David Laita, ingeniero de telecomunicaciones, revela el truco para que tu internet sea mejor: direcciones DNS

Pocas cosas resultan tan frustrantes como un vídeo que no carga, una videollamada que se congela o una página que tarda demasiado en abrirse. La primera reacción suele ser culpar al operador o a la tarifa contratada, pero no siempre la causa está ahí. El ingeniero de telecomunicaciones David Laita se ha hecho viral en TikTok al mostrar un truco sencillo para mejorar la velocidad y la estabilidad de la conexión a internet desde un PC con Windows: cambiar los servidores DNS.

Un ajuste sencillo

Laita explica que no hace falta instalar programas ni gastar dinero extra. Basta con entrar en la configuración de red de Windows, abrir las propiedades de la conexión activa (Ethernet si se navega por cable o WiFi si es inalámbrica), localizar el protocolo TCP/IPv4 y modificar manualmente las direcciones DNS.

Al sustituir las que asigna el operador por otras más rápidas y fiables, las páginas web cargan antes y se refuerza la privacidad. Entre las opciones más recomendadas están los servidores de Cloudflare (1.1.1.1 y 1.0.0.1), Google (8.8.8.8 y 8.8.4.4), OpenDNS (208.67.222.222 y 208.67.220.220) o Quad9 (9.9.9.9 y 149.112.112.112), muy valorados por su seguridad.

El cambio puede realizarlo cualquier usuario en cuestión de minutos y los beneficios se notan al instante:

• Más velocidad, al reducir los tiempos de carga de las páginas.
• Mayor estabilidad, evitando errores en la resolución de direcciones.
• Privacidad reforzada, ya que se limita la información que el operador puede recoger sobre la navegación.

Laita subraya que esta modificación no altera la tarifa ni el ancho de banda contratado, pero sí transforma la experiencia de uso frente a la pantalla.

Los DNS, clave

Cada vez que escribes una dirección como as.com, el dispositivo necesita traducir ese nombre en una dirección numérica comprensible para las redes. Esa traducción la realizan los servidores DNS.

Los operadores asignan por defecto los suyos, pero no siempre son los más rápidos ni seguros. Si ese paso se ralentiza, toda la navegación se ve afectada. Para muchos usuarios, el problema no está en la fibra contratada, sino en ese cuello de botella invisible que gestionan los DNS.

Otros consejos

Aunque el ajuste de DNS es un buen comienzo, no es el único factor que influye en la calidad de la conexión. Otros aspectos también marcan la diferencia:

• Ubicación del router: colocarlo en una zona central y elevada mejora la distribución de la señal WiFi. Evita esconderlo tras muebles o cerca de electrodomésticos.
• Número de dispositivos conectados: móviles, televisores, consolas o cámaras de seguridad pueden saturar la red. Si la conexión va lenta, desconecta los que no estés usando.
• Usar cable Ethernet: para actividades que requieren máxima estabilidad, como juegos online o videollamadas, el cable sigue siendo la mejor opción.
• Reiniciar el router periódicamente: hacerlo una vez por semana ayuda a limpiar procesos internos y aplicar actualizaciones.
• Ampliar la cobertura: repetidores o sistemas de WiFi en malla son útiles en hogares grandes o con varias plantas.

En definitiva, la velocidad que percibimos no depende únicamente del contrato con el operador. La configuración de los equipos, el uso de la red y pequeños ajustes como el de las DNS pueden marcar la diferencia entre una conexión frustrante y una experiencia fluida.

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