Atención si tienes un disco duro SSD sin usar fuera de tu PC: tus datos podrían estar en peligro

Los discos duro SSD se han convertido en una parte indispensable de nuestros ordenadores, sustituyendo gracias a su velocidad a los discos duros tradicionales. A lo largo de estos últimos años han ido apareciendo SSD que permiten cada vez almacenar más datos a mayor velocidad y, al mismo tiempo, a un precio cada vez más bajo y competitivo. Es por ello que no en pocos hogares se dispone de SSD retirados que se usan solamente para conservar datos antiguos.

Pese a todo, estos SSD cuentan con una gran desventaja que no tenían sus homólogos clásicos: no son capaces de almacenar datos de forma fiable durante tanto tiempo. Los SSD pueden comenzar a olvidar su contenido al cabo de unos años en cuanto estén en desuso y fuera de sus ordenadores, y en unos 5-10 años es posible que pierdan de forma definitiva todos los datos almacenados en ellos.

La diferencia entre tener un SSD con datos dentro o fuera de un ordenador

Fotos, documentos y todo tipo de datos que nos pueden ser útiles y por ello almacenamos. Todo puede acabar desapareciendo, y es que la carga eléctrica en sus diminutas celdas flash es la forma en que los SSD almacenan los datos. Cuando esto alcanza cierto nivel, el contenido de la celda se vuelve ilegible o defectuoso, y el archivo almacenado en ella se daña o deja de estar disponible en la unidad.

En caso de tener el SSD en un ordenador, no hay nada que temer, y es que su controlador se encarga constantemente de mantener y actualizar el contenido de las celdas, conservando de esta forma los datos que contienen.

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