Cine
Las películas de Neil Breen son tan malas que parecen escenas de videojuegos de los 90
Neil Breen es un cineasta independiente norteamericano cuyas producciones de bajo presupuesto recuerdan a los videojuegos FMV de los 90.
“Lo arreglamos en post-producción” es una frase muy manida que suele utilizarse para describir con cierta sorna a todas aquellas producciones de cine y televisión cuyos efectos especiales son cómicamente evidentes. Hay cineastas que se han labrado cierta fama a base de crear producciones de bajo presupuesto con unos efectos que solo podemos calificar como risibles siendo generosos. Es el caso del norteamericano Neil Breen, un director y actor de cine independiente cuyas obras se han ganado el estatus de culto debido a lo malas que son.
Así son las películas de Neil Breen que usan imágenes de stock como fondos y decorados
Neil Breen es un director y actor de cine independiente. Desde 2005, ha escrito, dirigido y protagonizado seis películas que tocan temáticas similares como el uso de superpoderes y habilidades sobrehumanas o luchas imposibles contra instituciones corruptas. El quid de la cuestión está en: ¿cómo representar esta temática de fantasía de forma creíble cuando tienes un presupuesto bajo? La respuesta es que haces lo que puedes con lo que tienes. Con cómico resultado.
En su película más reciente, ‘Cade: The Tortured Crossing’ (2023) podemos ver cómo se usan sin tapujos imágenes de stock con licencia de uso libre como los fondos y decorados del largometraje. Es decir, se graba a los actores con un fondo de pantalla verde para luego sustituir de forma digital este fondo verde por las imágenes y los fondos seleccionados. Aunque este método es habitual en producciones de gran presupuesto como las del Universo Cinematográfico Marvel, no basta con sustituir el fondo sin más; además de crear unos entornos a la carta y convincentes, en post-producción también se trabajan en terrenos como la iluminación o el color de las escenas para que los actores no “sobresalgan” demasiado con respecto a los decorados digitales.
O lo que es lo mismo: cuando se hacen las cosas mal porque no se tiene ni el presupuesto ni los conocimientos adecuados, el resultado salta a la vista: es evidente que los actores y actrices están solapados sobre un fondo digital.
¿Sin presupuesto? Sin problemas: cómo hacer de lo cutre una virtud
Esta aparente dejadez y lo evidente de su bajo presupuesto han hecho que el cine de Neil Breen sea considerado de culto por sus fans más acérrimos, que siguen el peculiar razonamiento de que “sus películas son tan malas que son buenas”. Aunque sus obras no son de humor, muchos de sus seguidores consideran que son del mejor tipo de comedia: la comedia involuntaria derivada de lo mal hecho que está todo.
Precisamente por este motivo se le ha comparado, y con razón, con Tommy Wiseau, autor de ‘The Room’, considerada una de las peores películas de todos los tiempos y que tendrá un remake protagonizado por Bob Odenkirk (’Breaking Bad’, ‘Better Call Saul’, ‘Nobody’).
También se ha comparado mucho a sus obras con las de muchos videojuegos de los 90 que usaban secuencias FMV (full-motion video) como parte de la narrativa del mismo o como principal gancho. Night Trap, Phantasmagoria, Tex Murphy o Command & Conquer fueron varios títulos y sagas que usaron esta técnica para aunar bajo un mismo techo a cine y videojuegos con distinta fortuna, aunque todos ellos tienen algo en común: para los más cinéfilos conservan cierto encanto por su aire a película de serie B.
Unas 3D rudimentarias, efectos muy evidentes y de baja calidad y unas interpretaciones risibles eran varios de los elementos en común de estos videojuegos, y es precisamente por este motivo por el que las películas de Neil Breen se han conseguido ganar un hueco entre un determinado público. Pese a sus defectos, los largometrajes de este cineasta norteamericano no dejan de ser un viaje nostálgico que recuerdan mucho a este tipo de producciones y a la forma de hacer las cosas con los medios disponibles por aquel entonces.