Cine
“Estoy muy orgulloso de Lifeforce”. Cuando Tobe Hooper defendió su película de culto, entre las favoritas de Tarantino
Recibió malas críticas y fracasó en taquilla, pero el culto a su alrededor no ha parado de crecer desde su estreno en cines en 1985
El bueno de Tobe Hooper nos dejó el 26 de agosto de 2017 a la edad de 74 años. Tras de sí, un cúmulo de clásicos del cine fantastico y de terror. ‘La Matanza de Texas’ conmocionó al mundo en 1974 y mantiene hoy su horror intacto. De ‘Alien’ al cine Slasher posterior, la película fue tremendamente influyente.
En 1982 nos trajo una obra inolvidable producida por Steven Spielberg, ‘Poltergeist’. La Cannon le propuso un contrato por tres películas y libertad creativa para rodarlas. La primera de ellas fue, sin embargo, un importante batacazo crítico y popular. Estamos hablando, claro está, de ‘Lifeforce’.
Vampiros del espacio, el cometa Halley y un superequipo técnico. ¿Qué puede salir mal?
Basada en la novela ‘Vampiros del espacio’ de Colin Wilson, ‘Lifeforce’ mantenía la esencia de la obra original pero con ciertos cambios, como la época, que pasaba de futurista a contemporánea y el lugar donde se encontraban los vampiros. Como el Cometa Halley iba a pasar cerca de la Tierra en 1986 (fue un acontecimiento, ya que es algo que ocurre cada 75 años), se optó por dejar de lado el campo de asteroides original. La primera decisión ab abarataba sotes, la segunda brindaba el halo de misterio, miedo y desgracias que siempre ha acompañado a los cometas.
En la cola de Halley se encontraba una nave con forma de alcachofa (no es broma) con unos bellos seres humanoides en su interior, desnudos, para más señas, que resultan ser vampiros. Si el otro día os hablamos de películas de animación para adultos que traumatizaron a varias generaciones de niños, ya os decimos que los videoclubs echaban humo con ‘Lifeforce’. El tono general también era un shock, con mucha oscuridad y horror en mitad de un Londres apocalíptico y una textura sucia, propia del cine inglés de la época.
El equipo detrás del proyecto era de campanillas. Además del propio Hooper, teníamos a Dan O’Bannon (Alien) y Don Jakoby en el guion, y John Dykstra (Star Wars) estuvo al cargo de los efectos especiales. En la música, nada menos que el maestro Henri Mancini (’Desayuno con Diamantes’). El guion sin embargo sufrió reescritura por parte de terceros no acreditados, y el propio Hooper se lamentaba posteriormente de las carencias del libreto:
“Lifeforce tenía un gran aspecto, pero carecía de un guión. No había mucho que se pudiera hacer al respecto, excepto cambiarlo por completo. La película comenzó como Vampiros espaciales, y así es como debería haberse llamado. ¡Con ese título mirarías esa foto con un par de gafas de sol completamente diferente”.
Caída y resurrección, como los buenos vampiros
La libertad fue total, la Cannon dio a Hooper 25 millones y adelante, total libertad creativa y un control mínimo. El rodaje fue mucho más corto de lo previsto, aunque sin la supervisión habitual de producción, el presupuesto se acabó antes de tiempo dando al traste con algunas escenas. Aunque el resultado luce espectacular en muchos aspectos, la crítica se cebó con ella en el estreno, y la taquilla no fue mejor.
Pero ocurrió algo. Como ocurre a veces, ciertas películas machacadas de mil formas sobreviven y se van haciendo cada vez más grandes con el paso del tiempo. Encuentran nuevo público que no para de contar las bondades de ese descubrimiento. Le pasó a ‘Blade Runner’, por ejemplo, y en menor medida a ‘Lifeforce’. Así, llegaron los documentales, los festivales de cine fantástico, las fotos con los fans, las ediciones remasterizadas, el reconocimiento de gente de muy importante del cine...
Así, con la perspectiva de los años, Tobe Hooper reivindicaba, ya sosegado pero henchido de satisfacción, aquella joya que estuvo apunto de morir enterrada en el olvido:
“Estoy muy orgulloso de Lifeforce porque nadie volverá a tener el valor de hacer una película como esa... Sabía que con el tiempo se consideraría genial. Quentin Tarantino me dijo que fue a verla muchas veces cuando se estrenó. Es una de sus favoritas”.
Volviendo atrás, aquel fracaso en 1985 no amilanó a la Cannon. La productora era única, para lo bueno y para lo malo (ay, ese ‘Superman IV’), y aquí estuvo a la altura. Así, Tobe Hooper nos pudo regalar esas dos películas que seguían en el acuerdo. ¿El resultado? El estupendo remake de ‘Invasores de Marte’ y la loquísima ‘La matanza de Texas 2′ que tano influenció a Resident Evil VII. Solo podemos darte las gracias por todo, por tanto, Tobe Hooper.
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