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Battle Princess Madelyn

Battle Princess Madelyn

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Te contamos porque Battle Princess Madelyn es el juego neoretro de estas Navidades

Battle Princess Madelyn es el primer juego de Casual Bit Games, un estudio muy particular que demuestra tener el talento necesario para ser uno de los grandes. Inspirado en los clásicos de las eras de los 8 y 16 bits, se trata de un título que tiene el respeto al pasado y la apelación a la nostalgia como ambiciones principales pasadas siempre por el filtro de la imaginación de una niña. Esta combinación inusual hace de Battle Princess Madelyn un juego prácticamente obligatorio para aquellos que echan de menos la era dorada de los videojuegos en dos dimensiones.

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La imaginación de una niña como fuerza creadora

Christopher Obritsch es el fundador de Casual Bit Games, ávido jugador de Ghosts n’ Goblins y padre de una niña llamada Madelyn, a la que se describió durante la campaña del título como “Ávida bebedora de leche de chocolate y Directora de Asistencia Creativa Honoraria”. Fue ella quien, viendo a su padre jugar al clásico de esa primera consola de Nintendo, expresó su deseo de formar parte del juego. Tras tratar de explicarle que no era su juego, sino el de otros, Christopher le propuso crear su propio juego, en el que ella fuera la protagonista. Ante esto, Madelyn expresó su preocupación de que solo los hombres pudieran ser guerreros, preocupación que su padre rápidamente acalló preguntándole de que color querría su armadura. Así nace Battle Princess Madelyn y esta idea de que sea la imaginación de una niña la principal responsable de la dirección de un juego se nota profundamente a lo largo de toda la experiencia.

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La historia comienza con un claro homenaje a La Princesa Prometida en el que un abuelo y su nieta se proponen a pasar unos vinculantes momentos mientras el primero lee o inventa una historia en la que su nieta es protagonista. Dicha historia será, por supuesto, la que vivamos nosotros mientras jugamos y en ella los protagonistas serán Madelyn la princesa guerrera, y su difunto perro Fritzy. Dicha historia tratará de las tribulaciones de un reino ante asedio por fuerzas enemigas aunque en todo momento se presenta como una experiencia alegre y liviana para los sentidos, estupenda para jugar con los más pequeños y que no ofenderá a nadie. Los diálogos son simples, quizá en exceso para el consumidor más adulto, pero no dejan de tener un cierto encanto en su simplicidad. Aquellos que busquen disfrutar de una gran historia quizás deban buscar en otra parte, pero tampoco creemos que hubiesen optado por este título en primer lugar.

Contenido por doquier

Dicha historia es solo parte de uno de dos modos disponibles, siendo el otro un modo arcade más tradicional. La verdad es que nos gustaría decir que el más completo modo Historia es el superior, pero lo cierto es que creemos que las virtudes del título quedan más perfectamente capturadas por su modo arcade. El modo historia peca quizás de un exceso de ambición, algo que se está corrigiendo con los parches posteriores al lanzamiento del título pero que a día de hoy sigue siendo en nuestra opinión el mayor problema del título. Lo que podría haber sido un simpático metroidvania con jugabilidad de Ghosts n’ Goblins y pueblos a lo Legend of Zelda II resulta a efectos prácticos una confusa e innecesaria adición a un juego que está cerca de la perfección neoretro. El hecho cierto es que navegar por el mapa de Princess Madelyn no es un desafío ni nos da nostalgia, es sencillamente tedioso y frustrante. La carencia de un mapa de cualquier tipo junto a la lacra de aspectos distintivos en algunas zonas hicieron que varias de las horas que pasamos jugando a este modo involucrasen movernos sin ton ni son tratando de encontrar el siguiente objetivo. Esto es algo que Salt & Sanctuary se pudo permitir, pues las zonas de su mapa eran más reconocibles, pero en este caso resulta francamente desesperante.

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Quitando esta dificultad para navegar nuestros entornos, el modo historia de Princess Madelyn está repleto de contenido y supone una forma agradable de ir descubriendo progresivamente el contenido del título, con una curva de dificultad adecuada (teniendo en cuenta la dificultad elevadísima del título en general) y como ya hemos comentado una historia simpática. El modo arcade bien podría ser otro juego, ignorando completamente cualquier aspecto narrativo y centrándose en lo mejor del título: su exquisita jugabilidad. En este modo sencillamente progresaremos por una serie de niveles inspirados en zonas de la campaña pero no exactamente iguales, tratando de doblegar a ejércitos de enemigos mientras atravesamos durísimos segmentos de plataformas. Se trata de un auténtico desafío y a pesar de no tener tanto contenido como el modo historia tardaremos mucho, mucho tiempo en superar este modo gracias a su aun más elevada dificultad.

Jugabilidad casi perfecta

Afortunadamente para Battle Princess Madelyn las pocas quejas que tenemos sobre algún aspecto de su diseño se ven completamente contrarrestadas por sus excelentes controles y jugabilidad. Ambos aspectos son lo más complicado de replicar en un juego neoretro, pero en este título se ha conseguido obtener esa precisión en los controles y esa fluidez en las animaciones que hace que cada momento jugando sea placentero independientemente de lo que estemos haciendo. La distancia de nuestros saltos, la capacidad de movimiento que tenemos en el aire, la velocidad de nuestros proyectiles, el movimiento de los enemigos y sus patrones… parece que todo está perfectamente estudiado para darnos una sensación jugable prácticamente insuperable que está pidiendo a gritos ser explotada en speedruns. Como ya hizo Shovel Knight, Battle Princess Madelyn es capaz de replicar perfectamente la sensación de estar jugando a una de esas viejas consolas, algo que no deja de sorprender en este mundo repleto de juegos que imitan lo antiguo.

