‘El secreto de sus ojos’ cumple 15 años, la cinta argentina que ganó un Oscar a mejor película extranjera

El cine argentino es uno de los grandes exponentes en su región y en todo el continente americano. A través de su historia, directores nativos han creado grandes obras que sirven de ejemplo para el mundo. Dos muy recientes son ‘Relatos salvajes’ (2014), considerada una de las mejores películas argentinas de la historia, y ‘Argentina, 1985′ (2022), que cuenta la historia real del primer juicio civil a cargos militares tras el llamado Proceso de Reorganización Nacional, la dictadura que azotó el país a finales de los 70 y principios de los 80. A estas películas habría que añadir a ‘El secreto de sus ojos’ (2009), que fue revolucionaria en sus imágenes y es un ejemplo de cine detectivesco con tintes de suspense. Al igual que las anteriormente citadas, está protagonizada por Ricardo Darín y cuenta, alternando flashbacks con actualidad, la historia de un asesinato, una conspiración y un amor no correspondido. En la dirección está Juan José Campanella.

Además de Ricardo Darín, Soledad Villamil y Guillermo Francella protagonizan la película. El argumento se centra en Benjamín (Darín), que en 1999 quiere escribir un libro sobre un caso de asesinato cuando era agente judicial. Ahí, la historia viaja en el tiempo hasta 1974, cuando sucedieron los hechos. Una mujer es violada y asesinada en su casa, por lo que Benjamín y su equipo son designados para resolver el caso. Al frente estará Irene (Villamil), la nueva jefa de departamento que no congenia con Benjamín al principio, pero que protagonizarán una de las historias de amores imposibles más recordadas del cine. Paralelamente, el criminal es descubierto pero liberado por el rival que Benjamín, que lo contrata como sicario, dejándolo libre y con el objetivo de librarse del agente judicial.

La pasión

La escena más recordada de la película y que ya forma parte del imaginario colectivo cinéfilo es la de Guillermo Francella hablando sobre la pasión del asesino. En unas cartas que le interceptan se aprecian varios nombres sin aparente relación, pero Francella da en el clavo y descubre que son nombres de jugadores de Racing Club. En ese preciso instante, da un discurso que quedó grabado en la memoria de todos. “El tipo puede cambiar de todo [...] pero hay una cosa de la que no puede cambiar, Benjamín. No puede cambiar de pasión”. Así consiguen encontrar al asesino en el estadio de Racing.

Tras ello, es atrapado y le realizan un juicio ilegal en el que confiesa e intenta agredir sexualmente a Irene. Ahí es cuando surge la otra pasión, la de Benjamín, que es la propia Irene, tal y como le había dicho su compañero. El personaje interpretado por Francella (Sandoval) también le comenta que su pasión es estar borracho en el bar, a pesar de tener un buen trabajo y una mujer que le quiere. Sin embargo, a pesar de que sea cierto, no es su única pasión.

(A partir de aquí hay spoilers).

Sandoval salva la vida de su amigo y muere por él al hacerse pasar por Benjamín cuando los sicarios de su rival van a por el juez. Su otra pasión era la amistad que mantenía con Benjamín, el único amigo que le entendía.

El retrato del horror

Al igual que cuando John Carpenter impactó a medio mundo con la famosa escena del camión de helados en ‘Asalto a la comisaría del distrito 13′ (1976), Juan José Campanella dejó una imagen difícil de recordar para los espectadores. El cuerpo mutilado de la joven asesinada, Liliana Colotto, es duro de ver e impacta de sobremanera. Benjamín, viendo lo afectado que se encontraba su viudo, se implica en demasía en el caso y casi le cuesta la vida. Lo que sí le costó fue el amor de su vida, ya que, aunque no eran pareja, tuvo que separarse de ella por las amenazas de muerte de su rival. Sin embargo, Campanella se pone del lado del espectador y nos regala una íntima escena final que deja un gran sabor de boca viendo lo que la película había mostrado anteriormente.

‘El secreto de sus ojos’ está considerada como una de las mejores películas argentinas de todos los tiempo. La mezcla del suspense, el terror y el romance está perfectamente equilibrado en una cinta que consiguió el Oscar a mejor película extranjera. Fue la segunda vez que un film argentino se llevaba este galardón después de que lo hiciera ‘La historia oficial’ en 1985. Fue un éxito de taquilla, recaudando 57 millones en comparación de los 2 que costó.

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