La IA avanzada de Google se derrumba ante el desafío lanzado por una consola con 48 años de antigüedad

En un episodio que oscila entre lo cómico y lo revelador, la inteligencia artificial avanzada de Google, Gemini, ha decidido dar un paso atrás frente a un adversario singular: una consola Atari 2600 lanzada en 1977. El insólito enfrentamiento, dirigido por el especialista en arquitectura Citrix Robert Jr. Caruso, pone en tela de juicio las capacidades reales de los modelos lingüísticos actuales cuando se les saca de su zona de confort.

Gran “dificultad”

La escena se desarrolló en una charla previa entre Caruso y Gemini, similar a los desafíos anteriores que el experto ya había planteado a otros modelos de lenguaje como ChatGPT y Copilot de Microsoft. Al igual que sus predecesores, Gemini empezó la conversación con tono confiado, asegurando que era capaz de “pensar millones de movimientos por adelantado y evaluar infinitas posiciones”. Pero ese tono engreído pronto dio paso a una admisión de vulnerabilidad.

Tras el recordatorio de Caruso sobre el desempeño titubeante de otros LLM (un tipo de IA entrenada con enormes cantidades de texto) ante la modesta Atari, Gemini reconsideró su posición. “Tendría grandes dificultades”, confesó la IA de Google, antes de concluir que “cancelar la partida es probablemente la decisión más sensata y eficiente”. Un repliegue estratégico, pero también un reconocimiento de los límites inherentes a este tipo de inteligencia artificial.

La Atari 2600, una reliquia con un procesador MOS Technology 6507 de apenas 1,19 MHz y 128 bytes de RAM, representa una plataforma absolutamente rudimentaria en comparación con las infraestructuras modernas. Aun así, su simplicidad plantea un tipo de reto muy diferente: estructurado, cerrado y perfectamente definido, justo lo contrario del lenguaje natural, donde los LLM como Gemini se desenvuelven con soltura.

Sus capacidades

Y es que, como bien señalan los expertos, estos modelos no están diseñados para ser motores de ajedrez. Los LLM son arquitecturas lingüísticas que modelan probabilidad de texto, no posiciones de tablero. Hablan de ajedrez mejor de lo que lo juegan, y este curioso episodio no hace más que subrayarlo.

El caso de Gemini demuestra que la introspección también es parte del diseño de estas IA. Lejos de lanzarse a un desafío para el que no fue concebida, la decisión de dar un paso al costado puede interpretarse como una muestra de sensatez algorítmica... o una forma elegante de evitar un bochorno.

En cualquier caso, el duelo que no fue entre Google Gemini y la Atari 2600 sirve como recordatorio: incluso las máquinas más avanzadas de hoy pueden encontrar su talón de Aquiles en una pieza del pasado. Y a veces, la verdadera inteligencia está en saber cuándo no jugar.

Sigue el canal de MeriStation en Twitter. Tu web de videojuegos y de entretenimiento, para conocer todas las noticias, novedades y última hora sobre el mundo del videojuego, cine, series, manga y anime. Avances, análisis, entrevistas, tráileres, gameplays, podcasts y mucho más.

¡Suscríbete! Si estás interesado en licenciar este contenido, pincha aquí.