Ciencia
En la Luna hay lunamotos y estas son las diferencias con respecto a los terremotos de la Tierra
Según la NASA, el satélite no posee tectónica de placas, de modo que el fenómeno se produce por distintos procesos.
En la Tierra, las placas tectónicas se desplazan y pueden provocar el movimiento de Tierra. Estos fenómenos sísmicos generan los terremotos, que en función de su intensidad conducen a situaciones más o menos graves. Los tsunami son una amenaza, como también lo son el desprendimiento de rocas o los daños estructurales de edificios. Por supuesto, en función de lo preparado que este el país, las consecuencias también varían. Más allá de nuestro planeta, en la Luna de momento no hay que preocuparse demasiado, porque a día de hoy estamos lejos de vivir en el satélite. Sin embargo, los terremotos existen y se denominan lunamotos.
Mientras que los terremotos en la Tierra se producen por el mencionado movimiento de las placas tectónicas, en la Luna tienen lugar por razones distintas: “No existen placas tectónicas activas en la luna, así que los lunamotos ocurren como consecuencia de diferentes procesos”, ha explicado Francesco Civilini, de la NASA. Entonces, si no hay tectónica de placas, ¿cómo pueden acontecer este tipo de fenómenos?
Las causas de los lunamotos
La ciencia ha demostrado que se dan por tres razones principales: el impacto de meteoritos, los cambios de temperatura y debido a la atracciones gravitacional de la Tierra. En general, suelen durar más que los del planeta, aunque son más débiles.
“La Luna todavía tiene terremotos y tiembla a causa de sus propios procesos internos”, ha aclarado Nathan Williams, también de la NASA. Lo comparan con lo que ocurre con los neumáticos en invierno: a medida que la temperatura baja, el aire se contrae y crea una superficie más blanda. Los geólogos han descubierto asimismo que los cráteres se abren por la acción de los meteoritos, de modo que estos impactos alteran la superficie lunar.
La actividad sísmica de la Luna se lleva estudiando desde hace años. Los astronautas del Apolo llevaron consigo sismógrafos, que registró miles de lunamotos entre 1969 y 1977, la mayoría de ellos acaecidos en el interior de la Luna. Un estudio reciente ha descubierto que los estudios del Apolo detectaron un total de 35.000 lunamotos, cuando originalmente se pensó que fueron 13.000.