Cine
‘Abigail’, crítica. Una excelente propuesta arruinada por la campaña de marketing
El colectivo Radio Silence vuelve a darse un festín con buena una película de terror que tiene sustos, sangre, comedia y un excelente punto de partida.
En ‘Abigail’ hay dos películas para ver, una si se asiste sabiendo de qué trata y otra si por casualidad se cae en la sala de cine sin conocer de qué va. Si está en este último caso, no sigue leyendo más, cierre este artículo y disfrute de una de las películas de terror más entretenidas de los últimos años.
En el primer caso, en el que por desgracia estamos la amplía mayoría, la campaña de marketing para promocionar la película ha acabado con gran parte de su encanto. Vamos a la sala sabiendo de antemano que la niña secuestrada por un grupo de profesionales del crimen es una vampira, primera sorpresa echada a perder, y que encima es mala: “Me gusta jugar con la comida”. Así que la segunda duda a la que agarrarnos también se escurre. Es como si ‘El sexto sentido’ se hubiera anunciado como el niño que ve muertos y se hace acompañar de uno que es psicólogo para resolver un misterio.
Así que sabiendo de a priori quién y cómo, solo queda por desvelar cuándo y por qué, y eso también se resuelve pronto. Es decir, el marcador de bajas empieza a elevarse ya en el primer tercio de la película y el colectivo Radio Silence pone más el foco en la forma que en el fondo.
Una vampira con carisma
Salvado el disgusto inicial de lo pudo ser y no fue, la película es divertida y original, ni está en el punto romántico del vampiro clásico (‘Drácula’, ‘Entrevista con el vampiro’…) ni el rollo naif de las últimas aproximaciones (‘Crepúsculo’). Abigail es una recuperación del mito vampírico como cazador despiadado e implacable que contempla la existencia humana como simple fuente de alimento.
Parte del divertimento de la película es comprobar como una inocente niña (Alisha Weir) vestida de bailarina se transforma en una bestia capaz de ejecutar a sus presas de manera atroz. Escenas que a veces rozan el surrealismo y que son la principal fuente del humor negro que destila toda la obra.
Una película coral
Lo que queda, sustos habituales gracias a cambios bruscos de plano y un plantel de artistas que funciona en su mayoría como un reloj, destacando el gran trabajo de la jovencísima Alisah Weir (14 años), un nombre que seguramente se hará conocido en el cine en unos pocos años.
El resto del reparto son el fallecido Angus Cold, en el papel de un colgado que parecía profético, la estrella de las películas de terror Melissa Barrera, Giancarlo Esposito, Kevin Durand, Dan Stevens y Kathryn Newton. Todos al tono que exige la cinta, en especial Durand y Stevens.
El colectivo Radio Silence, formado por los directores Matt Bettinelli-Olpin y Tyler Gillett y el productor Chad Villella, vuelve a demostrar que ahora mismo son los que llevan el pulso dentro del cine de terror con una película que no tiene problema en burlarse de algunos de los clichés del género, que toma prestadas buenas ideas de otros películas, que mantiene un buen ritmo en todo su metraje y que es capaz de combinar el espíritu de ‘Noche de miedo’ con el ‘30 días de oscuridad’ sin perder un ápice de frescura.