Battleborn
- PlataformaPS4XBOPC7.5
- GéneroAcción
- DesarrolladorGearbox Software
- Lanzamiento03/05/2016
- TextoEspañol
- VocesEspañol
Análisis Battleborn: a caballo entre Borderlands y League of Legends
¿Está a la altura esta mezcla entre Borderlands y League of Legends? Así luce la nueva apuesta de Gearbox
Cuando Gearbox Software estrenó Borderlands en 2009 dio un golpe de efecto como pocos se recuerdan en la industria. En un género tan manido como los Shooters en primera persona, la fórmula de disparos, looteo y RPG por la que apostó el estudio, unida a sus simpáticos gráficos Cell-Shading, su humor peculiar y sus tan característicos protagonistas, convirtieron el título en una aventura entrañable, y todo un éxito instantáneo. Luego vino la segunda parte, sensacional en todos sus apartados, y el algo inferior ‘The-PreSequel’, que pese a estar para muchos en una división inferior a la de sus hermanos mayores, fue un Borderlands en toda regla. Los que hemos jugado a todos los títulos de la saga, hemos quedado maravillados por sus virtudes. Y cuando se anunció este ‘Battleborn’, la comparación comenzó a gestarse desde el minuto uno.
Porque no somos nosotros los únicos que lo comparamos con Borderlands desde el principio, sino también sus creadores. “En este título hemos metido todos los personajes que, por número, nunca pudimos introducir en los Borderlands originales”, nos confiaron sus creadores no hace mucho. El multijugador, por lo visto, también es algo que tuvieron en mente durante las aventuras en Pandora, pero que finalmente no se llevó a cabo. Queríamos empezar el análisis así, explicándoos que la comparación no solo es cosa de usuarios y prensa, sino también del propio estudio. Medirse con Borderlands es arriesgado. Porque para una campaña de Marketing está bien ser “un juego de los padres de Borderlands” o “un título que recoge muchas ideas de Borderlands que no se llevaron a cabo”. Pero luego tienes que responder por ello, y medirte al titán de titanes. Battleborn tiene mucho de Borderlands, y esa es precisamente una de sus grandes virtudes. Los diálogos, el estilo de los gráficos e incluso los enemigos, pero, ¿está Battleborn a la altura de Borderlands? Os lo contamos.
Lo que pasa cuando mezclas Borderlands y League of Legends
Tenemos, en Battleborn, una premisa sencilla, pero a la vez, lo suficientemente compleja para que el título invite a la profundización y la inversión considerable en horas de juego. La nueva apuesta de Gearbox nos presenta a 25 héroes muy diferentes entre sí, y cuyas habilidades, características y formas de ser utilizados son tan diferentes que cada jugador podrá encontrar aquí su alter-ego guerrero con el que barrer a sus enemigos del mapa. Porque sí, Battleborn cumple con creces en este apartado. Decían, en Gearbox, que en los Borderlands siempre quisieron mucho más que cuatro héroes (seis, si tenemos en cuenta los descargables en la segunda entrega), y que en Battleborn habían querido dar cabida a muchas ideas en cuanto al desarrollo de personajes que se quedaron en el tintero. Pues bien, la cosa ha funcionado. Cada héroe posee un árbol de habilidades estructurado en elecciones duales, por lo que, cada vez que subimos de nivel, debemos elegir una de ellas en detrimento de la otra.
Lejos de parecer una limitación, esto refleja el carácter MOBA del juego e invita a la rejugabilidad y el replanteamiento de las estrategias. Lo que nos funcionó en una partida puede no hacerlo en la siguiente. Podemos tener un personaje predilecto, sí, pero la forma de construirlo tendrá que estar en constante variación para no sucumbir ante las hordas de enemigos o jugadores rivales. Si tantos jugadores y profesionales lo han tachado del “MOBA en primera persona”, es por algo. Os hablaremos más delante de su Modo Incursión, que es el más vivo reflejo de esta esencia, pero hablando de la construcción de personajes la orientación queda clara. Sin embargo, se echa en falta una mayor profundidad. Sabemos que esa es precisamente la intención del título, ser lo mejor de ambos mundos. Pero, lejos de lograrlo, cuando jugamos no podemos evitar pensar que, aunque estamos ante una fórmula entretenida y divertida, Battleborn se queda en tierra de nadie y denota cierta falta de personalidad. No es un shooter al uso, eso queda claro desde el minuto uno. Tampoco es un Borderlands, pero desde luego, no es un League of Legends. ¿Qué es, entonces? Eso es la pregunta que nos ha asaltado la mayor parte del tiempo que le hemos dedicado a Battleborn, y sospechamos, será lo que muchos de vosotros os vayáis a plantear al jugarlo. Tiene pinta de que Battleborn va a ser uno de esos juegos que, o bien odias, o bien amas.
