Cine
Germán Areta, el último español honrado: recordando la trilogía ‘El crack’ de Garci con Alfredo Landa y Carlos Santos
La trilogía ‘El crack’ de José Luis Garci, donde Alfredo Landa y Carlos Santos han dado vida al detective Germán Areta, es uno de los puntos álgidos del cine patrio.
Cuando hablamos de cine español, muchos realizan automáticamente una mueca de desagrado porque piensan automáticamente en comedias ligeras en las que apenas hay enjundia. No obstante, en España tenemos a grandes directores como José Luis Garci, quien con su trilogía ‘El crack’, no solo empujó hasta el límite lo que se acostumbraba a ver en este país, sino que además creó tres películas imprescindibles del género de cine negro. En este texto repasamos la saga ‘El crack’, centrada en las aventuras del detective Germán Areta, cuyas dos primeras entregas estuvieron protagonizadas por Alfredo Landa, y cuya tercera película, la precuela, tuvo como cabeza de cartel a Carlos Santos.
‘El crack’: una trilogía indispensable para los amantes del cine negro
‘El crack’ (1981), una película escrita y dirigida por José Luis Garci, es una obra clave del cine español de los años 80, que destacó por su solvente combinación de cine negro y drama. Esta cinta, protagonizada por Alfredo Landa, fue la primera de la saga, y tuvo una secuela —'El crack Dos’ (1983)— y una precuela —'El crack Cero’ (2019)—, y esta tercera entrega estuvo protagonizada por Carlos Santos. Cada largometraje sigue un caso diferente de Germán Areta, alias “El Piojo”, un ex-policía de Madrid capital que, desencantado con su profesión, decidió probar suerte como detective privado. A través de este personaje, Garci fusionó con gran inteligencia el cine negro tradicional estadounidense con un retrato crudo y realista de la España de la posdictadura en los años inmediatamente posteriores a la muerte de Franco, donde destacaban las tensiones sociales y políticas de la época.
Areta es un personaje complejo que destacó por no ser tan frío y cínico como cabría esperar del género. Su gran desencanto con la vida y la sociedad en general reflejaba el gran cambio de paradigma que hubo en el cine español de la época, que en este caso no se cortaba a la hora de plasmar en pantalla a un personaje principal repleto de defectos y conflictos internos. La interpretación de Germán Areta supuso un gran cambio de registro para Alfredo Landa, quien dio vida al personaje en las dos películas estrenadas en los 80, y quien hasta entonces había estado relacionado principalmente con el género de la comedia castiza en producciones como ‘Los pecados de una chica casi decente’ (1975) o ‘Alcalde por elección’ (1976).
El estilo visual de Garci también jugó un papel crucial en la atmósfera de la trilogía. Su uso de la iluminación tenue y los encuadres cerrados evocaban al cine negro clásico, mientras que convertía a la ciudad de Madrid de los años de la Transición en un personaje más, con sus calles sombrías, sus lugares de paso sucios y descuidados y sus bares de carretera vacíos que reflejaban el vacío existencial de los personajes. La trilogía se apoyaba principalmente en una marcada estética de los años 70 y 80, buscando un tono melancólico que resonaba con fuerza y representaba esta época de cambio.
La crítica social fue una parte fundamental de ‘El crack’. Garci no solo exploraba el carácter individual de Areta, sino que varios de los temas recurrentes de estos largometrajes fueron la desigualdad y la gran corrupción provocada por el vacío de poder en la España de la Transición. Las tramas estaban impregnadas de una crítica sutil pero efectiva al sistema, al mismo tiempo que reflejaban la transformación del país en términos sociopolíticos y económicos.
Los conflictos internos del protagonista también funcionaban como metáforas de las tensiones sociales y la búsqueda de una identidad propia de un país que aún se estaba reconfigurando. En no pocas ocasiones, Areta era tentado con distintos sobornos, pero sus reiteradas negativas en pos de mantenerse fiel a su férrea brújula moral demostraban las dificultades que tiene el hombre recto para llevar una vida honrada al negarse a escoger el camino fácil. Este rasgo distintivo de su carácter hizo que, para muchos espectadores, Areta destacase como “el último español honrado”.
