Call of Juarez: Gunslinger
Call of Juarez: Gunslinger
Regresamos al Salvaje Oeste de la mano de Ubisoft en este más acertado y vistoso Call of Juarez: Gunslinger para PS3, PC y Xbox 360. Diversión y ambiente de spaghetti western a prueba de balas, un producto muy completo y bien atado para los FPS y a un precio redondo, pero sin ninguna sorpresa más.
Destacar hoy en los FPS es prácticamente imposible si los valores que se mantienen a la hora de desarrollar un nuevo título vuelven a beber de la fórmula espectacular más trillada e incluso presidida por Call of Duty y todos esos shooters marcados por el script. Call of Juarez -que nada tiene que ver con la exitosa serie de Activision- juega tafmbién en esta liga, y con ello no destaca, pero este Gunslinger sí que ha puesto una producción recomendable sobre la mesa, sobre todo debido a su precio, 15 euros, y formato, descargable, sin ambiciones y sin el robo que sería poner esta obra en una caja y a 60 euros. Techland sabe que aquí maneja un producto secundario, una propuesta inferior que no quiere nada más que dar al jugador un buen rato de diversión, reflejos y la siempre apetecible ambientación del Lejano Oeste decimonónico. Todo esto está, en uno de los descargables más llamativos de las últimas semanas. Nada que ver con The Cartel.
De esquema muy arcade, encorsetado y centrado en la diversión sin más miramientos ni profundidades innecesarias, Gunslinger presenta una Campaña central protagonizada por Silas Graves, un reflexivo pistolero venido a menos que tirando de revólver, rifle y escopeta va a recorrer muchas de las calles, plazas y salones más importantes del área del Sol Poniente cruzándose en su camino con estrellas del spaghetti western más clásico como Billy El Niño o Butch Cassidy. No va a ser un viaje fácil, tampoco tranquilo, este juego se centra en disparar para conseguir puntos y rellenar una y otra vez las barras de apoyo como ralentizadores del tiempo, absorción de balas o remarque en rojo de los enemigos. Todo ello intercalando viñetas de cómic con el grueso de la trama y comentarios de la voz en off en primera persona de Graves, muy al estilo Max Payne, llenando así los constantes silencios que produce un viaje lineal marcado por la puntería y los reflejos.
Ojo de sheriff
La atmósfera que recrea Call of Juarez ha sido siempre, además de la del brillante Red Dead Redemption, uno de sus aciertos. En Gunslinger regresa el estilo más clásico a la hora de ambientar las situaciones, mapas y personajes, con muchísimas bromas de mal gusto típicas de la hostilidad del Oeste, diálogos macarras como procede a sus personajes centrales, violencia constante, iconos de este universo como las bolas de polvo, los carromatos o la horca al principio de cada pueblo, etc. Silas Graves es un personaje sacado de un western clásico que se ve envuelto en una facilona historia de western clásico. Ni más ni menos, sin pretensiones inalcanzables. Esto le llevará a dispararse contra hordas de bandoleros, rivales a caballo o verse inmerso en solitarios duelos y careos, resueltos con un minijuego que requiere concentración para controlar los dos sticks al mismo tiempo, el izquierdo para desenfundar el arma y el derecho para mantener el puntero sobre el objetivo.
Sin demasiada variedad en ninguno de sus campos ni armamento, la diversión recae básicamente en cómo Gunslinger dispone diversas situaciones con los escenarios y la forma de aparición de los rivales, y cómo la puntería y el sistema de combos de acierto son las dos claves para lograr las mejores puntuaciones más allá de otras mecánicas como podría ser no sufrir daños -aquí poco importante dado a que hay rápida autorregeneración- o preparar emboscadas y flanqueos. Ni rastro de este tipo de exigencias habituales en el género, aquí solo hay que esconderse lo justo, avanzar y atinar, como manda su poco informal estilo, todo ello en unas cuatro horas y media o cinco de gatillo fácil. Los mapas suelen acoger varias alturas y ángulos muertos para poner un poco cuesta arriba los tiroteos, hay momentos en que no sabemos de dónde viene el fuego y puede suponernos caer, pero no tiene la mayor trascendencia, el checkpoint anterior no está demasiado lejos.
Acertar a la cabeza o encadenar tiros dañinos sobre diversos enemigos rápidamente supone multiplicadores de puntos que elevan muchísimo las puntuaciones y generan una adrenalina capaz de relllenar con facilidad las barras de concentración especial. Está bien equilibrado el sistema de recompensas e incluso existe una gama de habilidades de mejora del personaje que incita a conseguir las mejores marcas. Con los puntos, podremos comprar habilidades especiales como más tiempo de cámara lenta, recarga más rápida del arma, mayor capacidad de cargador o señalización en rojo de los rivales incluso a través de las paredes y objetos, ideal para la efectividad de las granadas, aquí cartuchos de dinamita arrojadizos, como manda este universo.
La brevedad de los niveles, como si de una máquina recreativa se tratase, se adereza de otras mecánicas que añaden variedad, aunque obviamente ésta no se consigue como cabría esperar. Entre éstas están los esquivos de balas a cámara lenta, que ponen a Silas en básicos Quick Time Events donde los proyectiles vienen de todas direcciones y con la suficiente destreza éste es capaz de evitar los impactos. Se hacen pronto demasiado similares entre sí, algo ue también ocurre en los tramos contra carromatos o de espectacularidad conseguida con explosiones y derrumbes a nuestro alrededor, nada llamativos ni gráfica ni jugablemente, algo que tampoco intenta por su tono desenfadado, pero que desde luego no le sentaría mal.
Las puntuaciones son el gran atractivo de una obra que basa su rejugabilidad en la competición online con otros usuarios, hay tablas de resultados. Además, hay modalidades todavía más directas en mecánicas, como duelos uno contra uno para el minijuego de los gatillos -acertado y tenso- o segmentos extraídos de la Campaña principal repletos de rivales que aparecen de forma aleatoria y donde tenemos que sobrevivir a diversas hordas o tramos. Alarga en parte la experiencia central, que no dura mucho.
El Oeste más salvaje y descafeinado
El estilo poco serio y sencillito de todo el título se traduce también en su apartado técnico. Empezando por lo gráfico, en Call of Juarez: Gunslinger los chicos de Techland han querido apostar por una nueva atmósfera cel-shading que deja muy atrás las búsquedas de realismo y fidelidad fotográfica que sí intentaron The Cartel o el más brillante Bound in Blood. Los escenarios y personajes tienen ahora un look cartoon, como sacados de un cómic, y un montón de referencias humorísticas y disparatadas a los iconos del Far West. También esto se aprecia en los diseños de los enemigos, más similares entre sí, y el formato de escenarios, con muchas terrazas, edificios estirados, carros, huertos... La IA, como decíamos antes, no genera precisamente un reto, ni tampoco las extrañas físicas, pero en general todo el juego se comporta y consigue esa sensación de serie B que tan bien le sienta.
En cuanto a sonido, el doblaje al inglés es bastante disparatado también, con los habituales sonidos del Oeste o los gritos de "Yihaaa!" de los forajidos. Hay un buen abanico de FX sin llegar a la extenuación, con alguna mención especial para ciertas canciones, muy instrumentales y referenciales a este ambiente de película de animación. Los textos sí se han traducido a nuestro idioma, aunque puede resultar confuso leer las reflexiones de Graves en los subtítulos mientras se avanza a toda velocidad entre los tiroteos. Mención especial también a la contundencia del revolver, lograda en gran medida por el sonido que se ha colocado para ello.
Bueno
Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.