Batman: Arkham Origins Blackgate - Deluxe Edition
- PlataformaPC6.8WiiU6.83606.8PS36.8
- GéneroAcción
- DesarrolladorArmature Studio
- Lanzamiento02/04/2014
- TextoEspañol
- VocesInglés
Batman: Arkham Origins Blackgate Deluxe
Volviendo a los acotados entornos de Asylum, el primer Batman: Arkham que llegó a portátiles sale ahora para sistemas de sobremesa y PC. Cambiamos Gotham por la prisión de Blackgate, que recorreremos con la ya marca de la casa esencia Arkham intacta, solo que esta vez en 2D
Cada vez nos quieren dejar más claro que los tan llamados ‘Exclusivo para Portátiles’ no son ya ni siquiera exclusividades temporales, sino trucos publicitarios de marketing. Y es que, después de ver reconvertidos en formato HD a Castlevania: Lords of Shadow-Mirror of Fate, Resident Evil Revelations o Assassin’s Creed III Liberation, a nadie sorprendió cuando Warner anunció que su curioso Batman: Arkham Origins Blackgate iba a salir en PlayStation 3, Xbox 360, Wii U y Steam. Estrenado al mismo tiempo que el Arkham Origins de sobremesa a finales de octubre de 2013, Blackgate hace suyos todos los conceptos de la serie –combate Free Flow System, Visión del Detective, Garfio, Infiltración, Trampas-, pero llevándolos a un nivel bidimensional 2.5D que en ocasiones roza muchísimo casi la perspectiva en Tercera Persona. Es hora de tomar el control del caballero oscuro versionado en portátil, y ver qué tal le ha sentado el salto a la sobremesa con este Blackgate Deluxe.
Una vez termina el prólogo –que nos da también una breve visión de por dónde irán los tiros con los enfrentamientos contra los Jefes Finales-, arranca la trama propiamente dicha del juego: Dos semanas después de jugar al gato y al murciélago con Catwoman, una enorme explosión destroza media Blackgate, la prisión que antecedía a los muros abiertos que conoceríamos en Arkham City. Los sistemas han caído; la contención ha reventado; los guardias son juguetes para los reclusos. Y el enorme escenario ha caído en manos de tres figuras que conocemos bien y que se han dividido sobre el mapa el territorio. Al igual que Asylum, tenemos por delante varias zonas grandes que explorar, y elegir cuál de las tres podemos recorrer, siendo cada una feudo de uno de los tres enemigos importantes: El bloque de Celdas es donde el Pingüino se ha hecho fuerte; Las oficinas de Administración están ahora dirigidas por el Joker–que no rehuye tonos macabros ni de impacto, con algún que otro detalle survival horror-; y Black Mask tiene su baluarte en la zona industrial. En cada una tendremos varios objetivos que cumplir más uno esencial para la trama, a la par que un contador para indicarnos el porcentaje de secretos que hemos descubierto, que en total asciende a 91.
Lo cierto es que la historia de este Blackgate es uno de sus puntos flojos, ya que carece de fuerza y sirve para eso, para ir uniendo los distintos objetivos y el gameplay de un juego que a pesar de ello termina resultando divertido y entretenido. A modo de extras tenemos un modo que veíamos en la primera versión, en Vita, por el que al terminar el juego se nos abre un nuevo modo que permite comenzarlo otra vez, con todas las mejoras y trajes obtenidos –hay unos cuantos por desbloquear que premian la exploración-, pero que nos reta a terminar con los tres enemigos principales siguiendo un orden distinto al de la primera partida –si derrotamos a Joker, luego a Pingüino y luego a Black Mask, probemos invirtiendo el orden en la nueva partida-, lo que concede nuevas escenas finales.
Al más puro estilo Metroidvania, base jugable en la que se adscribe el título, poco a poco se nos irá abriendo un mapeado más grande y laberíntico –si no prestamos atención a los entornos y obviamos el mapa, es fácil perderse y no saber en qué parte de Blackgate estamos- dentro de cada una de las tres zonas, para que podamos recorrerlo entero y encontrar cosas útiles. El mapa también se actualizará cada vez que tengamos un nuevo objetivo y nos indicará en todo momento su ubicación, así como la nuestra. Precisamente aquí encontramos una de las (escasas) novedades de las versiones de PC y sobremesa: Un mapa isométrico en 3D más logrado y útil que el de Vita y 3DS, que era plano y carecía de la útil perspectiva en los escenarios que a veces hace falta. El backtracking es algo por lo tanto presente y constante, en ocasiones optativo, aunque en otras obligatorio –y en algún que otro objetivo, innecesariamente obligatorio. Si vamos solamente a terminarnos el juego, nuestro recorrido por la prisión de Blackgate nos durará unas 5-6 horas, pero si queremos extraerle sus secretos, entonces podemos tener unas 3 horas y algo más de juego adicional, ya que no son pocos los secretos que ocultan sus muros.