Del Cell-Shading al estilo 'Cartoon'
Desde el primer momento, Battleborn llama poderosamente la atención por su enfoque, esta vez un paso más allá que Borderlands en cuanto a esa estética de “dibujos animados”. Sin embargo, lejos de ese espectacular Cell-Shading del que hace gala el éxito de Gearbox, Battleborn parece más infantil en su estética, menos trabajado. Es un juego que pierde impacto a nivel gráfico con respecto a Borderlands, suponemos que a favor de una mayor versatilidad sobre todo en la versión de compatibles. Los gráficos son agradables y tienen gran cantidad de detalle, y las cinemáticas están elaboradas con la misma esencia. Pero es un paso atrás. La comparación, de nuevo, se hace innegable. ¿Por qué no ha empleado Battleborn el mismo Cell-Shading que Borderlands? Hasta el inminente (y para muchos jugadores, rival directo) Overwatch de Blizzard supera al título en este punto. Los escenarios son bonitos, y el acabado artístico de la mayoría de ellos y de los enemigos es muy especial, pero no dejamos de pensar que una estética menos 'cartoon' le habría sentado mejor al título. Si ponemos cara cara un Borderlands 2 en Ultra y un Battleborn en Ultra, las diferencias son muy notorias, y eso que ya han pasado unos añitos.
Técnicamente, eso sí, el juego cumple, aunque cabe destacar que en PC la optimización es bastante irregular y quedamos a la espera de un parche que solucione las bajadas de frames. A nosotros con una GTX 960 nos dio algo de "guerra" en las configuraciones más altas, aunque algunos usuarios han reportado que los parches tanto de Nvidia como del juego ya están solucionando este problema. Las animaciones de los personajes, los efectos de sus habilidades y la ambientación y diseño de paisajes y escenarios está bastante elaborada y se nota ese mimo que Gearbox pone en las cosas. Muchas veces los escenarios parecen algo vacíos, eso sí, y que el juego sea una aventura linear tampoco ayuda. En Borderlands los entornos eran colosales y se podía "perdonar" que no todos los ambientes estuvieran a la altura. Si Battleborn pierde ese mundo abierto, debería ser en favor de un mejor trabajo en este aspecto, y a veces no es así.
Solus, la última estrella
La última estrella del universo está al borde de la extinción y nosotros debemos encarnar (junto a otros cuatro compañeros, si así lo deseamos) al héroe que conseguirá salvarla. La premisa argumental es sencilla y directa, nada aquí que nos sorpenda. Trama con objetivo épico y muchos malos a los que aniquilar. El modo historia está hilado por cinemáticas con el mismo estilo de dibujos animados que el resto del juego, mención especial merece aquí la escena introductoria, bastante bien conseguida. Las misiones, ocho en total, tienen una duración de entre media hora y una hora, y se pueden jugar tanto en solitario como en cooperativo con hasta otros cuatro amigos. Pero, aviso a navegantes, aunque las juguemos solos, necesitaremos conexión permanente, como en el resto de los modos. Sí, Battleborn es un título “Always Online”, y de fallar conexión o servidores, no podremos pasar de la pantalla de inicio.
Volviendo a la campaña, merece mucho la pena que nos detengamos en el cómo. Es corta, a nuestro gusto. Las misiones parecen algo faltas de inspiración, aunque los enfrentamientos con los jefes finales son muy satisfactorios. El cómo se juega la campaña de Battleborn es importante. Al iniciar la partida elegimos a nuestro personaje. La dificultad se ajusta al número de jugadores, y con cinco personajes en la partida esta será todo un desafío. Podemos elegir, además, entre dos modos de la misma: uno normal, y otro bastante más difícil. En cada misión disponemos de un número de vidas que, de gastarse (se consumen cada vez que un miembro del equipo reaparece, lo que obliga a reanimar a los compañeros y no dejar morir a nadie) nos obligarán a comenzar la misión desde el principio. Esto resulta desesperante a veces, pero a la vez muestra cómo Battleborn está concebido para jugarse en grupo, y con una muy buena coordinación, tenemos que añadir también. Debemos elegir bien a los personajes, siempre debe haber uno de cada tipo, sobre todo un especialista en curación, o estaremos muertos antes de llegar al jefe final. Los mismos son la guinda del pastel de cada misión y su inspiración y variedad es sobresaliente. Son todo un reto, y su dificultad aplastará a los equipos menos coordinados y lo hará pasar muy mal a los lobos solitarios.
