‘El último Ronin’, la obra más madura de las Tortugas Ninja

Hay licencias que se cree son de nicho hasta que pasan un tiempo desaparecidas. El cierre de la editorial ECC dejó una cantidad considerable de ellas sin hogar hasta que algunas de las más codiciadas fueron encontrando un nuevo hogar. DC Comics (Vertigo incluido), ‘Invencible’, ‘The Walking Dead’, etc... no tardaron en ir a parar a casas con un poder de pujanza por encima de la media, pero a otras les costó un poquito más. Es el caso de las Tortugas Ninja, o ‘TMNT’, ya que una de las condiciones de IDW para cederle la licencia a Moztros es que la nomenclatura debía permanecer inamovible. Las redes sociales, donde la editorial catalana es especialmente activa, daban por hecho que esta terminaría siendo quien se llevara el gato -o mejor dicho, los quelonios- al agua. Y sea por clamor popular, sea por convicción, o por ambas, así terminó siendo. De esta manera nos llega, tras la publicación del primer número de la etapa de Jason Aaron, la que probablemente sea la obra más codiciada de los últimos años: ‘El último Ronin’.

‘El último Ronin’, editada por última vez por la mencionada ECC en formato cartoné, llegó a alcanzar precios de varias decenas de euros en las plataformas de venta de segunda mano que conocemos todos. Como no podía ser de otro modo, su precio ha caído en picado tras la publicación por parte de Moztros en un formato más económico, el ya conocido “formato moztroso”: una edición en tapa rústica bastante robusta que permite ajustar el precio lo máximo posible.

Sea como fuere, afortunadamente ya volvemos a tener en las librerías, sin miedo a quedarnos sin ella por falta de disponibilidad, la que es a buen seguro la historia más adulta de entre las protagonizadas por las tortugas.

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Un tono poco habitual para una historia de las Tortugas Ninja

La premisa de ‘El último Ronin’ no podría ser más desoladora. Tras una incursión para frenar el ascenso del Clan del Pie, hoy dominado por Oroku Hiroto, nieto de Shredder y dominador de la ciudad de New York, tres de nuestras queridas tortugas fallecen en el intento. Solo queda una, siendo su identidad el secreto mejor guardado del cómic y su revelación uno de los muchos grandes momentos. Aunque tal vez le falte un poquito más de desarrollo, Oroku deja muestras de sobra a lo largo de los 5 números de que consta este volumen que es un digno sucesor de su abuelo en lo que a maldad se refiere: es un auténtico cabronazo.

El tono de la violencia que se muestra en la historia es completamente explícito, pero no es nada de lo que escandalizarse. Comparada con cualquier obra de Garth Ennis, es casi para todos los públicos, pero la madurez de ‘El último Ronin’ no se encuentra en lo gráfico de sus muertes o desmembramientos. La madurez está en lo desoladora que es la ambientación, con una Gran Manzana controlada por una tiranía, y sobre todo, por el trasfondo de los personajes.

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Aquella incursión ha dejado destrozada a la tortuga superviviente, y mucho más mental que físicamente. Su ciudad está rota, sus tres compañeros han fallecido, y está casi completamente sola, así que no encuentra muchos más motivos para seguir adelante que la venganza, por mucho que no le queden fuerzas. Y sí, por suerte, decimos “casi completamente” porque encontrará supervivientes, viejos conocidos, que le ayudarán en su empresa, aunque lamentablemente tampoco estén por su mejor momento. El tono optimista, que también lo hay -aunque no mucho-, lo pondrán las caras nuevas, al menos una de ellas, que nos hace sacar una sonrisa cuando no hacemos más que verlo todo muy crudo.

¿Quién mejor para manejar esta historia que los propios creadores de los personajes, Kevin Eastman y Peter Laird? Un poco porque ambos están a cargo, y otro porque a pesar de ser una trama autoconclusiva dio lugar a secuelas y spin off, ‘El último Ronin’ se siente como una continuidad en sí misma. Una alternativa, un poco como si la comparamos con las líneas Ultimate y Absolute, de Marvel y DC respectivamente. Eso sí, tal fue el éxito, que a IDW le resultó demasiado tentador crear nuevas historias en este universo como para poder resistirse.

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Un dibujo uniforme a pesar de la cantidad de dibujantes

A la hora de calificar el dibujo nos encontramos con que tenemos hasta 3 ilustradores diferentes, algo que no es un problema que reste identidad a la obra, ya que no es el típico caso de baile de dibujantes. Los principales, además, tienen un estilo muy similar, y es que no en vano hablamos de los dos hermanos Escorza, Esau e Isaac. Los mexicanos hacen un trabajo más que sólido, donde destacan sobremanera las expresiones faciales. Son capaces de reflejar la tristeza que rodea el aura de la tortuga superviviente, además de las arrugas y la veteranía de los personajes más conocidos de etapas anteriores. Por contra, cuando tienen que dibujar a otro de los personajes clave de la historia, notablemente más joven, tiene un rostro mucho más luminoso, que refleja muy bien el ímpetu y la inconsciencia, y que recuerda irremediablemente a la obra del prolífico costarriqueño Dan Mora.

Aunque sea de manera puntual, la contribución de Ben Bishop es excepcional. El de Portland compadece en contadas ocasiones para dibujar vieñas a caballo entre el blanco y negro y el sepia en forma de flashbacks, y aunque sea muy atrevido decir que sean los mejores momentos del cómic, sí son los que más personalidad derrochan. Gráficamente, queda la sensación de que aunque estas partes sean brillantes, los Esforza dejan una impronta que no se puede calificar de memorable, lo que seguramente aleja el cómic de cotas aún más altas.

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Conclusiones

A pesar de contar con un final un poco precipitado, el nivel general de ‘El último Ronin’ desde el punto de vista narrativo es altísimo, algo que no rebaja un ápice el hecho de que el gran misterio de la historia se desvele prácticamente al principio. La presencia de un importante cliffhanger al final de cada uno de los 5 números mantiene el interés durante las más de 200 páginas. Eastman y Laird aciertan rotundamente al introducir un nuevo y joven personaje que rebaja las dosis de dramatismo y desolación que en general destila la obra. El seguidor veterano de las TMNT ya habrá leído ‘El último Ronin’, seguramente, con lo que la pregunta clave es si es una buena puerta de entrada. Siempre teniendo en cuenta que nos encontramos ante una trama fuera de continuidad, la respuesta es un rotundo “sí”: es realmente disfrutable incluso con un bagaje prácticamente nulo con los personajes.

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Ficha

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