Desde piezas de tecnología y equipamiento Waynetech que nos harán un poquito más fácil la vida hasta nuevos trajes, o pistas necesarias para resolver los Casos del Detective –sidequests adicionales que se nos presentan, tenemos extras para alargar el modo Historia si optamos por ello. El desarrollo en sí del juego nos obliga en ocasiones a dejar de recorrer una zona para ir a otra a buscar algo que necesitamos –una puerta se nos cierra en la parte del Joker y hay que acudir a las Celdas controladas por el Pingüino para dar con el objeto necesario para continuar. Aquí es donde se hace patente el equilibrio del juego, que claramente se orienta más a la Exploración y la Infiltración que al Combate. Tendremos zonas en las que pegar a gusto con un Free Flow System muy bien porteado a las 2D, pero esto nos vale para los matones más simples, ya que los armados con rifles y demás armas de fuego nos dispararán en cuanto nos vean, y uno es fácil de derrotar –aunque nos quitará vida-, pero dos disparando a la vez no tanto. Aunque nuestra salud es regenerativa, lo cierto es que tarda en recuperarse.
Todo lo que nos hizo convertirnos en Batman está de regreso para esta entrega, solo que adaptado a su estilo 2D. La visión del detective, que en sobremesa y PC requiere de usar dos manos pulsando un botón y moviendo el stick /ratón mientras que en Vita solamente hay que deslizar el dedo por la pantalla, nos señalará sitios para lanzar los batarangs, escalar o datos sobre los enemigos como a quién golpear en la distancia o el que controla la radio y debemos aturdir primero para que no llame a los refuerzos. Su uso es constante, ya que necesitamos de ella en la exploración. Y solamente con ella encontraremos todos los secretos del juego –prácticamente en cada sala que atravesemos habrá algo que escanear y descubrir-, pero en ocasiones su uso retrasa y se vuelve superfluo, ya que hasta para romper un obstáculo con el batarang que nos corta y el paso y es obviamente visible, hasta para resolver el más sencillo puzle que se nos plantee, hay que escanear primero y luego poder usarlo, lo que a veces frustra por la obviedad de la acción.
Esto tampoco es que lastre en demasía el ritmo, pero sí que puede ralentizarlo innecesariamente en ocasiones en vez de mantenerlo fluido como debería ser. Aprovechamos para señalar que en un principio la exploración puede llegar a ser confusa -debe ser el Batman: Arkham en el que más tiempo hemos pasado atravesando tuberías de ventilación-, ya que tenemos que aprender a movernos en 2D por escenarios gestionados en 2D que se ven prácticamente en 3D, sobrepasando las 2.5D constantemente. Pero tras la primera hora estaremos recorriendo Blackgate de manera experta. Los gadgets de Batman esta vez no son tan numerosos. Tenemos el batarang, el gel explosivo, el lanza-garfios –lo que más usaremos, ya que es constante para la movilidad- y hasta tenemos el secuenciador criptográfico para abrir cerraduras, que esta vez requiere de hacer coincidir cifras en pantalla. En los entornos encontramos escenarios llenos de detalles, aunque los del Joker se llevan la palma con algunas secciones visualmente mejor conseguidas que en las zonas de Black Mask y Pingüino –por algo le encanta los colores que luce en su vestuario.
Hablemos del combate, seña de identidad absoluta de la saga Arkham y pionero del que se han copiado no pocas propuestas tras Asylum. Para haceros una idea, Armature Studios ha cogido el Free Flow de los Arkham de sobremesa y ha hecho igual que MercurySteam en Mirror of Fate: Trasladarlo a las 2D manteniendo todos sus elementos. Lo cierto es que no pelearemos tanto y tan a menudo como en otras entregas, pero cuando surja la posibilidad de despachar a hasta 7-8 tíos en pantalla –lo usual es una media de 4-, todo lo visto en materia de ataques, contraataques, esquives y aturdimientos se mantendrá igual, solamente que simplificado por el hecho de que estamos peleando en 2D. Con dos botones, Ataque y Esquiva, estaremos peleando igual que Christian Bale en las Batman fílmicas de Chris Nolan, pero por descontado sin las posibilidades de Origins por ejemplo, ya que este Arkham es una entrega ‘aligerada’ por así llamarla.
