Cuatro películas de animación para adultos que traumatizaron a varias generaciones de niños

A pesar de que en pleno siglo XXI persisten algunos tópicos referentes al cine de animación, vivimos una buena época, tanto para la animación enfocada a los niños, a toda la familia, como una vertiente adulta que, hace décadas, ni siquiera se concebía por parte del gran público.

En esa última vertiente, las series han hecho su trabajo. ‘Los Simpsons’, ‘South Park’ o después ‘Padre de Familia’, abrieron el camino para ‘Big Mouth’, ‘Love, Death & Robots’ o ‘BoJack Horseman’, que está de aniversario. En cine, algunas obras del estudio Ghibli, ‘Persepolis’, ‘Vals con Basir’ o ‘Anomalisa’ son igualadas por obras españolas de primerísimo nivel como ‘Arrugas’, ‘Buñuel en el laberinto de las tortugas’ o ‘Unicorn Wars’. Pero no siempre fue así.

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1978/1988, una década de animación oscura y traumatizante

Antes de la primera película reseñada en esta pequeña lista ya teníamos ejemplos de cine de animación para adultos, pero se encontraban más cerca del underground, del cine de autor o, directamente, del experimental. No había dudas delante de un cine que proyectara ‘Fritz, el gato caliente’ (1972) o ‘Planeta Salvaje’ (1973), que aquello, para niños no era.

Pero claro, si Ralph Bakshi, el director de Fritz, en lugar de adaptar a Robert Crump le daba por abordar la obra de Tolkien en plena explosión popular de un nuevo juego de mesa revolucionario llamado ‘Dungeons & Dragons’, pues lo más probable es que las salas se llenaran de familias enteras con sus churumbeles en brazos y de la mano.

‘El Señor de los Anillos’ (1978)

Bakshi adaptó ‘El Señor de los Anillos’ hasta la llegada de Gandalf al rescate en el Abismo de Helm. El presupuesto no dio para más y todo el tramo final es tremendamente oscuro para disimular la escasez de medios, por no hablar de la presencia de metraje reciclado de la película ‘El Cid’, o imágenes reales camufladas para ahorrar en fotogramas animados... Aun así, la obra resultante alcanza lo memorable en varias ocasiones. Peter Jackson, a la hora de llevar a cine de imagen real la trilogía de Tolkien se propuso, al menos, igualar esas cimas emocionales. Jackson calcó escenas (y a Golum), y reinterpretó magistralmente la llegada de los Nazgûl al Poni Pisador, la persecución a caballo de Frodo o la muerte de Boromir, todos momentos absolutamente arrebatadores en manos de Bakshi.

Precisamente minutos como esos alimentaron pesadillas de miles de niños, que se vieron superados por la oscuridad de la cinta, los grotescos orcos, los acongojantes efectos de sonido, los gritos de los Nazgûl o las muertes sin miramiento. Definitivamente, la película resultaba aterradora a niveles no previstos.

‘Heavy Metal’ (1981)

Más duro resultó el visionado de ‘Heavy Metal’ por parte de despistados infantes (creednos ¡sabemos de lo que hablamos!). Adaptación de la francesa ‘Metal Hurlant’, ‘Heavy Metal’ era la revista de cómics para adultos que se adaptó al cine en 1981. Cientos de animadores trasladaron el tono de la mítica revista de las páginas a varios cortos animados. Lo peor, un Den de Richard Corben desaprovechado, lo mejor, ‘B-17′, un cuento que es puro Bernie Wrightson y ‘Taarna’, un final antológico con fuerte influencia de Moebius.

Pues bien, el trauma venía al poco de empezar la película. En el capítulo ‘Harry Canyon’, una historia de ciencia ficción neo noir ambientada en un Nueva York decadente, sucio y violento, una señorita se despelotaba de repente y empezaba a hacer el amor apasionadamente con el protagonista. Deberieron ser gordos los cortocircuitos mentales en la época con esta película. Por lo pronto, en la cabeza de Elon Musk, que ya millonario emuló en la realidad el principio de la cinta donde aparecía un descapotable en órbita a ritmo de rocanrol.

‘Cuando el viento sopla’ (1986)

Basada en una novela gráfica de Raymond Briggs del mismo título, la película ‘Cuando el viento sopla’ podría servir para una sesión doble con ‘La tumba de luciérnagas’ como el sumum de las conscuencias del invierno/infierno nuclear. Su dibujo amable, visible desde el mismo cartel de la película, es un caramelo envenenado que acabó haciendo llorar de impotencia y tristeza a miles de espectadores de todas las edades.

Jimmy T. Murakami dirigía, sobre un guion del propio autor del cómic, la lenta agonía física de una entrañable pareja de abuelitos a causa de los efectos de la lluvia radioactiva. Una crónica absolutemente demoledora.

‘Akira’ (1988)

¿Y qué decir de la punta de lanza del anime y el manga en nuestro pais? Tras una presentación de los primeros minutos de la película en Metropolis, el programa de la segunda cadena de TVE dedicado a las vanguardias, la llegada de la película a la cartelera dejó a todo el mundo perplejo. Violencia, política, terrorismo, experimentos genéticos, filosofía, religión... Un combo explosivo que dirigió Katsuhiro Otomo antes incluso de concluir su propio manga.

La película se exhibió sin pudor en ciclos de cine infantil de dibujos animados. Queda la esperanza de que algunos de aquellos ¿afortunados? niños, descubrieran seguidamente el rocanrol. Lo que siguió en España a aquel terremoto ya es historia. La publicación del manga homónimo (un poco de aquella manera, todo hay que decirlo), la creación de distribuidoras o la especialización dentro de las ya existentes, el desembarco en tropel de otras películas y series de anime... Nada volvió a ser lo mismo, ya que posiblemente propiciara aquí y en el resto del mundo el estreno en cines de obras maestras posteriores como ‘La princesa Mononoke’ o ‘El viaje de Chihiro’ (que se llevó en el Festival de Berlín el Oso de Oro a mejor película), y la misma existencia de influyentes artefactos fílmicos como ‘Ghost in the Shell’. Mítico.

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