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Black Desert Online

Black Desert Online

  • PlataformaPC8.6XBOPS4
  • GéneroAcción, RPG
  • DesarrolladorPearl Abyss
  • Lanzamiento03/03/2016 (PC)04/03/2019 (XBO)22/08/2019 (PS4)
  • TextoInglés
  • VocesInglés
  • EditorPearl Abyss

Análisis Black Desert Online

Después de mucho tiempo viendo desfilar alternativas Theme Park en el mercado de los MMO, Black Desert nos propone por fin algo diferente, con unos gráficos de ensueño.

Introdución al Análisis

Los que estamos muchos años metidos en el MMO, los que hemos conocido los orígenes fuera de los originales MUDs, con esos Everquest, City of Heroes, Ultima Online, Lineage y el resto de integrantes que conformaron los cimientos del género a finales de los 90, tenemos quizás una versión un tanto diferente de lo que queríamos y esperábamos para el futuro. El MMORPG parecía una extensión natural para expandir las fronteras del RPG en general: grandes mundos, la posibilidad de forjar una historia propia junto o contra otros seres humanos, disfrutar de los elementos necesarios que forman el drama y la comedia de jugar al rol de mesa… Era una extensión natural de esa vida digital que prometía la red de redes, mundos masivos persistentes en los que nuestras acciones pudieran dejar una huella para ser contemplada por viajeros venideros.

Pero en algún punto del camino, ese sueño cambió. Entró más gente en el género, Blizzard hizo un magnífico trabajo destilando algunos de los elementos esenciales del género y envolviendolo en un paquete de presentación irresistible. Se generó una corriente de diseño basada en el reto y los méritos, mezclándose con esos elementos anteriores, formando una fórmula explosiva que dio cabida a millones de jugadores, pero que orientó el género a la aventura constante y dirigida: misiones, mazmorras, raids por encima del comercio, las casas o la libertad e incertidumbre de poder hacer lo que quisieras. Se empezó a dibujar una clara línea divisoria: Sandbox (con Eve Online como gran y algo solitario referente), y Theme Park (asociado a todos los títulos similares a World of Warcraft). Apertura y linealidad -relativamente hablando-, frente a frente.

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Siempre se ha sospechado que era en el sandbox donde estaba el verdadero potencial y que los Theme Park pecaban de parecerse demasiado unos a otros, pero aún así, el dinero estaba en WoW, por lo que la mayoría se han lanzado a ese segmento. Esas sospechas quedaron en parte respaldadas por el increíble éxito de Minecraft, que no es técnicamente un MMO pero tiene elementos compartidos y se puede considerar un hijo de ese concepto de estar en el mundo y dejar tu huella en él -especialmente en su faceta multijugador-. Pero para entonces, el género en su concepción más tradicional acumulaba varios cadáveres en el suelo, y se había alzado una nueva gallina de los huevos de oro en forma de MOBAs y juegos competitivos online.

Por eso es tan raro ponerse frente a Black Desert y encontrarse un auténtico sandbox en pleno 2016, proveniente de una tierra como Corea que no destaca precisamente por sus incursiones en este estilo. Pero aquí está, un juego completamente abierto que echa por la borda muchas de las concepciones a las que estamos acostumbrados en los últimos años en cuanto a progresión, desarrollo, diseño de misiones, niveles, comercio y crafting. Hay elementos familiares, ciertas concepciones básicas compartidas, pero la verdad es que el conocimiento previo del género puede llevar a equívocos y a unas primeras horas confusas si es tu primer sandbox (aunque los que sí tengan experiencia en esa clase de juegos tampoco lo tendrán fácil).

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Parte de esto es un diseño atípico e interesante que cambiará nuestras prioridades y abrirán el abanico de posibilidades que tendremos en nuestra progresión. Pero parte de esto es también culpa del propio juego y su forma torpe de exponer las diferentes opciones, todo un maremagnum de posibilidades apiladas unas encima de otras que muchas veces no sabremos para qué sirven o cómo se utilizan hasta bastante tiempo después de haberlas encontrado por primera vez. Lo cierto es que los principios pueden ser devastadores: el comienzo de la historia es confusa, la pantalla está repleta de información que no sabemos cómo interpretar, el mapa está repleto de símbolos que nos resultan extraños y además el hablar con los NPCs no ayuda demasiado, presentándonos multitud de opciones que no sabemos cómo o en qué orden acometer.



Comienzo del juego

Por eso, y esto es más un consejo que una parte del análisis, una de las primeras cosas que tenemos que hacer en Black Desert es centrarnos y decidir qué queremos hacer. Tenemos la opción de plantearnos un desarrollo tradicional, del 1 al 50, siguiendo misiones de combate e historia o farmeando por nuestra cuenta si lo deseamos, pero esto es sólo una parte pequeña del juego. En vez de eso, o además, podemos dedicarnos simplemente a desarrollar tareas como la pesca, el comercio, la gestión de nuestros trabajadores y el procesamiento de nuestros productos, entre otras actividades, y el juego no nos pondrá ninguna traba para ello. Si queremos dedicarnos desde el principio simplemente a pescar, es factible y una actividad principal con su propio desarrollo, que nos llevará desde andar a pie por costa y ríos tratando de buscar zonas ricas en peces, a montar nuestra propia embarcación para adentrarnos en el mar y conseguir pesca superior con la que iniciar un próspero negocio de pescadería. Por eso es importante centrarse inicialmente en una cosa y no agobiarse demasiado tratando de hacer todo a la vez; a medida que estemos más cómodos y aprendamos un poco más de cómo funcionan las cosas, tendremos numerosas opciones de alternar y realizar varias actividades a la vez.