En este apartado, una de sus mejores bazas se convierte también en uno de sus mayores lastres para la jugabilidad, ya que los enfrentamientos con los Jefes Finales, si bien cada uno está concebido de una manera única y original que se agradece de cara a la variedad –y que no merecen que se arruinen con spoilers innecesarios-, lo cierto es que su ejecución jugable acaba por convertirse más en una sucesión de ensayo y error hasta dar con la clave y/o de Quicktimes que dominar para no ver la pantalla de “Cargar el Último Punto de Guardado” demasiado a menudo. De hecho pueden llegar a convertirse en los tramos más difíciles de todo el juego. Mejor resueltas están las clásicas secciones Stealth de la serie, aquellas en las que tenemos un mapeado, una serie de enemigos y puntos de interacción como trampillas en el suelo y pilares a los que subirse para escapar, que retienen toda la esencia de la serie y, aunque también aligeradas, al menos siguen posibilitándonos los Takedowns verticales de dejar al enemigo colgado y que el resto del grupo empiece a acojonarse cada vez más.
Gráficamente entramos en el terreno de juego concebido para portátiles que se readapta a sistemas de sobremesa. Hay que empezar diciendo que el BluePoint Engine ya lucía con un nivel bastante logrado en PS Vita, con un Batman que impresionaba en los primeros planos, aunque perdía mucho detalle al alejarse la cámara y era difícil discernir al personaje. En sobremesa se ha aumentado la resolución, luciendo Blackgate a un nivel gráfico no precisamente a la altura de los Arkham de sobremesa, pero sí en su línea de estilo y con unas texturas y escenarios que denotan –sobre todo al acercarse la cámara- modelados creados para portátiles pero trasladados de manera más que efectiva a la resolución de pantallas de PC y sobremesa, defendiéndose frente a otras propuestas similares. Particularmente bien se ve la versión PC, ya que esta no necesita muchos requisitos y se ve casi constantemente –pega algún bajo que otro- a 60FPS, cosa que no entendemos que no consigan las versiones de PlayStation 3, Xbox 360 y Wii U dado el material original.
Obviamente, sobre todo cuando la cámara se acerque tras terminar los combates o porque el ángulo así lo propicie, notaremos texturas de carga baja, aunque siempre en un conjunto muy estable que se permite efectos gráficos. Lo mejor es la propia visualización del juego, ya que es usual que la cámara se coloque detrás nuestra y nos permita apreciar un juego que muchas veces procura escapar de las 2.5D y hasta de las llamadas “2.6D” del Mirror of Fate para entrar directamente en un universo construido en tres dimensiones usando el estudio todos los trucos que puede a nivel visual y jugable. La sensación de profundidad es constante, ya sea visual o a través de una jugabilidad que nos hace lanzar el garfio al fondo del escenario o avanzar del fondo al primer plano, y que en su prólogo destaca sobremanera. Las cinemáticas están realizadas tanto con el motor del juego como en forma de novela gráfica animada. La verdad es que la parte de comic podía haber estado más cuidada y ser algo menos estática dentro de su concepción 2D teniendo en cuenta la visualización 2.5D-3D de su parte in-game, pero en estos tiempos políticamente tan correctos, se agradecen detalles que aportan veracidad como ver por ejemplo a Catwoman sangrando por la nariz y con gotas de sangre en su pecho después de una pelea particularmente virulenta contra el murciélago.
A nivel sonoro nos encontramos con un juego en su origen portátil que ya contaba con todas las conversaciones in-game y escenas dobladas por actores. Aunque también hay que reseñar que es el primer Arkham que nos llega en versión original –el doblaje de los de sobremesa, con la voz oficial del Batman de Nolan, estaba muy cuidado-, por lo que quien no esté ducho tendrá que echar mano de los subtítulos en castellano ya que la pista de audio es la misma. En el apartado de la BSO, tenemos melodías que se inscriben totalmente en lo habitual de la serie, jugando en la escuela electrónica-ambiental con percusiones para los combates que acompasan los golpes con la energía necesaria, y que cumplen con su cometido de aportar adrenalina sonora cuando deben, y tensión en los momentos que es oportuno crearla.
Correcto
No es lo último ni lo más original, tampoco cuenta con la mejor ejecución, pero puede divertir si te gusta el género. Bien, pero mejorable. Cómpralo si te gusta el género y te gusta tenerlos todos.