The Behemoth es uno de esos pequeños estudios que de cuando en cuando nos regala una joyita, ineludible, que se suma al catálogo de su plataforma no tanto para "complementar" sino más bien para despuntar, elevarse a lo mejor que se puede encontrar en el sistema en términos descargables. Después de sorprender al mundo con el que fuera su primer juego, Alien Hominid, el equipo llegó incluso más lejos con el excepcional Castle Crashers , un beat'em up con elementos de RPG que tuvo un lanzamiento algo tibio (ciertos problemas con el online impedían disfrutar de su cooperativo con fluidez, bug de borrado de partida) pero que cuando se arregló conseguía deparar una de las mejores experiencias del género de los últimos años. Eso fue en 2008, momento en el que fue lanzado exclusivamente para Xbox 360 dando cierre al Summer of Arcade de aquel año (coincidió en la promoción con Braid) y posteriormente estrenado en PlayStation 3 (2010) y mucho más recientemente PC (2012). El equipo de The Behemoth, formado por poco más de una docena de personas, ha seguido sin embargo trabajando desde aquel año, no sólo en las adaptaciones del título para otras plataformas sino haciendo también sus pinitos en dispositivos iOS con Super Soviet Missile Mastar (2011) y PDA Games (2011). Lo que más les ha tenido ocupados ha sido el juego que llegó ayer miércoles tres de abril al Xbox Live Arcade , tras varios años en desarrollo. De hecho fue anunciado en 2009 pero las primeras betas se mostraron en 2011, momento en el que recogimos la información disponible e intentamos armar el puzle que anticipaban sus alocados vídeos. Leyendo aquel texto de nuevo podemos advertir que alguna cosas han cambiado, otras se han mantenido... y sobre todo, que las promesas han sido cumplidas a rajatabla. Apuntábamos a que sería uno de los mejores juegos descargables de su año...dicho y hecho. Los que lleguen después lo tendrán difícil: BattleBlock Theater es sobresaliente.Islas-prisión, gatos y bloques BattleBlock Theater no aspira a contar una historia épica que redefina los límites del género, pero qué duda cabe de que una de sus virtudes es el sentido del humor y que eso se palpa desde la mismísima introducción, en la que vemos cómo nuestro protagonista llega a una isla donde es aprisionado. Su mejor amigo es separado de él y controlado por un sombrero maldito, lo que hace que el jugador deba superar una serie de niveles en los que se pondrá a prueba la capacidad de resistencia de éste. Cada inicio de mundo (de un total de ocho) podremos ver un hilarante secuencia de "vídeo" en la que Dan Paladin (diseñador artístico de la compañía) demuestra de qué es capaz en términos de creación de personajes alocados. Todo se cuenta por otra parte con un tono desenfadado, con un narrador (en inglés, con subtítulos en castellano) más cercano al Joker que a la tradicional voz que acostumbramos a escuchar en estos papeles; pensad en "The Cave" aún más loco, menos mordaz y más cercano a, por ejemplo, el humor de "Hora de aventuras ". La mecánica de juego es sencilla de explicar y más efectiva aún en la práctica: controlando a un personaje que podemos crear al inicio del juego, tendremos que ir superando niveles en cada uno de los mundos, un total de nueve más otro que funciona como 'jefe'; sin embargo volviendo atrás en el escenario caeremos en la cuenta de que cada mundo cuenta con tres niveles extra en modo contrarreloj , lo que haciendo un cálculo rápido nos da un modo historia de 96 fases, más las de jefes. La cosa va mucho más lejos, como comentaremos más adelante, pero esto puede dar por si mismo para unas 8-10 horas de diversión si nos dedicamos a explorar cada escenario al máximo. Porque como en Braid, hay dos formas de abordar los niveles del juego: yendo rápido o saboreando cada minuto, recogiendo cada objeto. En cada fase de BattleBlock Theater tendremos un objetivo claro: conseguir tres o más diamantes para abrir una máquina que nos permite superar la fase. Sin embargo, generalmente los niveles tienen el doble o el triple de estas preciadas gemas, amén de un ovillo de lana que nos servirá más adelante. Todo esto puede omitirse si se quiere jugar rápido, completando mundos sin ton ni son, pero hay algo que es importante explicar: mundo a mundo las cosas se van complicando, y sin aprovecharnos de los escenarios superados la cosa está muy complicada. Así, recoger los ovillos nos permite (tras tener cinco) acceder a un bizarro bazar en el que los guardias de la prisión nos permitirán obtener armas en el mercado negro a cambio de cinco. ¿Por qué ovillos? Principalmente, porque son gatos. Las armas (hay en torno a una docena) varían y son recibidas de forma aleatoria entre todas las disponibles, iniciándose la historia con una especie de frisbee explosivo . Poco a poco podremos ir desbloqueando otros como un boomerang, una pistola que genera cubitos de hielo, una rana ataviada con ropa de caballero que tiene una bomba en su interior, la posibilidad de generar un hadouken , pelotas que desplazan al enemigo, un aspirador para acercarlo, o incluso la mejor de todas: una pistola que suelta una burbuja explosiva que mata al enemigo con un simple contacto. Las armas pueden usarse sin limitaciones (no hay "munición") y nos servirán para hacer frente a algunas de las criaturas con las que toparemos en cada una de las fases, como (de nuevo) variedades de gatos también portando armamento. Por su parte, los diamantes recogidos nos permitirán acceso a liberar prisioneros y, en el proceso, recoger piezas de personalización (cabezas ) que podemos ponerle a nuestro protagonista. No afecta a sus habilidades, eso sí. Podemos configurar desde el menú nuestro aspecto y arma a utilizar en cualquier momento, además de consultar estadísticas. No obstante no os creáis que la presencia de armamento convierte BattleBlock Theater en un juego de acción en un sentido primario, pues el género al que se adscribe es el de los plataformas con elementos de puzle. ¿Habéis jugado a 'Splosion Man? Lo que ha preparado The Behemoth es la versión estilizada de aquel, eliminando algunos de sus problemas y añadiendo una capa de pintura en forma de sprites 2D en alta definición. Si no conocéis el (sobresaliente) juego de Twisted Pixel, decir que su estructura consiste en usar a un personaje que puede sacar partido del escenario haciendo gala de sus habilidades, basadas en explotar. Aquí nuestro héroe no puede hacer tal cosa, pero los bloques del nivel tienen unas características muy diferenciadas que dan lugar a estas acciones. De esta forma, un bloque de hielo nos hará resbalar, mientras que uno de fuego nos permitirá ascender de un salto. Los bloques de nubes tienen la propiedad de poder traspasarse, y además hay otros de varios tipos como los que ocultan zonas secretas. Todo el desarrollo de los niveles funciona sobre la mezcla de estos bloques específicos, que son sólo una parte del todo: también hay una cantidad enorme de trampas (camas de pinchos, segmentos de agua, rayos láser) de los que más valdrá huir para no perecer en el intento. La curva de dificultad ayuda a ir entendiendo poco a poco el juego, que empieza parecido muy loco pero que posteriormente se descubre como tremendamente coherente con sus propias reglas, haciendo de la fórmula del ensayo-y-error algo propio. Los niveles, por cierto, pueden ser superados en modo normal (muere cuantas veces quieras, reaparecerás en el último checkpoint) como en modo demencial: si mueres, toca volver a empezar desde el principio. Pero BattleBlock Theater mejora aún más en cooperativo , sea de forma local o a través de Xbox Live . Olvidaos de los problemas de lag de Castle Crashers: al menos durante su primer día de servicio todo funcionaba de forma suavísima, sin ralentizaciones que estropeasen la experiencia de juego. En multijugador puede disfrutarse de la misma campaña que en solitario, con soporte para entre 2-4 jugadores, con la salvedad de que los mapas se adaptan a cuántos personajes estén dentro de ellos, añadiendo bifurcaciones y caminos, incorporando alturas extra (que requerirán de ambos personajes para llegar arriba) o pequeños puzles (activación de bloques para pasar por encima, por ejemplo). Dentro de este modo, las gemas y ovillos obtenidos se duplican, de forma que tanto el jugador uno como el dos (o tres y cuatro) recibirán gemas sin que importe quien las recoja. El personaje (con sus mejoras: armas, cabezas desbloqueadas, etc.) es compartido tanto en la campaña online como la local. Además de lo anterior, existen una decena de alocados minijuegos para disfrutarse en compañía. Si bien es cierto que algunos son un poco vagos y que sus ideas no están del todo explotadas, otros son puro delirio. Entre el primer grupo encontramos un soso "rey de la colina", consistente en colocarnos en una plataforma y hacer más puntos que los demás. La idea (explotada cientos de veces en el sector) está ejecutada aquí de forma un poco contradictoria, pero se compensa con la introducción de opciones como "Canasta", consistente en encestar balones y ganar así puntos, "Fiebre del oro", en el que habrá que recoger más monedas que otros, o "Desafío", un convencional contrarreloj. La experiencia de BattleBlock Theater se completa con la opción de crear niveles o disfrutar de las creaciones de otros jugadores, de modo que -como LittleBigPlanet- es un título en el que la comunidad tiene gran peso y que pasado un tiempo puede llegar a contener extras muy significativos. A día de hoy ya hay bastantes creados, algunos muy imaginativos y desafiantes.