Clases 


Antes de todo esto deberemos elegir una clase de entre todas las disponibles. Una de las muchas cosas buenas de Black Desert es tener un sistema de clases bastante variado y sistema de juego muy flexible de cara a tener personajes alternativos. El set de movimientos y habilidades de las diferentes clases es muy variado, con animaciones propias y espectaculares y con una buena ramificación de builds que nos permiten plantear nuestros personajes de distintos modos: distancia o cuerpo a cuerpo, más o menos movilidad, más o menos potencia, mayor o menor capacidad de anular a nuestros rivales, más o menos defensa… dependiendo del tipo de clase se nos abren varias alternativas con las que podemos jugar a placer. Además, una parte del conocimiento y experiencia acumuladas con un personaje son compartidos con los siguientes, así que si subir de nivel a una clase por primera vez es relativamente rápido, subir una segunda es más rápido todavía. A eso hay que sumar el tema de la itemización, que no funciona como en otros miembros del género: aquí tenemos pocas posibilidades de armas y equipación, que sin embargo podemos expandir a placer, de modo que es posible que un set que consigas a nivel bajo sea todo lo que lleves para el resto de partida. Eso sí, tiene la contrapartida de que deja muy poca variedad en los personajes y más de una vez nos encontraremos rodeados de “clones” con exactamente la misma ropa. Hay opciones de pago para añadir opciones a nuestro vestuario (exclusivamente estéticas), pero son excesivamente caras.

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En este punto llegaría lo habitual de decir si el diseño apuesta por la “Trinidad”, o no, una de las cuestiones clásicas a la hora de hablar de un MMO y algo que ha sido uno de los temas calientes a la hora de plantear nuevos juegos estos años. La respuesta corta es que no hay trinidad, no hay clase sanadora o tanques y todas las clases son más que capaces en el combate directo. La respuesta larga es un poco complicada y tiene bastante que ver con cómo está planteado el juego: es muy escaso de PVE en comparación con otros juegos. No hay mazmorras instanciadas (hay algunas mazmorras abiertas, pero no es exactamente lo mismo), no hay raids, lo más que hay son unos enemigos especialmente fuertes que podemos invocar para luchar en grupo (o intentarlo en solitario), pero poco más, todo lo demás se basa en luchar con enemigos normales y corrientes mientras exploramos las distintas regiones del mundo. Por ello, aquellos que buscan esa clase de experiencias colaborativas clásicas, no las tendrán aquí.

Un MMO diferente

Sin embargo, Black Desert es un juego tremendamente social que gira alrededor del concepto de Guilds. Las colaboraciones son por tanto de otra naturaleza y el end-game gira alrededor de la idea de dominar los nodos de recursos que pongan nuestras cadenas de producción por encima de la de nuestros rivales. Esos nodos proporcionan recursos naturales que son vitales para comerciar y producir elementos todavía más valiosos, así que la idea es que los guilds batallen por su control y negocien luego los términos para su explotación. También es habitual que las guilds se creen con propósitos comerciales y objetivos concretos -como el de la pesca-. Todo esto implica que el objetivo final del juego pasa por las relaciones de poder entre clanes, la alianzas y las guerras que se produzcan para dominar territorio, algo que tiene su expresión máxima en los asedios, la principal forma de contienda Guild Vs Guild a base de batallas masivas -que todavía no ha sido implementado en la versión occidental-. Toda esta información es importante de cara a los jugadores que esperen algo más tradicional, ya que no lo encontrarán aquí; es una clase diferente de juego.

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El rango de actividades que propone Black Desert es por otro lado muy amplio, y exige dedicación, riesgo y esfuerzo. También es un título muy agradecido para tener de fondo mientras haces otra cosa, ya que hay actividades como el transporte o la pesca que se pueden desarrollar de forma bastante automatizada. Pero en general, el proceso de recolección y producción en Black Desert es bastante más complicado que en la mayoría de MMO. Hay una gran cantidad de productos, el proceso es largo y requiere de organización, ya que no es práctico ni productivo hacerlo todo uno. Los jugadores pueden contratar trabajadores, que irán físicamente de un lugar a otro a recolectar los materiales de los nodos accesibles. Pueden comprar también casas que pueden servir tanto como viviendas privadas como centros de almacenaje o procesamiento (y es importante, ya que estamos hablando de un mundo en el que incluso las monedas que llevamos tienen un peso, no es buena idea ir por ahí con cientos de miles de monedas en los bolsillos). La economía es activa, los precios fluctúan de un lugar a otro y las mercancías no llegan mágicamente de un lugar a otro sino que son llevadas en burros o carromatos a lo largo de las carreteras. Todo esto forma un mundo vivo y dinámico que entusiasmará a aquellos que busquen un escenario virtual para vivir una segunda vida.

