anteriores Call of Juarez fueron juegos notables, que además han envejecido muy bien y son hoy recordados por algunos acérrimos, no muchos. Con esta premisa sobre la mesa, es incomprensible cómo Ubisoft y Techland -el estudio detrás del popular y esperado Dead Island- se han decidido por girar radicalmente aquella magnífica ambientación del Far West decimonónico y plantarse ante una descafeinada historia de polis y drogas en la ciudad de Los Ángeles con algunos capítulos en otras urbes claves del contrabando americano. Call of Juarez: The Cartel nacía así justo en el intento de redefinir la saga y llevarla a un marco que pudiera resultar más atractivo. Nada de eso, nos quedábamos con las casitas de madera, los vaqueros y los cancanes del Saloon, todo ello acompañado de aquella mejor jugabilidad, claro está. The Cartel ha sido un retroceso.

Tres nombres conformarían el subtítulo del juego: Kim Evans, una singular y sexy agente del FBI; Ben McCall, excéntrico y egocéntrico policía de Los Ángeles; y Eddie Guerra, miembro polémico del DEA. Los tres tendrán una doble moral cuanto menos curiosa y serán considerados desde el principio como miembros de las fuerzas del orden sin miramientos ni escrúpulos al disparar. Se ha querido en The Cartel hacer una burla fácil al cliché de 'poli malote' de EE. UU., aquel que estamos hartos de ver en películas y series.  De hecho, los tres protagonistas son una identidad en sí por separado, están muy bien identificados aunque los relacionaremos pronto con otros personajes ya existentes en cualquier otro producto de estética y ambientación similares. Recuerdan a alguien, y eso no es del todo bueno aunque tampoco negativo.

Cada personaje tendrá intereses ocultos al resto y esto genera situaciones divertidas, pero no están todo lo bien representadas que nos hubiera gustado y no llegan a sorprender una vez que se comprende esta problemática. McCall es un apellido conocido por todos los que hayan jugado a anteriores Call of Juarez. Miembro del departamento de estupefacientes del LAPD, Ben McCall sirve de nexo de unión entre este juego y los anteriores. Pero que nadie se engañe, el hilo que une The Cartel con la primera entrega  y Bound in Blood es meramente dramático, con este descendiente del protagonista original como personaje jugable y con una historia detrás expuesta ahora. Nada más une a The Cartel a los dos anteriores Call of Juarez. De hecho, parece un juego de una saga distinta, una nueva IP, pues hasta los menús, las armas o la música han cambiado, motivación tomada también por el giro radical en ambientación, gráficos y narrativa.

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The Cartel es un shooter desenfadado, sin seriedad aunque la intenta en muchas fallidas ocasiones. Algunos otros géneros, como la conducción o la exploración se dan cita en una jugabilidad bastante tosca y tradicional, un poco en la línea de lo que acaba de pretender reflotar Duke Nukem pero con un éxito similar o incluso peor. Y esto se debe a un mal concepto de inicio y la falta de presupuesto económico, claramente manifestada en decenas de errores como personajes que hablan cuando ya han muerto, menús simples y poco llamativos, algún fallo visual de desapariciones,  errores de IA, etc. The Cartel no se corta, y coge muchos conceptos de Call of Duty u otros shooters de éxito. Parece un proyecto inacabado que comenzó con grandes aspiraciones pero que se ha ido deshinchando a medida que avanzaba -cuesta abajo- su desarrollo.

Por otro lado tiene buenas ideas y sabe comportarse justo sobre los mínimos exigibles, con aspectos como su modalidad cooperativa para tres jugadores, competitivo en modos clásicos pero entretenidos, la inclusión de la Agenda Secreta o diálogos medianamente interesantes. A the Cartel sencillamente le han faltado algunos meses de refinado y mayores presupuestos a disposición de Techland. Aparenta ser un producto a la desesperada, una opción publicada simplemente para no perder tanto dinero como lo que podría haber supuesto su abandono definitivo. Es un juego totalmente consciente de que llega en una mala época para género FPS, completamente superpoblado y donde es difícil competir con títulos de calidades mediocres como éste, que solo son entretenidos durante las primeras horas y no tienen demasiadas innovaciones que ofrecer ya que no están ejecutadas como deberían.

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Si empezamos por el envoltorio, este nuevo Call of Juarez no es para nada llamativo gráficamente y todo su apartado técnico (sonido, efectos, físicas, iluminación, animaciones…) en general ha acabado quedando bastante por debajo de lo que todos esperábamos tras ver los primeros tráilers, dándole cierto look de título de la generación pasada. Lamentable. Pese a tener buenos detalles, como algunas texturas, distancia de dibujado del horizonte prolongada, elementos destruibles y buen juego de partículas en pantalla, de manera absoluta no estamos ante un motor gráfico explotado como debería, con muchas zonas descuidadas en contraste con otras más trabajadas, con escenarios muy lineales, pasilleros e insulsos que fallan ya desde su diseño y se estropean más aún en su exposición en la escena.

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Los personajes se mueven con soltura, con animaciones bastante variadas pero nada que ver con los grandes iconos del motion capture actual ni la vistosidad en este sentido, como sí hacen otros shooters como Battlefield, Uncharted o incluso Ghost Recoon, también de Ubisoft pero aparentemente más trabajado. El modelado de los enemigos es totalmente clónico, lo que resta interés y credibilidad al juego en general, y no es difícil encontrar comportamientos extraños o gestos mal definidos. A pesar de todo, los tres protagonistas y los antagonistas principales sí están bastante más cuidados, lográndose un estilo cinematográfico que recuerda en muchos sentidos a las series B de delincuencia de barrio norteamericano. Los diálogos, absurdos, pobres y vergonzosos en demasiadas ocasiones, no se adecúan a esto que comentamos. Los protagonistas nos caerán mal y no tienen carisma alguno.

