Geología
La ciudad más alta del mundo está 5.000 metros por encima del nivel del mar y se rodea de varias minas de oro
Sus habitantes tienen dificultades para respirar debido a la falta de oxígeno en el aire y las insoportables temperaturas que se alcanzan durante la noche.
El planeta Tierra está repleto de lugares sobre los que puedes aprender algo nuevo cada día. Por ejemplo, como el lugar en el que el cielo y la tierra se tocan o el volcán que escupe fuego azul, entre otros. ¿Quieres añadir otro más a la lista? Pues aquí tienes: La Rinconada. No, no se trata del pueblo de Sevilla, sino de la ciudad más alta del mundo.
La Rinconada se ubica en el Distrito de Ananea, en los Andes peruanos de Perú y su altitud sobre el nivel del mar es de nada más y nada menos que 5.100 metros. No está del todo claro cuánta gente vive en en la ciudad, pues el último censo conocido se realizó en 2007 y apuntaba a unas 17.000 personas (se estima que actualmente la cifra podría ser de casi el doble), pero si de algo se puede estar seguro, es que las condiciones de vida en ella son realmente duras.
Al estar a más de 5.000 metros sobre el nivel del mar, la temperatura de La Rinconada es muy fría durante prácticamente todo el año, ya que por las noches se sitúa en 23 grados bajo cero y durante el día apenas alcanzan un máximo de 10 grados. Pero lo más complicado no es acostumbrarse al frío, sino respirar, porque si a partir de los 3.000 sobre el nivel del mar la cantidad de oxígeno en el aire es menor de lo habitual, imagina con más de 5.000...
Una economía de oro
En el sentido literal de la palabra, ya que La Rinconada cuenta con diversas minas de oro ubicadas en las montañas que rodean la ciudad. Es el motivo por el que los habitantes van y vienen, ya que se trata de una población minera que trabaja en condiciones muy difíciles. Para llegar a las minas es necesario caminar más de 30 minutos y a la falta de oxígeno hay que sumar la exposición a gases tóxicos como mercurio y cianuro. Además, es un lugar amenazado por la contaminación, pues sus habitantes queman los residuos al no disponer de servicios de limpieza.