Capcom y CyberConnect 2 intentan redefinir los juegos de acción en tercera persona con Asura's Wrath, un título que se permite mezclar varios géneros al tiempo que los introduce en un concepto interesante (crear un anime interactivo) dándole un papel protagonista al pad de nuestra consola. ¿El resultado? Un intento loable, pero limitado.
Hay algo especial en Asura's Wrath y es definitorio, porque desde el primer minuto se sabe cómo va a ser el resto. Cualquiera que esté un poco metido en el mundo del manga/anime conocerá las diferentes etiquetas que se aplican a estas obras en base a su contenido, siendo quizá el shonen (y dejando al margen todas las que están dedicadas al contenido para adultos) la más recurrente. Hemos visto e incluso jugado docenas de estas historias, pensadas en principio para un público adolescente. Dragon Ball o Naruto, franquicias casi anuales del sector, pertenecen a este grupo. Asura's Wrath también y no lo oculta. El "problema" es precisamente lo que se limita para encajar en esta etiqueta, pues aunque jugándolo se nota que hay un trabajo detrás, desde luego no llega tan lejos como podría al tener un esqueleto narrativo excesivamente sencillo, sin acabar de emocionar ni lograrse simpatizar con sus personajes.
La estructura de cada capítulo es así exacta a la de un anime. Sus dieciocho fases (más una "secreta" que se obtiene tras superar cinco de las anteriores con puntuación S) empiezan con varios créditos que se integran en la narración y en los que se nos informa de los responsables principales de haberlos diseñado: director, animadores, etcétera. Llegada a la mitad del nivel, aparece una pantalla de carga formada por dos artworks (muy al estilo de los interludios de las series anime, claro) y al final de las fases, tenemos un resumen de cómo será la siguiente: básicamente se nos resume qué va a pasar en medio minuto. Esta es la estructura principal de cada fase. La emulación de los episodios de una serie está logradísima, eso es indudable.
Asura's Wrath quiere jugar a ser un anime interactivo y lo consigue. Como experimento es un trabajo de nivel y muy loable, pero hay puntos negros. La historia, para empezar, no está a la altura de las circunstancias. La presentación de los personajes, que se van mostrando uno a uno con sus nombres (insistimos, el tratamiento es tal cual el de un anime), de poco sirve porque nunca llega a profundizarse en ellos y aquí tenemos (según datos oficiales) siete horas de cinemáticas. Eso equivale a 21 episodios de duración regular (20 min) en cualquier anime, y no hace falta haber visto muchos para saber que las cosas en Asura's Wrath no se hacen del todo bien. Si ésto fuese un anime per se, emitido en televisión, con la misma historia y una calidad visual equiparable (Production I.G., por mencionar sólo una, podría lograrlo), estaría entre los normalitos. Porque lo que tenemos es un desarrollo de personajes pobre. Si la excusa es su género (la acción) podían haberse mirado en algo también sencillo pero de funcionalidad probada, como Dragon Ball Z.
El problema CyberConnect2 no es la estructura narrativa, al menos en términos absolutos: la emulación de un anime es perfecta. Ahora, si apuestas por un juego que abraza este objetivo y no tienes una buena historia que contar, de poco sirve. No es que Asura's Wrath esté mal escrito, que conste. En su intento por mezclar la mitología japonesa con la ciencia-ficción (naves espaciales, robots, etc.) añadiendo criaturas monstruosas de tamaños variables (desde las deidades hasta los denominados Gohma) consigue momentos de sumo interés, pero sólo desde un punto de vista meramente pirotécnico: la acción está bien rodada, con ángulos elegidos inteligentemente y un buen trabajo de cámaras. El problema son sus personajes, planísimos. Nos da igual incluso lo que pueda pasar con Asura, no hay ningún tipo de conexión, es sólo un cliché al que le ha tocado ser el héroe de una anodina aventura en la que la venganza es el motor que mueve su discurso. Y es que tristemente, han ido a coger lo peor de muchos animes... el relleno. Para convertirlo en una especie de bandera a izar en lugar de erradicarlo de raíz. Sus buenos momentos lo elevan (algún nivel del primer acto -como el quinto-, el tercer acto) pero es sólo momentaneo.
Estas acciones reciben un nombre: Impactos Simultáneos y son ejecutados principalmente con el botón Y/Triángulo (dependiendo, claro, de en qué consola juguemos). Existen otro tipo de acciones dentro de estos vídeos que se llevan acabo por ejemplo moviendo los sticks hacia alguno de los lados, pulsando los gatillos en un momento apropiado, etcétera. El grueso de la interacción con la narrativa se reduce a esto en un 90% por lo que lo restante se decide con una mecánica jugable puramente clásica, al menos en un sentido estricto puesto que su presentación en pantalla también aboga por ese halo de innovación que se ve, se intuye, pero no da de lleno en la diana.
Porque no todo son vídeos en Asura's Wrath y al finalizar el primer nivel lo sabremos fácilmente, cuando aparezca en pantalla el tiempo empleado para superarlo y veamos que nos hemos tirado... dos minutos y medio. "¿Sólo?" pensaréis, pero claro, ahí no se contabiliza el visionado de los vídeos sino exclusivamente los momentos en los que "jugamos". Siguiendo con el mismo ejemplo, en este primer contacto con la jugabilidad la mecánica que abordamos es la de un matarmarcianos. Con Asura en tercera persona vamos apuntando a los objetivos para luego liberar impactos de más potencia o con fuego rápido. Sirviendo como tutorial (se recuperará esta mecánica a posteriori), la fase dos es más convencional, por así decirlo, el consistir exclusivamente en una batalla multitudinaria con varios enemigos a modo de beat'em up de acción genérico. De nuevo, vamos aprendiendo los combos y las posibilidades mientras que limpiamos el mapa de criaturas aéreas y terrestres, llegando incluso a enfrentarnos con un primer jefe.
7
Bueno
Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.