Historia

Con todo, no hay que olvidar que también tiene una parte más tradicional, aunque con sus propio toque distintivo. Hay una historia vinculada a un espíritu que está en nuestro interior, bastante confusa al principio pero que va mejorando un poco a medida que vamos avanzando -sin ser nada del otro mundo-. Siguiéndola, podremos tener un desarrollo más o menos tradicional, cogiendo misiones y combatiendo contra decenas de criaturas en distintas zonas según vamos progresando y realizando lo típico, pero con un sistema de combate muy diferente.

Gameplay

Black Desert apuesta por un sistema de combate que nos recuerda a Beat’em Up japoneses como Devil May Cry (en estilo, más que en el fondo), todo en tiempo real y con movimientos rápidos y amplios pensados para alcanzar a varios enemigos a la vez. Podemos encadenar golpes muy rápidos y utilizar diferentes combinaciones de teclado para acceder rápido a nuestras habilidades especiales, que se recargan de forma rápida para no dar a nuestros enemigos respiro. Al contrario que otros exponentes del género, los enemigos individualmente no suelen ser gran cosa, así que se incita a tratar de abarcar muchos enemigos al mismos tiempo, usando habilidades capaces de acabar rápidamente con un grupo y poniendo algo de necesaria presión sobre nosotros para que no sea un muermo. Los NPCs se generan muy rápidamente en el mundo, así que no nos faltarán cuerpos a los que machacar con nuestra tormenta de magia y acero.

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Apartado técnico

Por supuesto, un análisis de Black Desert no podría estar completo sin hablar de los gráficos, ¿qué podemos decir que no se vean en las imágenes y vídeos? El juego luce simplemente espectacular, hasta el punto de que puede competir en belleza de sus paisajes a cualquier juego que haya en el mercado. Se creía que el ser MMO debía siempre significar cierto compromiso en los gráficos y animaciones, pero Black Desert y su motor propietario demuestran que esas limitaciones están ya superadas. Hay un factor además que nos resulta particularmente emocionante y es que tras argumentar más de una vez sobre la importancia de un solo mundo, sin cargas ni zonas inconexas, algo que no habitual encontrar en un MMO en los últimos años, por fin lo volvemos a ver en Black Desert: un mundo enorme, variado y coherente, en donde no hay cargas que nos recuerden que estamos ante un videojuego. Tampoco hay teletransportes o viajes rápidos, aumentando el realismo y obligándonos a ser parte del mundo en todo momento, sin atajos. Puede parecer un detalle sin importancia, pero no lo es, es una ayuda enorme para crear esa sensación de inmersión.

A pesar de la fortaleza técnica y el gusto coreano por lo recargado y fastuoso, el título apuesta por un mundo bastante realista visualmente, lo que le da un encanto diferente frente a los Aion, Tera y otros títulos del corte. Ese realismo viene aderezado por el uso de efectos, la forma en la que la lluvia cambia el terreno, o la iluminación en función del ciclo día/noche o la posición de la cámara, haciendo que cada momento con él sea placentero. Además está bastante bien optimizado y lucirá muy bien en equipos con unos años (de hecho, la configuración mínima es realmente modesta: Intel Core i3-530 2.9GHz, 4 GB RAM y GeForce GTS 250 / GeForce 9800 GTX / Radeon HD 6770). Por descontado, también dependerá de las circunstancias, ya que hay momentos con muchos enemigos y personajes en pantallas en los que el framerate se puede resentir, y por otro lado es bastante generalizado el problema con el pop-in, por el que muchos objetos y personajes pueden aparecer en pantalla sólo cuando nos acercamos; es la única debilidad de un título que realmente impresiona en este apartado y se coloca como un referente inmediato para el género.

Modelo de pago

Sobre éste, se ha acertado de lleno con el modelo de Pay to Play sin suscripciones, similar a Guild Wars 2. El título ha necesitado una adaptación importante de su diseño original F2P, pero el resultado es una experiencia que vemos más satisfactoria y accesible que la del modelo coreano y sus elementos PaytoWin -resurrecciones inmediatas vía tarjeta de crédito, ventajas, etc-. Para la clase de experiencia que ofrece Black Desert, esa inversión inicial nos abre las puertas a un juego de largo recorrido que nos ofrecerá decenas de horas de exploración y contenido antes de ofrecernos la posibilidad de participar en su particular “Juego de Tronos” una vez que comiencen las guerras de clanes por los nodos. Contamos además en el futuro con el contenido adicional de la versión coreana, con más clases y nuevo territorio que descubrir, lo que garantiza el futuro y asegura que obtendremos algo digno de la inversión en tiempo y dinero.

8.6

Muy Bueno

Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.