Así fue la pelea con Vin Diesel que empujó a Justin Lin a dejar ‘Fast X’ a los pocos días de rodaje

Justin Lin no era un recién llegado a la “familia”. Durante años ha sido uno de los grandes arquitectos de la saga ‘Fast & Furious’, responsable de cinco entregas clave y de buena parte de la identidad visual y narrativa de los Toretto y compañía. Por eso, cuando en 2022 abandonó la dirección de ‘Fast X’ apenas una semana después de arrancar el rodaje, la versión oficial (las manidas “diferencias creativas”) sonó inmediatamente a cortina de humo. Lin se quedó como productor y el testigo pasó a Louis Leterrier, que acabó firmando la película estrenada en 2023.

Ahora, un nuevo libro no oficial sobre la historia de la franquicia, escrito por Barry Hertz, entra en detalles y dibuja un relato bastante más áspero. Según el volumen, el punto de ruptura llegó por una mezcla de agotamiento, presiones del estudio y, sobre todo, tensiones crecientes con Vin Diesel, estrella absoluta de la saga y también productor con fuerte poder de veto.

Tensión con Vin Diesel, giros imposibles y un final de otro mundo

El desencadenante habría sido el guion de ‘Fast X’ y, específicamente, su tramo final. El libro sostiene que Lin y su equipo defendían un borrador mucho más radical en torno al personaje de Dante (Jason Momoa), que incluía un giro de culebrón máximo: revelar que en realidad era el padre biológico del hijo de Dominic Toretto, el pequeño Brian. Diesel se habría opuesto frontalmente a esa idea, considerándola incompatible con la imagen de su personaje y con la idea de la “familia” que es fundamental en la saga.

A esa discusión se sumó otra todavía más aparatosa: un clímax concebido como una especie de gigantesca máquina devoracoches (casi un monstruo mecánico digno de ‘Transformers’) que trituraba vehículos en pantalla, algo que se consideró “demasiado”, incluso para una saga que hacía tiempo que había abandonado todo atisbo de realismo. El estudio veía el set piece como excesivamente caro y tonalmente estridente; Diesel tampoco estaba convencido. Lin, que había apostado fuerte por esa resolución, se encontró así cuestionado simultáneamente por su estrella principal y por una productora descrita en el libro como “extremadamente intervencionista”.

La situación venía de atrás. Informaciones previas ya habían descrito un ambiente enrarecido: reuniones a puerta cerrada que terminaban con portazos, discusiones por nuevas notas introducidas en el último momento y un Lin que, según testigos citados, llegó a verbalizar que la película “no merecía” el desgaste sobre su salud mental.

En paralelo, otras fuentes hablaban desde 2022 de un comportamiento complicado de Diesel en el set: retrasos, cambios constantes de guion y una preparación física y textual aparentemente lejos de lo ideal. El retrato es el de una estrella tan poderosa como imprevisible, capaz de forzar reescrituras sobre la marcha y de convertir cada jornada de rodaje en una negociación permanente. Lin, siempre según esos relatos, habría renunciado así a entre 10 y 20 millones de dólares por bajarse del barco cuando el rodaje ya había comenzado.

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