La historia de la única persona cuyos restos mortales están en la Luna

La cremación o incineración es una de las opción a la hora de disponer del cadáver de una persona después de su muerte. Un acto que termina con la entrega de las cenizas a los familiares, quienes optan por conservarlos en una urna o esparcirlos en el mar o en algún lugar simbólico y con valor sentimental. Por eso mismo, hoy hemos querido rescatar una historia muy especial: ¿sabías que hay una persona cuyas cenizas están en la Luna?

Se trata de Eugene Merle Shoemaker (1928-1997), físico y astrónomo estadounidense que trabajó tanto en el Servicio Geológico de Estados Unidos como en el Instituto Tecnológico de California. Fue el quien puso sobre la mesa la idea de que los cambios geológicos repentinos podían deberse a la caída de un meteorito procedente del espacio.

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Asteroides y el cometa Shoemaker-Levy 9

Como parte de una carrera en la que la búsqueda de asteroides en la órbita de la Tierra se convirtió en una de sus obsesiones, Shoemaker fue condecorado con la Medalla Nacional de Ciencia de Estados Unidos en 1992, un año antes de su mayor logro: el descubrimiento del cometa Shoemaker-Levy 9 junto a su esposa, Carolyn Shoemaker y el astrónomo David Levy. El citado cometa impactó en Júpiter y ofreció al ser humano la primera observación de un impacto extraterrestre en el sistema solar.

Descansa en paz... en la Luna

Con Shoemaker sucede algo tan curioso como cierto, y es que si vas a cualquier biografía suya, como por ejemplo la que figura en portales de información como Wikipedia, puedes leer “Sepultura: Luna”. Porque es ahí donde residen sus cenizas, en la Luna. Por supuesto, es la única persona en la historia de la humanidad de la que se puede decir algo así. Tras su muerte en un trágico accidente de tráfico en Australia, la sonda espacial Lunar Prospector esparció sus cenizas en el citado satélite. Un precioso homenaje para rendir tributo a sus increíbles logros.