Sufriendo el día D

La Segunda Guerra Mundial es un conflicto que, por más años que pasen, se mantiene siempre presente en la mente de la humanidad. Como consecuencia, no es raro encontrarse constantemente con nuevos productos que usan dicha guerra como fuente de inspiración, ya sea en las novelas, en el cine o, como es el caso que nos ocupa, en los videojuegos.

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Brothers in Arms: D-Day es la nueva incursión bélica del conflicto en PSP, tras Medal of Honor. Sin embargo, al igual que aquel, no consigue triunfar claramente, y nos hace pensar en dónde debe estar el problema de que partiendo de una buena base no se consiga perfeccionar el toque final. Así, una vez más, un buen aspecto visual y una trama interesante se quedan inutilizados por un control bastante malo.

El elemento más importante de este título es un círculo que aparece en la cabeza de los enemigos, y que deberemos controlar muy de cerca para saber a qué atenernos. Según el color del mismo, si es rojo el soldado se encontrará en posición ofensiva, siendo demasiado peligroso acercarse a él ya que al mínimo movimiento que observe comenzará a disparar.

Por el contrario, si es gris o un color mucho más claro, estará preocupado por cubrirse de la mejor manera posible, siendo este el momento ideal para atacarle. La vista cenital con la que contamos nos permitirá saber en cada momento dónde se encuentran los soldados enemigos, pudiendo desplegar nuestra mejor táctica según la situación.

Lástima que el apartado sonoro no esté a un nivel tan elevado. No hay melodías si no es en los menús, lo cual resulta un tanto extraño en la partida, algo soso; si se intentaba conseguir una mayor inmersión en la acción, no se ha conseguido plenamente, y el resultado es desolador. Buen doblaje, por otra parte, con unas digitalizaciones de bastante calidad.

Sin embargo, donde se estropea todo es en el terreno jugable. El control es ciertamente desesperante, resultando casi imposible el poder realizar los movimientos que queremos sin problemas. Si tenemos que reaccionar y realizar un giro brusco para defendernos, seguramente no lo consigamos, y si el enemigo está muy cerca, nos conllevará la muerte.

Esto nos obliga a pensar siempre de forma táctica, realizar acciones muy determinadas que nos puedan conseguir la victoria y evitar el enfrentamiento directo, con el que no conseguiremos más que cavar nuestra propia tumba. La mala respuesta del analógico es la principal causa de la falta de dinamismo del juego, y su principal lacra a la hora de disfrutarlo.

Los modos multijugador también se ven afectados por esta desgraciada característica del control. Es muy difícil apuntar correctamente, y esencial evitar la cercanía enemiga para no caer derrotados. Destacable el hecho de que jugando offline podemos enfrentarnos a bots en este modo. Por si todo lo dicho fuese poco, la acción se ve entorpecida levemente por los tiempos de carga bastante elevados.

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