El perro sonriente de Instagram que marcó el camino hasta llegar a Meta

Para muchos, Instagram es una aplicación imprescindible en cualquier smartphone. Muros de fotografías en la que cualquier persona puede compartir su vida con los demás internautas. Vacaciones, cenas, tardes de ensueño... Lo que comenzó como una manera de conectar entre anónimos terminó siendo el gran escaparate de las celebridades. Tanto en así que muchas campañas promocionales se celebran dentro de sus fronteras digitales. Pero toda historia tiene un punto de partida. Para la aplicación, fue un perrete sonriente que, sin saberlo, sería leyenda en internet.

Así es la primera publicación en Instagram

Para conocer la primera publicación de Instagram debemos remontarnos al 16 de julio de 2010. Un desconocido Kevin Systrom lanzaba a la red un test, una fotografía en la que aparecía un perro con la boca abierta, medio sonriendo, junto al pie del propio usuario. Algo menos de 3 meses después, el 6 de octubre, se lanza oficialmente en los principales distribuidores digitales en móvil. La publicación acumula a día de hoy un total de 339.521 ‘me gusta’.

Systrom es el cofundador de Instagram. Junto a Mike Krieger, ambos lanzaron al público una nueva forma de compartir momentos a golpe de pulgar. Durante sus primeras 24 horas operativos lograron más de 25.000 usuarios. Casi dos años después los titulares anunciaban su cambio de manos. Meta, conocida en aquel momento como Facebook, ponía sobre la mesa 1.000 millones de dólares para hacerse con ella. La oferta fue aceptada. Dado su influencia actualmente en la empresa, está más que comprobado que fue un gran movimiento por parte de Zuckerberg.

Instagram es uno de los pulmones económicos de Meta. A nivel de publicidad insufla un porcentaje importante de los beneficios globales de las compañías. De cara a la monetización es más atractiva para las empresas interesadas respecto a Facebook. 11 años después de aquello, la aplicación sigue en la cresta de la ola.