Cine
Recordando a Timothy Dalton, el James Bond más infravalorado y desaprovechado
El cuarto actor James Bond oficial tuvo un paso tan intenso como breve por la saga. Repasamos la trayectoria de Timothy Dalton como 007 y su legado como el famoso espía inglés.
Timothy Dalton fue el cuarto actor en interpretar a James Bond en las películas oficiales de Eon y Metro-Goldwyn-Mayer. Este actor tuvo un paso muy breve por la saga, protagonizando únicamente dos largometrajes como 007: ‘Alta Tensión’ (1987) y ‘Licencia para Matar’ (1989). En este texto repasamos la trayectoria de Dalton como 007, su legado en la franquicia y los problemas legales que propiciaron su marcha y la llegada de Pierce Brosnan como el nuevo Bond.
Timothy Dalton, un Bond tan breve como desaprovechado
El actor británico Timothy Dalton llegó a la saga James Bond a finales de los 80 por insistencia de los productores. No era la primera vez que Eon y MGM se interesaron por él; durante los 60, se pretendió que Dalton sustituyese a Sean Connery tras ‘Solo se vive dos veces’ (1967), pero rechazó la oferta porque a su edad de 21 años se consideraba muy joven para interpretar al personaje. Como consecuencia, el papel para la siguiente película de Bond fue para George Lazenby en ‘Al Servicio Secreto de Su Majestad’ (1969), siendo esta la única vez que interpretó a 007.
Dalton volvió a ser considerado para el rol de Bond a principios de los 80, pero de nuevo declinó la oferta porque sentía que el tono del personaje no era el adecuado, alejándose del carácter más sombrío y realista del personaje en los libros de Ian Fleming. Debido a esta decisión, Roger Moore continuó siendo Bond hasta su última aparición en ‘Panorama para Matar’ (1985).
Finalmente, Dalton fue elegido como el nuevo James Bond en 1986 tras la marcha de Roger Moore. Aunque Pierce Brosnan era la opción preferida de Albert R. Broccoli y Michael G. Wilson, productores de la saga, su compromiso con la serie ‘Remington Steele’ le hizo imposible asumir este rol entonces, por lo que la oportunidad se presentó de nuevo en la puerta de Timothy Dalton. El actor, que ya tenía más de cuarenta años, aceptó el papel con un fuerte compromiso de encarnar a una versión del personaje que fuese fiel a la visión original de Fleming.
Su primera película como Bond fue ‘Alta Tensión’, estrenada en 1987, que tuvo una recepción considerablemente mejor que ‘Panorama para Matar’, la cinta anterior protagonizada por Moore. También recaudó más en taquilla.
En esta nueva historia, Bond debe ayudar a desertar a occidente al general soviético Georgi Koskov. Durante esta misión, descubre que la violonchelista Kara Milovy es en realidad una asesina del KGB con órdenes de matar al general. Viajando a ubicaciones tan exóticas como Viena, Tánger y Afganistán, 007 tendrá que desentrañar una conspiración que amenaza con dar paso a la Tercera Guerra Mundial.
Este largometraje supuso una especie de regreso a las raíces del personaje, en sintonía con la versión del espía de las novelas de Fleming. El Bond de Dalton mostrado en ‘Alta Tensión’ era serio, profesional y poco propenso a las bromas, pero también más humano que anteriores encarnaciones del personaje. En valoraciones recientes, se considera que esta cinta es de las mejores de la saga, gracias también en parte a la extraordinaria banda sonora original de John Barry.
La segunda y última película de Dalton como Bond fue ‘Licencia para Matar’, estrenada en 1989. En esta nueva aventura, James Bond se embarca en un viaje personal de venganza. Secuaces del narcotraficante Franz Sánchez asesinan a la mujer de Felix Leiter y lo dejan malherido. Leiter es amigo personal de Bond, por lo que 007 abandona el MI6 para ajustar cuentas con Sánchez por sus propios medios. El espía británico se infiltra en la organización del capo de la droga con la intención de desarticularla desde dentro, no conforme con simplemente matar al criminal. Para ello, se hace pasar por un asesino a sueldo y viaja hasta la ficticia “República de Isthmus”, un país centroamericano donde Sánchez ha establecido su base de operaciones.
