Ciencia
Los ojos azules y verdes son producto de una mutación genética
¿Sabías que los ojos azules no son realmente de ese color?
El color de los ojos es uno de los rasgos físicos más representativos de una persona, ya que es algo que difícilmente olvidamos y que, como resulta evidente, es uno de los primeros elementos en los que nos fijamos al hablar con los demás. Como todo en la vida, hay tonos más abundantes que otros, y si nos fijamos en España, resulta que el color verde avellana es el más fácil de ver (55,2%), mientras que el azul en tono gris es el más raro (16,3%).
Otro color frecuente es el marrón, especialmente los más oscuros, y el hecho de que sea más fácil de ver unos u otros en función de cada región no es fruto del azar, ya que hay elementos genéticos y hereditarios que influyen en el color de los ojos que tendrá una persona. Por ejemplo, el color de dos personas que tienen un hijo juega un papel fundamental en las probabilidades de que presente un tono u otro.
Los ojos azules y verdes son una mutación del marrón
Hace dos años, el oftalmólogo Emilio Baside explicó a La Voz de Galicia que en el pasado, todas las personas tenían los ojos marrones pero que, hace entre 6.000 y 10.000 años, una mutación del gen OCA2, responsable de codificar la proteína P. El funcionamiento de dicha proteína aún presenta incógnitas para los científicos, pero al ser esencial para la pigmentación, se cree que juega un papel fundamental en la producción de melanina.
Básicamente, los ojos con mayor cantidad de melanina son los más oscuros, por lo que unos niveles reducidos dan lugar a ojos más claros como los azules, verdes o grises. Al margen, no debemos aplicar esto a los ojos negros, ya que dicho color atiende a la ausencia de iris (parcial o total) y es una anomalía llamada aniridia.
El color azul de los ojos no existe
Sabemos que nadie dejará de decir que una persona tiene los ojos azules cuando vea a una con ellos, pero ¿sabías que realmente no son de ese color? La explicación es mucho más simple de lo que parece, ya que se puede comparar con el agua del océano. Todos sabemos que el agua no es azul, pero si echamos un vistazo al mar, vemos que presenta un precioso tono azul.
Cuanto mayor sea el nivel de melanina en el ojo, más oscuro será, por lo que si la cantidad es muy reducida, el ojo presentará un color azul e incluso gris. Al tener muy poca melanina, la luz no se absorbe, sino que se proyecta dispersada en múltiples direcciones. Es decir, que el ojo no tiene ningún tipo de pigmento azul; simplemente, percibimos la luz reflejada en ese color.