Akai Katana Shin
Akai Katana Shin
La acción desenfrenada en scroll lateral vuelve a la carga con Akai Katana Shin, el último trabajo de Cave que aparece en exclusiva para Xbox 360 llegado directamente desde las recreativas. Desafiante, muy rejugable y con extras. Además de un toque old school que recuerda en momentos a los grandes del género.
En una generación donde los juegos de acción, también conocidos como shooters, están dominando el mercado con juegos en primera persona o propuestas en tercera, no es de extrañar que también se quiera dar hueco a los shooters más antiguos, los famosos matamarcianos que durante años dominaron los salones recreativos y hicieron las delicias de los jugadores en las primeras consolas de finales de los ochenta y principios de los noventa. Scroll lateral, disparar por doquier y esquivar todos los ataques enemigos. Sencillo, adictivo y muy divertido. Esto es lo que ofrecía el género y esto es lo que pretende ofrecer Akai Katana Shin.
Esta obra llega de la mano de Cave, una compañía que está acostumbrándose a sacar buenos títulos con aire añejo. Suyos son obras como Deathsmile o el más veterano Donpachi. La compañía desarrolladora quiere intentar demostrar que el género donde triunfaron nombres míticos como R-Type o Ikaruga todavía tiene mucho que decir, y por eso llega este juego sacado directamente de la recreativa en exclusiva para Xbox 360. La fórmula es conocida por todos, y lo cierto es que Akai Katana Shin no ofrece grandes novedades jugables al respecto ni nada que no hayamos podido ver en el pasado. Austero, pero convencido de triunfar con su endiablada jugabilidad.
Las bases son bastante sencillas. Nos encontramos con una propuesta que se basa en avanzar en scroll lateral a lo largo de siete fases con sus respectivos jefes finales y sub-jefes que van apareciendo en momentos puntuales. Sin morir, buscando sobrevivir y como buen arcade intentando sumar la mayor de las puntuaciones posibles. Aquí viene precisamente uno de los grandes contratiempos del juego, o virtud según como se mire. El juego es tremendamente corto, y acabar con las siete fases, de las cuáles una es nueva completamente para la versión consola, no será a lo largo de los días y semanas, sino que se puede hacer en poco tiempo siempre dependiendo de un elemento importante: la dificultad.
Es corto, sí, pero no es fácil. La elevada jugabilidad de este tipo de juegos en los últimos tiempos es más que destacada, sobre todo para los que no estén muy familiarizados con el género. Aprendernos todas las mecánicas de los enemigos, el tipo de disparos que hacen y las trayectorias que cogen es vital para poder salir con vida de momentos simplemente infernales. La pantalla se nos llenará de disparos, enemigos y elementos que pueden acabar con nosotros. Primero pensaremos que es imposible superar esos tramos, luego veremos una rejilla de esperanza en un punto, y con práctica lo sacaremos adelante. La clave está tener la vista sobre como actúan los enemigos y ajustar al máximo nuestros movimientos, aunque parece que rocemos los proyectiles rivales.
Uno de los elementos más interesantes de este shooter se encuentra precisamente en la presencia de una mínima historia que se nos va narrando, algo que ya sucede en algunos shooters de este estilo modernos y que le da un poco de empaque a nuestra empresa. Formamos parte de un pequeño grupo que resiste a la expansión e invasión de un gran mal enemigo, y nuestro objetivo principal es acabar con ellos mediante una de las tres naves que controlaremos a lo largo de la aventura, cada una de ellas con sus propias particularidades. Además de los disparos principales de cada una de las naves, también se cuenta con unos explosivos limitados que sirven para limpiar el escenario cuando no estamos en buena situación y un modo súper que nos permite liquidar con suma facilidad a los enemigos, mejorar nuestra defensa durante unos segundos… elementos que pueden salvarnos la partida.
Todo ello, en medio de una lluvia de luces, colores y efectos especiales que mantienen el toque retro de un género que está volviendo y se muestra de manera más que actualizada a los tiempos actuales. Artísticamente Akai Katana Shin es un juego interesante por los escenarios que vamos superando, la cantidad de efectos de rayos, enemigos y explosiones que muestra en pantalla y por los momentos que se trata el argumento. Naturalmente no es ningún portento técnico, pero tampoco lo necesita para mostrar con claridad todo aquello que se espera de un juego como estos: mucha cantidad de elementos en pantalla sin que la consola sufra en ningún momento.
Por su parte, la banda sonora ofrece una de cal y otra de arena. Mientras que las explosiones, disparos, personajes hablando y demás efectos auditivos están bien cuidados y ayudan a tensionar ante tanta cantidad de elementos en pantalla, la banda sonora pasa sin pena ni gloria. Música que va a un ritmo elevado para seguir todo lo que sucede en pantalla, pero que no pasará a la historia por ser la mejor banda sonora posible. Ni tampoco una de las mejores, simplemente un acompañamiento que en algunos momentos se nos puede llegar a hacer prescindible.
Bueno
Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.