En su totalidad, la campaña de Battleborn nos podrá durar unas ocho horas, pero dispone de los alicientes suficientes como para repetirla unas cuantas veces. Cada misión se puede jugar por separado, pero será necesario haber superado la anterior para jugar la siguiente. Finalmente, destacar en este sentido el sistema de progresión en este apartado. Comenzaremos con un único personaje disponible, y que será con el cual debamos completar el prólogo (la única misión que es obligatorio jugar en solitario). A partir de ahí, se nos desbloquearán otros cinco héroes, y el número de los mismos disponibles irá aumentando a medida que completemos objetivos y misiones hasta disponer del plantel al completo. Nos ha parecido muy artificial, eso sí, la forma que utiliza este sistema para alargar la duración del título. Desafíos muy difíciles o niveles necesarios muy altos para desbloquear a ciertos héroes denotan un intento de elevar esas horas de juego de una manera algo farragosa. Completan este apartado algunas opciones como el Centro de Mando, para gestionar nuestra carrera, equipo y personajes, así como el Bazar en el que (lo habéis adivinado) podremos comprar diferentes ítems a cambio de las monedas que vamos consiguiendo al jugar las misiones, desafíos y el modo multijuador. ¿Micropagos? Pues aún no los hemos visto con nuestros propios ojos, aunque no los descartamos.
Así son los 25 "cabronazos"
Los héroes o “cabronazos” de Battleborn están diseñados con la idea en mente de que cada uno de ellos pueda identificarse con un tipo de jugador. Y lo cierto es que, aunque a rasgos generales la plantilla al completo carezca del carisma que sí tenían los héroes de Borderlands, este objetivo se consigue. Los 25 personajes están divididos en tres categorías según su función: apoyo, defensa y ataque, y también en otras tres categorías según la dificultad que requiere su utilización: fáciles de usar, difíciles de usar y complejos. Esta división no presupone categorizaciones en cuanto a la efectividad de los personajes. Sencillamente, estamos de nuevo ante una categorización de los usuarios. ¿Te gusta un personaje sencillo de usar y cuyo factor de riesgo / recompensa sea normal? ¿O prefieres atreverte con un cabronazo muy difícil de usar pero que, si aprendes a explotar puedes ser el rey de la partida? Al final, de todos modos, seguramente terminaréis tocando todos los personajes. Comenzaréis con los más fáciles de aprender a usar, y migraréis progresivamente por el resto de las categorías.
En cuando al equilibrio, es este el apartado más polémico, ya que, mismamente, durante la Beta se advirtió de algunos personajes mucho más poderosos que el resto. Lo cierto es que, en nuestras partidas, nosotros no hemos detectado que sea tan dramático. Es cierto que, según el escenario y la situación, un personaje con ataques a distancia puede estar más preparado para el éxito que otro cuerpo a cuerpo, por ejemplo, pero eso siempre va a ocurrir. En otros mapas son los héroes a corta distancia los que brillan, en otros los que provocan daño de área… en este sentido, Battleborn hace gala de un equilibrio que, en ocasiones funciona y en otras no, y estas últimas pueden llegar a ser muy frustrantes, eso es cierto, pero esto no ocurre siempre. Por ejemplo: los personajes cuerpo a cuerpo son brutales en el enfrentamiento uno contra uno, y pueden provocarte unos cuantos cabreos. Si caes en las manos, espada o garras de uno de estos héroes durarás menos de cinco segundos. Además, los héroes de larga distancia también son muy poderosos, y parece que es la media distancia la que se queda vendida y la cual habría que reajustar de alguna manera. Hay muchas habilidades de utilidad dudosa, también. Muchas que hay que se deben ajustar por ser muy poderosas o demasiado débiles. Además, como hemos dicho, existe una falta de inspiración bastante evidente en cuanto al conjunto de los mismos.