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La ambientación de The Cartel es variada. Desde tiroteos en las calles de rascacielos del centro de Los Ángeles hasta desiertos de la frontera norte de México, o las ruinas de Ciudad Juarez. Aunque tiene un diseño muy lineal y estructurado, para que el jugador no se salga demasiado de las líneas generales de la trama, los distintos niveles están coherentemente expuestos, con elementos móviles y destruibles y zonas más abiertas llenas de coberturas por donde ir avanzando, siempre disparando y coordinando la acción con los compañeros. Las localizaciones sucias y trágicas del mundo de la droga se intercalan con lujosos edificios y exteriores de los traficantes, a los que perseguiremos en cada episodio. Una cinemática introduce cada nuevo tramo argumental, aunque una vez acabada estaremos ya con el arma en mano y prácticamente rodeados, sin preámbulos.

Call of Juarez mezclaba tradicionalmente mecánicas distintas y hasta minijuegos. En The Cartel este batido de géneros se ha simplificado y solo en muy contadas ocasiones dejaremos la jugabilidad shooter para hacer otras cosas. Con un manejo estándar y habitual, el control en este juego es admisible, plano pero funcional, sin complicaciones. No hay un sistema de coberturas como tal, ni personalización de armas, por ejemplo. Todo se basa en avanzar, recoger armas, disparar, ver scripts y seguir avanzando. De vez en cuando se introduce una secuencia en coche disparando o una persecución, pero nada destacable y con un manejo muy poco realista, que basa el reto que ofrece en el extraño comportamiento del automóvil. Sí es interesante la inclusión de la llamada Agenda Secreta de cada personaje, que los enfrentará entre sí on objetivos secundarios que realizar sin que se entere el resto. Esto en modo multijugador cooperativo para tres gana bastantes enteros, aunque a las pocas partidas nos conoceremos todos los objetivos y podremos fácilmente adivinar cuál le ha tocado a cada uno.

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The Cartel convierte toda su experiencia en una sucesión híper repetitiva de disparos y más disparos a enemigos clónicos y poco inteligentes, sin ningún atractivo que otros shooters mucho más inspirados no tengan.  La IA está poco desarrollada, también la aliada, que tiene comportamientos incoherentes en demasiadas ocasiones entorpeciendo la velocidad de juego, eso sí, acelerada. Acabar el modo campaña nos llevará unas 8 o 10 horas, aunque podremos volver a rejugarla con otros dos amigos en modo cooperativo. Solo podremos jugar capítulos que los tres hayamos completado, nunca niveles no vistos por alguno de los miembros de este equipo online. Esto es un error, porque aunque se hace para no desvelar la historia, limita muchísimo el juego y exige pasárselo antes, además de que para muchos jugadores no tendrá ningún atractivo volver a terminar los mismos niveles por segunda vez, aunque ahora lo hagan acompañados.

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Para dar algo más de vida a este modo principal, cooperativo o en solitario, este Call of Juarez incluye modalidad competitiva online. Ubisoft no ha arriesgado nada en este sentido y ha calcado el esquema de los últimos Call of Duty aunque simplificándolo en exceso. Con muy pocas opciones de personalización, equipamiento, ventajas o variedad mapas, The Cartel propone jugar por enésima vez a modos como Deathmatch por equipos o Capturar la bandera, aquí malentines con dinero, por ejemplo. Y todo ello con un manejo algo tosco y no tan limado como otros FPS, y por supuesto menos jugadores que los juegos de éxito. En la situación en la que está el género, está cantado que estas modalidades para jugar en red contra el mundo no tendrán demasiado éxito y que apostar una y otra vez por lo mimo está empezando a ser contraproducente.

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Conclusiones

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The Cartel es una de las decepciones del verano. Mediocre en toda su oferta, pobre como juego divertido y con unos valores de producción más bajos de lo esperado, lo último de Techland no hace honor a lo que se venía hablando de él. Ubisofrt debería replantearse esta innecesaria entrega de la saga Call of Juarez, incluso toda la licencia, con todas las taras de manejo y mecánicas que trae consigo, y darse cuenta de que este revólver está completamente encasquillado, hay poco que hacer con él.  Incorpora nuevas ideas como las Agendas Secretas o el cooperativo para tres, pero no les sabe sacar partido, las deja a medias fomentando una inevitable sensación de angustia y desilusión para el jugador, que fácilmente acabará frustrado si compara al juego con los grandes FPS de hoy.

Repetitivo y chabacano en algunos sentidos, su principal atractivo reside en una historia distendida y con perfiles de personajes aceptables pero que nos caerán muy mal, algunas ideas algo mejor materializadas, y duración notable por un precio más bajo del habitual, sin alcanzar los 50 euros en sus versiones de consola. Esperamos que esta licencia no siga el rumbo decreciente que ha visto con The Cartel, es una pena. De ser así, el cañón de esta arma acabará apuntando a su propia cabeza. Aquí se ha jugado demasiado a la ligera a la ruleta rusa una primera bala.

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Lo mejor:

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  • Relativamente largo y rejugable en cooperativo por un precio inferior al habitual.
  • El modo cooperativo divierte en las primeras partidas.
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4

Mediocre

Podía ser pero no ha sido y tras pasar unos breves minutos con él quedará archivado en la estantería para no jugarlo nunca más. No lo compres, no digas que no te lo advertimos.