Por regla general la acción se desarrolla como en el clásico de Capcom, incluida la particularidad de que cuando recibamos un primer golpe perderemos nuestro atuendo de guerreras para pasar a llevar un elegante camisón. Un medidor de combo se llenará a medida que ejecutemos a nuestros enemigos y en este caso contamos con vidas y checkpoints en el modo historia para hacer la experiencia algo menos imposible de superar que el clásico que la inspiró. Podremos lanzar lanzas en un principio, pero a medida que avancemos desbloquearemos más y mejores armas, así como distintas habilidades y atuendos que nos harán más poderosas y móviles. Asimismo, nuestro difunto perro Fritzy servirá como arma en combate pero sobre todo como ayudante a la hora de completar los múltiples puzles que entorpecerán nuestro progreso.

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Entra por ojos y oidos

En el aspecto sonoro tenemos no una sino dos excelentes bandas sonoras perfectamente complementarias. La primera, con inspiración más arcade, fue compuesta por el fantástico Gryzor87 quien en su día también puso música de fondo a las grandes obras patrias Maldita Castilla y Super Hydorah. La otra se trata de una banda sonora orquestada dirigida por John Mccarthy, famoso por su música para Nintendo Quest. Ambas hacen una excelente labor sumergiéndonos en el fabuloso mundo del juego, con una mezcla entre tonos onerosos y alegres que hacen que escuchar este juego sea en todo momento una delicia. Buenos efectos de sonido, reminiscentes también de los de la época, contribuyen a un apartado sonoro excelente.

Tampoco en lo visual escatima Battle Princess Madelyn, con algunos de los mejores sprites que hemos visto hasta ahora, llenos de pixeles bien detallados y donde poco de la pantalla queda sin detalle. Las animaciones también son sorprendentemente buenas, especialmente dada la extraordinaria variedad de enemigos que presenta el título donde sin duda se habría podido hacer el vago en uno o dos de los diseños. Pero, salvo un jefe final en concreto, todos los diseños de criaturas son maravillosos y una serie de distintos entornos contribuyen a hacer que los escenarios tampoco aburran. Igual que tenemos la opción de escoger entre dos bandas sonoras y dos modos de juego habrá dos modos visuales, aunque en este caso la única diferencia entre ambos es la presencia de líneas que tratan de replicar la experiencia de usar una televisión de tubo antigua.

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En ordenador la presentación visual no es tan espectacular como en Switch, algo que puede resultar absurdo pero que tiene sentido si tenemos en cuenta que el título corre a una resolución extraordinariamente baja y tiene que ampliarse artificialmente para ocupar una pantalla de ordenador moderna. Por desgracia, también tiene la desagradable consecuencia de hacer que el texto sea prácticamente ilegible y francamente feo en esta plataforma, algo más grave si vamos a intentar disfrutar de la historia. También es parco en opciones, no permitiéndonos siquiera el ajuste de volumen dentro del título y no se comporta bien a la hora de cambiar de programas. Sería fácil recomendar la versión de Switch, pero esta tiene tiempos de carga entre pantallas algo más largos que en PC, lo cual disminuye aun más la diversión al explorar su enorme mapa.

Conclusión

Battle Princess Madelyn es un gran título que podría haber sido y puede ser excepcional. La dificultad a la hora de explorar el mapa en su modo historia y escasez de opciones son sus principales problemas ahora mismo, pero ambos pueden ser solventados en los próximos meses y, viendo el trato que ha recibido por ahora el título, esto parece algo seguro. En ese caso nos encontraríamos con uno de los juegos neoretro más pulidos y auténticos del mercado que además está repleto de contenido. Mientras tanto tenemos un juego brillante pero con el gran problema de que su modo principal será inevitablemente frustrante para la mayoría de jugadores. Si sois de aquellos que añoran los días en que explorar el mismo mapa bidimensional durante horas en busca de su siguiente objetivo disfrutaréis de Princess Madelyn de principio a fin. El resto quizás podéis considerar su compra si pensáis que el modo arcade os puede satisfacer, pero quizás os recomendaríamos esperar por lo menos hasta que añadan un mapa al modo historia para poder disfrutar de la experiencia completa. Finalmente, un breve apunte sobre la traducción que captura bien la esencia de la versión original pero que desgraciadamente parece haberse hecho de prisa y corriendo, pues hay una buena cantidad de texto no traducida en el juego aun jugando en la versión española.

Lo mejor

  • Excelente diseño visual y sonoro
  • Sus dos bandas sonoras, tan diferentes como maravillosas
  • Dos modos de juego muy distintos y cargados de contenido
  • Perfecto para los cazadores de nostalgia
  • Su refrescante inocencia

Lo peor

  • Es muy difícil no perderse durante horas buscando objetivos
  • Errores y omisiones en su traducción a nuestro idioma
8

Muy Bueno

Juego de notable acabado que disfrutaremos y recordaremos. Una buena compra, muy recomendable para amantes del género. Está bien cuidado a todos los niveles. Cómpralo.