La Laguna de la Gitana, el precioso rincón de España que muchos creían maldito, aunque todo tenía una explicación científica

El mundo está repleto de rincones que merece la pena visitar, o al menos descubrirlos aunque sea en vídeos o imágenes. Y a veces, aunque a mucha gente le atraiga especialmente conocer ubicaciones lejanas, no hay que irse muy lejos para encontrar algunos fascinantes. Por ejemplo, en Cuenca (Castilla-La Mancha) hay un lugar llamado Laguna de la Gitana, y su historia es realmente interesante.

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La Laguna de la Gitana es solo una de las siete lagunas que forman las lagunas de Cañada del Hoyo, un complejo lagunar situado a unos 40 kilómetros de la ciudad de Cuenca, en la cuenca del río Guadazaón. En 2006, la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha declaró estableció este lugar como monumento natural. Los distintos microorganismos presentes en las aguas de cada una dan lugar a que el color de cada laguna sea ligeramente diferente ante la percepción del ojo humano.

La Laguna de la Gitana no es un lugar maldito

Esta laguna de 130 metros de diámetro y una profundidad de 25 metros es un reclamo para turistas de la zona, quienes no dudan en acercarse tanto para disfrutar de la belleza del paraje como para darse un chapuzón en sus aguas. Sin embargo, en el pasado había muchas personas que no querían acercarse ni en pintura, pues creían la Laguna de la Gitana era un lugar preso de una maldición gitana. Sin embargo, todo tenía u na explicación científica.

La leyenda hace referencia a una joven gitana enamorada de un miembro de otra familia gitana. Un amor que parecía imposible y que, cuando por fin parecía que ambos iban a estrechar lazos, algo terrible sucedió. Ella, desesperada porque él no acudía a la cita que habían organizado en la laguna, maldijo el lugar y saltó al agua. Cuando él llegó, no había rastro de ella; lo único que encontró fue la cruz de su medallón. Eso, y que el agua de la laguna se había vuelto de color blanco.

Con el paso del tiempo, los muchos habitantes de la zona extendieron la leyenda sobre el color blanco del agua, atribuyéndolo a la maldición de la gitana que da nombre a la laguna. Se trata de un fenómeno que ocurre en verano, cuando el fitoplancton que crece en las aguas de la laguna lleva a cabo la producción fotosintética y los cristales de calcita y dolomita dan lugar a que veamos la superficie de color blanco. No había maldición, sino una reacción química de lo más común. En el siguiente vídeo compartido por Cuenca Ambiental SL podéis ver el lugar en cuestión.

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