Esta película obtuvo unas cifras de taquilla y una recepción crítica similar a la de ‘Alta Tensión’, aunque sus principales aspectos negativos fueron un tono excesivamente sombrío y oscuro, con el Bond más violento mostrado hasta entonces.
Esta decisión estilística se percibió como una pérdida parcial de identidad, ya que en lugar de centrarse en ser una historia de espionaje, la trama y su temática que trataba sobre criminales, el mundo de la droga y agentes operando al margen de la ley hicieron que se comparase con otras películas como varias entregas de la saga ‘Harry el Sucio’, ‘Arma Letal’ (1987) o ‘Superdetective en Hollywood 2′ (1987). En resumen: la percepción general era que se atenía a una moda o patrón de éxito en lugar de mantener una identidad propia.
La posterior marcha de Dalton tras solo dos películas como 007 hizo evidente que se desaprovechó su enorme potencial. El posterior reinicio del personaje con Pierce Brosnan con ‘GoldenEye’ en 1995 fue un enorme éxito, pero a medida que se estrenaban nuevas películas, los fans más fieles de 007 sentían que seguían siendo demasiado fantasiosas, especialmente ‘Muere Otro Día’ (2002).
La visión de un nuevo Bond más realista y humano culminó con ‘Casino Royale’ en 2006, protagonizada por Daniel Craig. La huella que dejó Timothy Dalton en la saga fue significativa, y su enfoque en los aspectos más terrenales del personaje influyeron enormemente en las versiones de 007 de Brosnan y Craig.
Los problemas legales de 007 que hicieron que Timothy Dalton dejase la saga
Timothy Dalton interpretó a James Bond únicamente en dos ocasiones en 1987 y 1989, y su etapa como el agente 007 se vio interrumpida por una serie de problemas legales entre MGM, el estudio distribuidor de las películas de Bond, y Danjaq, la empresa que poseía los derechos de propiedad intelectual de la saga.
En 1989, Danjaq demandó a MGM, alegando que el estudio había vendido los derechos de retransmisión de las películas de Bond a varias cadenas de televisión sin su consentimiento. Este litigio se dilató durante varios años, y como consecuencia se retrasó la producción de nuevas películas del famoso espía británico.
El desarrollo de la tercera película de James Bond que habría protagonizado Timothy Dalton debía haber comenzado en 1990, pero se detuvo indefinidamente debido a esta disputa legal. Aunque el actor se mantuvo comprometido con el papel en un principio, la incertidumbre sobre su futuro hizo que tuviese que reconsiderar su postura. En 1993 su contrato expiró, y tras de varios años de inactividad como Bond, Dalton decidió retirarse oficialmente del papel en 1994, dejando el camino libre para que Pierce Brosnan protagonizara ‘GoldenEye’ (1995) como una nueva versión de 007.
En resumen, los problemas legales entre MGM y Danjaq paralizaron la producción de las películas de James Bond en la primera mitad de los 90 y, en última instancia, contribuyeron a la salida de Timothy Dalton. Su interpretación fue elogiada por ofrecer al público una versión más oscura y seria de 007, fiel a la representación del personaje en las novelas de Ian Fleming.
No obstante, el enorme período sin nuevas películas que hubo tras el estreno de ‘Licencia para Matar’ en 1989 y la falta de claridad sobre el futuro de la franquicia desembocaron en su decisión de abandonar su papel más icónico. Esto no solo afectó a la trayectoria cinematográfica de Dalton, sino que también tuvo un impacto significativo en el futuro de la saga ‘James Bond’, retrasando su reinicio hasta la llegada de Brosnan. Los seis años que pasaron entre ‘Licencia para Matar’ (1989) y ‘GoldenEye’ (1995) continúan siendo, a día de hoy, el mayor hiato que ha habido en la franquicia desde su origen.