Angry Birds Epic

Angry Birds sigue despertando sentimientos encontrados entre los jugadores, ya sean más casual o hardcore; aunque no podemos negar que de un modo u otro, los pajaritos de Rovio siguen estando presentes temporada tras temporada, ya sea como una nueva entrega de los divertidos rompecabezas basados en físicas que les vio nacer ‒y su multitud de variantes‒ o como las últimas incursiones en otros géneros como la conducción arcade ‒con Angry Birds Go!‒ o incluso el juego social mediante Angry Birds Friends. Ahora llega el turno de uno de los géneros con más solera dentro del mundillo, el RPG clásico con combates por turnos y toda una historia épica al servicio de unos personajes para el recuerdo. ¿Encontraremos todos estos elementos en Angry Birds Epic? ¿O no será más que la enésima excusa para llegar a miles de usuarios con una base simple y poco cuidada? A continuación, todos los detalles en nuestro análisis de un nuevo free to play basado en tan ocurrentes personajes.

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Como no podía ser de otra manera, en Angry Birds Epic deberemos seguir con la eterna lucha de pájaros contra cerdos. Quizás para muchos sea una decepción, pero si hablamos de Rovio no podemos esperar una gran complejidad en sus títulos; son juegos casuales, pensados para el gran público, a pesar de que tratan de acercar un género algo nicho a las grandes masas, algo que no podemos dejar de agradecer. Pero sigamos con su desarrollo. En Angry Birds Epic tan solo deberemos pasar de combate en combate a lo largo de un enorme mapa lleno de casillas en las que ir parando, una tras otra, y así hasta la extenuación. Lo que sí resulta preocupante es que apenas existe un hilo conductor, resultando caáotico y confuso, y llevándonos a preguntar porqué nos enfrentamos a tal enemigo o la razón por la que seguimos nuestro camino.

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Sin duda es uno de sus mayores contratiempos; y es que si hablamos de un arcade de rompecabezas, cualquier excusa es buena para seguir nivel tras nivel hasta derrotar a todos los cerditos. Pero en un RPG que pretende meternos de lleno en una historia fantástica de épica y hechizos necesitamos algo más que un robo de huevos a manos ‒o patas‒ de los vasallos del rey Cerdito, el príncipe Porky o el mago Marrano; curiosos nombres, por cierto. Su interfaz no puede ser más sencillo, algo que se agradece teniendio en cuenta el espíritu del juego y de la franquicia en la que se basa. Una vez viajemos de casilla en casilla, entraremos en las típicas pantallas en las que diferentes personajes esperan su turno para efectuar sus movimientos, eso sí, todo presentado bajo el inconfundible estilo cartoon de Angry Birds.

Así, para atacar tan solo deberemos deslizar el dedo desde nuestro personaje hasta el enemigo elegido, tocar a nuestro pajarito para efectuar un movimiento defensivo o arrastrar uno de los nuestros hasta un compañero para acciones de curación, entre otras acciones; incluso podemos recurrir a un pimiento rojo para las técnicas especiales, devastadoras en muchas ocasiones. Como veis, el particular sentido del humor de la franquicia sigue presente en Angry Birds Epic. Seguramente, este sistema resulte algo sencillo para los seguidores del género, aunque una vez a los mandos, descubriremos un interesante abanico de posibilidades para que los más curtidos en títulos de gran calibre tengan cierto margen de maniobra. Eso sí, no esperéis un interfaz lleno de opciones y posibilidades, algo que, por otro lado, resultaría contraproducente en un título de estas características.

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Como es habitual en la saga, tenemos a nuestra disposición una amplia gama de pajaritos, reconocibles todos ellos, cada uno con sus propias técnicas y habilidades, lo que dará cierta profundidad a los combates y permitirá a los jugadores configurar un equipo adaptado a su estilo de juego. Así, podemos recurrir a diferentes hechizos, armas, escudos, técnicas de combate, venenos, pociones, mejoras de habilidades y clases. Eso sí, tras unos cuantos enfrentamientos, el título no ofrecerá mucho más a los más expertos, mostrando buena parte de sus posibilidades a las pocas horas de juego. Y es que repetir una y otra vez la misma mecánica sin mucho más que hacer que lograr las omnipresentes tres estrellas de turno puede llegar a hacerse realmente tedioso.

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Y es que su desarrollo no es su punto fuerte precisamente; combate, ruleta, pasamos al siguiente nivel, combate, ruleta... ¿Para qué sirve la ruleta? Una y otra vez estaremos participando en eventos que no quedan nada claros para el jugador y nos harán preguntar una y otra vez porqué hacemos una cosa u otra. Y no podemos obviar su condición de free to play, lo que puede llegar a hastiar hasta al jugador más paciente; en realidad podemos avanzar con bastante facilidad sin gastar un céntimo ‒eso sí, el grindeo será esencial para hacernos con más y mejores recursos‒ aunque los constantes recordatorios de que podemos pasar por caja para avanzar con más naturalidad o pagar por obtener mejores items o resucitar a los compañeros caídos resultarán bastante molestos.

A nivel audiovisual mantiene la esencia de la franquicia Angry Birds, algo que agradecemos debido a la calidad de sus ilustraciones y animaciones al más puro estilo cartoon. Si bien es cierto que puede resultar demasiado infantil para los jugadores de más edad, los más pequeños encontrarán en su presentación el marco ideal para iniciarse en el género RPG. Colores vivos, situaciones totalmente hilarantes y un buen puñado de personajes y localizaciones completan una puesta en escena muy divertida, llamativa y amena. A nivel sonoro queda algo por debajo, con melodías algo repetitivas que pueden llegar a cargar tras unos cuantos enfrentamientos; los efectos de sonido presentan algún que otro guiño a la saga pero no destacan especialmente en su conjunto.