En conclusión, la trilogía ‘El crack’ no solo es historia viva del cine español, sino que también reflejó con gran precisión las complejidades y vicisitudes de la España posfranquista. Garci logró crear un rico universo lleno de matices que no solo representa un gran homenaje al cine negro clásico, sino que, gracias a la figura de Areta y a la reflexión sobre sus temas sociales, ofrecía una ventana brutalmente honesta al cambio que vivió nuestra nación. ‘El crack’, la “trilogía de Areta” es, sin ningún género de duda, uno de los puntos álgidos del cine español, que sorprendió por su capacidad para plasmar de manera acertada uno de los capítulos más importantes de la historia reciente de España.
¿De qué trata cada película de ‘El crack’? ¿Cuál es su argumento?
‘El crack’ (1981), está ambientada en Madrid en 1980. Germán Areta es un expolicía que trabaja como investigador privado en esta ciudad. Se trata de un hombre inquieto que duerme poco, anda mucho, y lo que ve no le gusta. Con la ayuda de El Moro, su asistente, inicia la investigación de un nuevo caso: la desaparición de la hija de un empresario de Ponferrada. A medida que avanza en sus pesquisas, Areta se ve presionado para que abandone el caso, algo que va en contra de sus principios.
En ‘El crack Dos’ (1983), la acción se vuelve a situar en Madrid, pero dos años después, en 1982. Don Ricardo, también conocido como El Abuelo, un excomisario de policía y antiguo jefe de Areta, le pide como favor personal que acepte investigar a la pareja de un antiguo compañero de estudios que le ha dejado sin razón aparente tras veinte años de relación. Cuando los dos hombres aparecen muertos en lo que se cierra como un crimen pasional de asesinato y suicidio, el saqueo de su oficina y una paliza a El Moro convencen a Areta de que el caso es mucho más complicado de lo que aparentaba ser en principio.
‘El crack Cero’ (2019) es una precuela de la saga; Carlos Santos interpreta a Areta en esta ocasión. La acción transcurre en Madrid en el año 1975. Germán Areta es un expolicía de la Brigada Criminal que ha empezado a trabajar como investigador privado. Uno de sus primeros casos consiste en investigar el aparente suicidio de un sastre que era amante de una mujer casada. Aunque su instinto le dice a Areta que la gente solo mata por amor o por dinero, no tarda en descubrir que puede haber más motivos... y más de un sospechoso.
La estructura narrativa de la trilogía ‘El crack’ sigue a Germán Areta y los casos que investiga en cada película. Al margen de sus investigaciones, también podemos ver cómo compagina su vida profesional con la personal, y cómo su peligroso trabajo termina afectándole en su vida privada. Estos largometrajes también reflejaban de manera fidedigna el enorme cambio social y político que atravesó España durante los años 70 y 80. En cada una de las entregas, Areta se enfrentaba a duros dilemas morales y éticos que reflejaban las inquietudes de los habitantes de un país en el que la alargada sombra del franquismo todavía era palpable.
Las tramas de las tres películas son cada vez más complejas y oscuras, algo que también sirvió para profundizar en el carácter de Areta, un hombre cada vez más desencantado con la sociedad y las instituciones. En definitiva, cada entrega de ‘El crack’ no solo ofrecía un caso nuevo para resolver, sino que, a través de la mirada del protagonista, también servía para reflexionar sobre temas relevantes como la corrupción, la decadencia social y la incertidumbre en una época de cambios.
Dónde ver la trilogía ‘El crack’ online
En el momento en el que publicamos este texto, las tres películas de la saga ‘El crack’ de José Luis Garci están disponibles en las siguientes plataformas de streaming:
Tened en cuenta que, dada la naturaleza cambiante y rotatoria de los catálogos, es posible que en un futuro pasen a otras plataformas de vídeo bajo demanda o que desaparezcan por completo.