Incursión: así es el "Modo MOBA"
Y llegamos al plato fuerte de Battleborn, su “Modo Incursión”, para muchos ya categorizado como el “Modo MOBA”. En el Modo Incursión nos aliamos con otros cuatro jugadores en partidas de cinco contra cinco (cinco es el número mágico del juego, ya que todas las partidas y equipos se componen de esa cantidad de juadores) con el objetivo de destruir los dos guardianes enemigos. Los guardianes son unos robots gigantes que poseen un escudo que solo los esbirros pueden destruir. Como en otros juegos de la fórmula MOBA, los esbirros reaparecen en nuestra base en un flujo constante si son asesinados, y siguen las rutas principales del mapa, en este caso, hasta llegar a los guardianes. Enfrentarse a un guardián en solitario y sin que los esbirros hayan debilitado su escudo es un suicidio inmediato, por lo que el componente cooperativo es indispensable. Hay tres rutas principales en cada mapa, y varias alternativas por las que flanquear y sorprender a los rivales, aumentando así las capacidades estratégicas del modo.
También podemos construir diversos drones y torretas de carácter ofensivo, defensivo o de apoyo, que se compran con los minerales que vamos obteniendo repartidos por todo el mapa. El Modo Incursión es un desafío interesante y completo, que nos obligará a una coordinación casi milimétrica si queremos alzarnos con la victoria, y que supone, de por sí, la esencia total de Battleborn. Tanto, que, al jugarlo, te preguntas si la campaña y el resto de modos competitivos son tan solo un añadido insustancial para justificar dicho modo: es la estrella de Battleborn. Completan la oferta de modos multijugador dos modos más: por un lado, Captura, y por otro, Fusión. En Captura estamos ante el clásico modo de tomar diferentes zonas (tres en total) e ir sumando puntos. En Fusión, por otro lado, debemos conducir a nuestros pobres esbirros a unas trituradoras para que sean destrozados por las mismas y se nos sumen puntos.
Buenas ideas y diversión, pero algo irregular
Battleborn es un buen título. Es entretenido, esconde decenas de horas en las que perderse, un abanico de personajes muy completo y una jugabilidad que, sin ser nada del otro mundo, engancha bastante. La campaña es ideal para los que busquen una buena apuesta cooperativa, mientras que también permite a los lobos solitarios entrenarse antes de meterse de lleno en el modo multijugador, probando además a todos los personajes y sus habilidades para poder aprender a manejarse con soltura. El modo multijugador, sin grandes alardes en sus dos modos competitivos clásicos, destaca en Incursión, que es alrededor de lo que parece girar todo el título. Y es que ese es el problema de Battleborn. O al menos, el principal problema. Parece que todo va dirigido a este enfoque MOBA, y se deja por el camino algunas cosas importantes. La campaña, a la larga puede resultar repetitiva. El progreso es demasiado lento y pesado, y cansa desde el minuto uno, desanima tener que farmear y echarle cientos de horas al título para desbloquear a todos los héroes en un sistema que es demasiado artificial. Finalmente, y aunque el el apartado sonoro y doblaje el título es impecable, a nivel audiovisual resulta algo irregular, con unos gráficos cuya infantilización no ayudan demasiado.
No nos engañemos. Battleborn es divertido. A rasgos generales, y salvo ese pesado sistema de progresión, las partidas entretienen, los jefes finales de la campaña son una delicia y el Modo Incursión es el mayor acierto del título. Simplemente, hay muchas ideas que podían haber sido muy buenas y se quedan en tierra de nadie, como el espíritu del juego. Una campaña más larga, más jefes finales, gráficos menos 'cartoon' y un sistema de progresión mejor diseñado y menos enfocado al farmeo. A los amantes de los MOBA y de la anterior obra de Gearbox, Battleborn les va a gustar bastante. Pero eso no quiere decir que el juego tenga sus carencias. Grandes aciertos, sí, pero podían haber sido muchos más. Estamos ante un caso en el que la evolución del juego depende de la respuesta de la comunidad y de sus desarrolladores. Los grandes fallos pueden pulirse, y Battleborn puede llegar a ser, con el tiempo, mucho mejor juego de lo que es ahora si se toman las decisiones adecuadas.
Bueno
Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.