Blood Bowl: Chaos Edition

A estas alturas, y después de tres años en las estanterías de muchos jugadores, sería absurdo poner en entredicho la calidad del trabajo de Cyanide Studios. La segunda licencia oficial para adaptar Blood Bowl ha sido un éxito en muchos aspectos, a pesar de los puntos negativos de su versión para videoconsolas. Un título mucho más atrevido que su homónimo de 1995, con la experiencia previa de la compañía francesa a la hora de desarrollar Chaos League, producto que bebe a grandes tragos de la idea explotada en el juego de tablero. Una tarea complicada, debido a la menor generalización de aficionados a lo que se denomina, dentro de Games Workshop, juegos de especialista. Mientras que los jugadores de Warhammer Fantasy o Warhammer 40.000 son innumerables, la pasión por opciones como Necromunda, Mordheim o Blood Bowl siempre ha sido ligeramente inferior, quedando relegados a un eterno segundo plano.

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El éxito del Blood Bowl de Cyanide se basa en dos características indiscutibles: la fidelidad a la hora de recrear el reglamento del juego y la fantástica modelización de las miniaturas del juego. Solamente por esos motivos, el título podría convertirse en un sustituto permanente del juego de mesa... si a los aficionados no les gustase tanto tirar dados reales y decorar ellos mismos sus miniaturas. Las primeras carencias del juego, las que todo habitual puede echar en falta nada más encenderlo, quedaron en parte resueltas con Blood Bowl: Legendary Edition, que añadía 11 razas al limitado abanico de las 8 originales más los Elfos Oscuros, que se sumaron con un primer contenido descargable. El total de clubes, a su vez, llegó a los 140 equipos predefinidos. Se incorporaron nuevos estadios y un modo de juego muy particular, denominado Historia, con el que podíamos repasar el deporte desde sus orígenes.

Ahora, con Blood Bowl: Chaos Edition, Cyanide Studios termina por añadir algunas de las razas jugables que se quedaron fuera de los anteriores elencos. Hacen su aparición, por vez primera, los equipos de Enanos del Caos, Demonios de Khorne e Inframundo. Un total de 23 opciones a la hora de seleccionar una facción, y más de 160 equipos predeterminados con los que enfrentarnos. A todo esto hay que sumar la posibilidad de editar nuestros propios conjuntos, así como los jugadores que participan en las ligas de Blood Bowl. No cabe duda de que las nuevas incorporaciones son un acierto, sobre todo en lo que a los Demonios de Khorne se refiere. Estamos ante uno de dioses del Caos más brutales y sanguinarios... ¿cómo podía justificarse su ausencia en un deporte tan bestial? Siendo Khorne el Dios de la Sangre, su participación en un deporte que haga referencia a la misma es más que obligada. Sangre para el Dios de la Sangre.

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Por un lado, se añade un nuevo estadio pensado para los Hombres Lagarto o las Amazonas, así como un modo de juego completamente nuevo: Copa del Mundo. Se trata de una competición en la que tendremos que llevar a nuestro equipo hasta la victoria, enfrentándonos contra los mejores equipos de Blood Bowl de todo el universo de Warhammer. Nosotros haremos las veces de entrenador, llevando a nuestros equipos desde las ligas regionales hasta lo más alto de la competición. En lo que al resto refiere, Cyanide Studios no añade nuevos cambios salvo la inclusión de todos los equipos nuevos en los modos de juego ya existentes. De esta manera, aunque queramos jugar cualquier otro tipo de competición o tipo de partida, nos enfrentaremos a Enanos del Caos, Inframundo o Demonios de Khorne, como si llevasen integrados en Blood Bowl desde el lanzamiento de la entrega original, tal y como ocurriese con las razas incluidas en Blood Bowl: Legendary Edition.

Las partidas multijugador siguen siendo uno de los aspectos más atractivos de la licencia, permitiendo que dos usuarios puedan recrear su pasatiempo favorito sin necesidad de organizar una partida física. De hecho, hasta cabe la posibilidad de formar ligas privadas con nuestros amigos, al igual que muchos clubes de rol y juegos de mesa realizan en sus instalaciones. De nueva, una muestra más de las posibilidades de la versión electrónica a la hora de sustituir, parcialmente, al juego de mesa tradicional. También resulta interesante la modalidad 'hot-seat', en la que dos jugadores pueden llevar a cabo un partido completo en el mismo ordenador, alternando el control durante los turnos de juego. Es evidente que la mecánica de Blood Bowl es más que apropiada para su uso y disfrute con otros jugadores y es, sin duda, la característica que está alargando notablemente la longevidad del trabajo de Cyanide.

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A nivel técnico, apenas encontramos novedades. A pesar de la traducción de todos los textos del juego, sus responsables siguen empeñados en dejarnos sin comentarios en castellano, lo que daría un nuevo giro a los partidos si se contase con un doblaje adecuado. Algo que no dejará de asombrarnos, se reciban las ediciones que se reciban, es el gran trabajo realizado a la hora de modelar a los jugadores. Si ya lo hemos comentado en los análisis anteriores, no nos cansaremos de repetirlo ahora con los nuevos equipos de Inframundo, Enanos del Caos y Demonios de Khorne. La adaptación electrónica de Blood Bowl ha conseguido que las miniaturas cobren vida, incluso cuando se opta por un tradicional partido por turnos frente a uno en tiempo real. Los efectos de sonido que se han añadido a cada acción, así como los gritos en el campo, terminan de completar los partidos más realistas de este brutal deporte.

En cuanto a defectos, se mantienen algunos de los que se vienen criticando durante los 3 años de vida del título. El más evidente de todos, y que más afecta a la jugabilidad, se debe a los comportamientos extraños de la inteligencia artificial, sobre todo cuando nos encontramos en partidos en tiempo real. Es como si la lógica funcionase relativamente bien en lo que a turnos se refiere, pero a la hora de trasladarla a un modo sin pausas en el cronómetro se comportase de forma mucho más errática. También hay que reconocer que nos hallamos ante un juego con un reglamento complejo, lleno de recovecos que los más afamados entrenadores conocen a la perfección. Pretender que nuestro oponente simulado se comporte igual que un jugador de carne y hueso, teniendo en cuenta la pizca de picardía que nos exige Blood Bowl, es altamente complicado. Sin embargo, la implementación peca de simple, y podría haberse mejorado mucho.

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La última pregunta que cabe hacerse, es la necesidad o no de adquirir el nuevo Blood Bowl: Chaos Edition, puesto a la venta únicamente vía Steam. Los que estuvieran dudando para hacerse con la versión electrónica de Blood Bowl, pueden adquirir ahora el juego completo (con sus 23 razas y demás) por cerca de 30€, lo que suena bastante apetecible. Por otro lado, aquellos que cuenten con alguna de las versiones anteriores, lo tendrán a su disposición con un 60% de descuento, quedando un juego completo al precio aproximado de muchos contenidos descargables del mercado. Pero si nada de lo que hayas visto en Blood Bowl o Blood Bowl: Legenday Edition ha acabado por convencerte, o no sientes el más mínimo interés por las 3 nuevas razas, las pocas novedades que trae no serán suficientes para convencerte. Además, Blood Bowl: Legendary Edition y Blood Bowl: Chaos Edition son compatibles a la hora de tomar parte en partidas online, así que no tendrás problemas en ese sentido.