Si llamas por teléfono de esta manera, cuidado: podrías tener consecuencias legales de hasta penas de prisión

Las llamadas ocultas son una opción a la que muchos usuarios de teléfonos móviles han recurrido durante años con todo tipo de finalidades, unas más amables que otras: desde bromas telefónicas a llamadas de acoso. Se trata de una práctica a la que recurren toda clase de personas, ya sean adolescentes con fines inocentes a adultos con intenciones más oscuras. Pero, ¿cómo se hacen este tipo de llamadas? ¿Qué consecuencias puede tener el uso indebido de las famosas llamadas ocultas?

Los peligros de las llamadas ocultas

La ocultación de un número de teléfono es una opción que ofrecen casi todas las compañías telefónicas, a través de la cual se impide que el receptor de una llamada vea los datos de la persona que realiza la llamada, tan solo mostrando en pantalla el aviso de Número oculto o Desconocido. Eso sí, las compañías guardan un registro de cada llamada que se realiza, incluso las ocultas: fecha, hora, duración e identidad de la persona que llama. Esta información es clave para que las autoridades puedan atrapar a los responsables de prácticas ilegales como acoso o extorsión.

Cómo hacer llamadas ocultas

Para poder hacer llamadas ocultas se deben seguir unos pasos sorprendentemente sencillos. Sin ir más lejos, en España basta marcar el código #31# seguido del número de teléfono al que se quiere llamar. Con solo este código, el receptor de la llamada no podrá ver el número en pantalla. Eso sí, esta opción permite que muchos se aprovechen del anonimato para llevar a cabo acciones de dudosa ética, incluso ilegales. Por suerte, existen leyes que protegen a las víctimas de acoso, amenazas y extorsión a través de llamadas ocultas.

Consecuencias legales de llamadas ocultas

Como decimos, hacer una llamada oculta no es ilegal, pero sí lo pueden ser las intenciones con las que se hacen, con consecuencias graves para aquellos que traspasen ciertos límites. Tanto es así, que a través de llamadas ocultas se pueden cometer delitos que incluso pueden acarrear penas de prisión de entre tres meses y dos años, según la gravedad de los mismos.

Tanto es así, que los delitos de amenazas a través de llamadas ocultas o anónimas se consideran graves, según el artículo 172 del Código Penal. Y es que detrás de cada número oculto siempre hay una persona con intenciones, la mayoría de veces, de dudosa ética o legalidad. Es por ello que la justicia contempla mecanismos para tratar de frenar estas prácticas y castigar como es debido a los infractores.

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