El muñeco más aterrador del cine salía en ‘Crepúsculo’ y deja a Chucky o Annabelle en una broma

Ahora que Chuky está en boca de todos porque acaba de enrollarse con un niño en su nueva serie, cabe recordar que el conocido muñeco diabólico no es más que un aficionado al lado de Renesmee. Isaac Sánchez (eterno Loulogio) evocaba estos días en sus redes sociales la historia del animatrónico que se construyó para hacer de la hija de Bella en la última película de la saga ‘Crepúsculo’. Un “moñeco” que generaba rechazo visceral y daba auténtico pavor.

Bien porque te arrastraran bien porque querías hacer críticas de cine como las de Xokas, si tuviste la fortuna de ir al cine a ver la segunda parte de ‘Amanecer’ (Murnau se revolvería en su tumba) es imposible que no recuerdes esta escena. También es muy probable que te provocara pesadillas durante algunas semanas:

Habría mucho que comentar de aquella escena y de la película, como por ejemplo el tío que iba desnudo por la casa y aseguraba haberse enamorado del bebé y querer casarse con él, pero sobre lo que va la pieza de hoy es sobre los efectos especiales de esa criatura, de los más perturbadores que haya dado el séptimo arte. ¿Os podéis creer que fueron una gran solución para la aberración que había preparada con antelación?

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Pues sí. Antes de recurrir a los VFX, el director de la película (Bill Condon, ganador del Oscar por ‘Dioses y monstruos’) valoró emplear un animatrónico para hacer de Renesmee, la hija de Bella. El muñeco fue apodado ‘‘Chuckesmee’ en cuanto hizo acto de aparición en el set y el propio cineasta terminaría admitiendo la mayor:

“Chuckesmee fue un enorme error”, diría en una entrevista a Entertainment Weekly años después. “Era una de las cosas más grotescas que he visto nunca. Un espectáculo horroroso. Hubo una escena en la que dije “¡Corten!” y de repente la muñeca volvió la cabeza y se quedó mirando directamente a cámara. Fue de lo más inquietante”.

Aunque trataron de ocultarlo, con el tiempos se filtrarían imágenes de Chuckesmee y su aspecto deja a Chucky o Annabelle a la altura de un conejito de peluche.