Cine
Crítica de ‘Tron: Ares’. Jared Leto traspasa el mundo digital entre luces, velocidad y coreografías de acción
La nueva entrega de la saga entretiene, aunque el intento de humanizar a Tron no funciona.
‘Tron: Ares’, la nueva secuela del clásico (han pasado 15 años desde ‘Tron: Legacy), plantea dos formas de entender la inteligencia artificial: la visión de Julian Dillinger (Evan Peters), que busca el control de su empresa y del mundo, y la de Eve Kim (Greta Lee), que prefiere utilizarla para impulsar los avances de la humanidad. Es, en parte, un dilema moral parecido al que nos enfrentamos en época contemporánea, dominada por grandes magnates de la tecnología. Kim tiene asimismo motivos personales que le tocan muy de cerca.
Tanto la protagonista como el antagonista son directivos de dos empresas que compiten entre sí. Y en esa pugna, Dillinger tiene un plan: sacar a Ares (Jared Leto) del mundo digital de forma permanente. El problema es que no posee el código de permanencia, de modo que su soldado más perfecto solo puede mantenerse en el mundo humano durante 29 minutos.
Objetivo: conseguir el código de permanencia a toda costa
En un intento desesperado por conseguir el código, Julian ordena obtenerlo a toda costa, engaña a sus propios accionistas y gana tiempo mientras envía a Tron a su misión más desesperada. Dirigida por Joachim Rønning y escrita por Jesse Wigutow, David DiGilio y Steven Lisberger, el guion —bastante plano y blando— juguetea con los dilemas de Tron sobre su propia identidad. ¿Ha de seguir órdenes de forma ciega? Después de todo, es tan solo un software muy avanzado, un ser sintético, unas líneas de código que han de seguir las directrices marcadas... pero ¿y si tiene conciencia propia?
A nivel visual, ‘Tron: Ares’ es bastante vistosa. La estética retrofuturista, los efectos de luz y las coreografías construyen una atmósfera muy particular y colorida, que combinado con las secuencias de acción hacen de la película una experiencia muy amena. Sin embargo, los intentos de humanizar a Tron llevan a situaciones en las que el guion cae en conversaciones un tanto cursis, cuando no maniqueas. Y sí, el humor a veces chirría.
‘Tron: Ares’ no está para revolucionar la saga, pero actualiza algunos temas para traerlos a la actualidad que la verdad es que resuenan en el mundo de hoy. Por lo demás es una película de acción entretenida que se deja ver y que te hace pasar un buen rato en la butaca. Aunque su historia es independiente con respecto a las dos películas anteriores, está plagada de guiños.
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