‘Meadowlark’. Una obra maestra a cargo de Ethan Hawke

El western fue sinónimo de aventura durante mucho tiempo gracias a cineastas como John Ford o John Houston, pero en los últimos años escritores como McCarthy y guionistas como Sheridan han desmontado ese halo de épico para presentar un lugar inhóspito y salvaje donde los hombres se enfrentan a sí mismos y a la naturaleza. Un territorio en el que los personajes no tienen parapetos donde refugiarse y en la que las pulsiones primarias dominan el relato.

Así es ‘Meadowlark’, la segunda novela gráfica que el actor Ethan Hawke hace con Greg Ruth, antes ya habían colaborado en Indeh, otro gran cómic ambientado en las guerras apaches y que fue editado en España por Oberon en 2017.

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Maestro del relato

Aunque la mayoría del público conoce a Ethan Hawke por su presencia en grandes películas (Training Day, Antes del amanecer, Gattaca...) lo cierto es que el tejano se ha ganado una buena reputación como director de cine, guionista y escritor de novelas, así que su aportación al mundo del cómic es un camino más en su extensa obra creativa. ‘Meadowlark’ es un thriller ambientado en la Texas actual, que tiene por protagonistas a un funcionario de prisiones, que había ganado cierta fama como boxeador, y a su hijo adolescente. Más allá de una historia de violencia, hay una reflexión bastante profunda sobre las relaciones paternofiliales, de cómo los padres vuelcan en sus hijos sus sueños perdidos y de cómo estos ven en ellos un referente a pesar de que la situación no sea la más propicia.

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Una jornada de violencia

Aunque es novela extensa, de unas 250 páginas, el marco temporal se restringe a un solo día. Jack ‘el Sabanero’ Johnson se lleva al trabajo a su hijo Cooper justo el día en que se produce un motín. Lo que en principio parece una reyerta ente bandas pronto se convierte en algo más serio que oculta una fuga de presos peligrosos.

Los hechos se suceden a velocidad de vértigo y Cooper ve como su padre se ve inmerso en una espiral de violencia que no controla y que termina por afianzar la relación entre ambas figuras.

Ethan Hawke confiesa que ha volcado parte de sus experiencias en esta obra, nacido en Texas vivió una separación muy similar a la que vive Cooper.

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Una obra de arte

El dibujo corre a cargo de Greg Ruth, que es uno de esos artistas cuyo trabajo trasciende más allá del medio. Más que un dibujante es un ilustrador que entraría en la categoría de Norman Rockwell o Edward Hopper, ya que más allá de la innegable calidad de sus dibujos sabe captar como nadie la esencia de los paisajes de Texas: casas rurales, moteles de carretera, coches clásicos... pero donde más se luce son en los retratos. También salpica el relato de algunos animales salvajes, siempre en lucha o con poses amenazantes.

El uso del color es particular, ya que emplea un bitono con un verde grisáceo muy suave para el relato y azul para las pocas páginas en las que el padre evoca eventos de su pasado.

En cuanto a la estructura emplea una arquitectura muy simple, con viñetas rectangulares y muy pocas por página. Tampoco hay una presencia excesiva de textos y los pocos que hay son siempre diálogos, hay muchas páginas en las que solo se ofrecen dibujos, aunque no por ello se pierde el hijo argumental.

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Conclusión

‘Meadowlark’ es una excelente novela gráfica que, bajo el manto de un thriller seco y duro, ofrece una interesante reflexión sobre las relaciones entre padres e hijos. Es un universo que ya hemos visitado en obras como ‘Comanchería’ o ‘No es país para viejos’, donde la violencia es un personaje más de la historia.

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Ficha

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