Meg’s Monster, análisis: una aventura que llega al corazón

La escena indie japonesa ha dado algunos títulos destacables a lo largo de los años, ofreciendo diferentes contrastes entre franquicias han crecido hasta convertirse en franquicias populares, como es el caso de Higurashi, Tsukihime o de Fate/Stay Night, mientras que otras alcanzaron un éxito súbito y actualmente han quedado en el olvido, siendo este el caso de Corpse Party. Más recientemente podemos recordar el caso de Sakuna: Of Rice and Ruin de Edelweiss, un estudio cuyos trabajos previos no llegaron a destacar en exceso y que consiguieron que dicho título terminara por ser uno de los juegos populares en su lanzamiento tanto en tierras japonesas como en occidente a finales de 2020.

En esta ocasión tenemos un curioso título indie venido de la mano de Odencat, un pequeño estudio japonés dedicado a programar juegos de pequeña envergadura para móviles y PC, que en esta ocasión nos ofrece su nuevo título, Meg’s Monster, cuya premisa se centra en la aventura de una niña que es descubierta por dos monstruos que deciden llevarla de vuelta a casa, evitando a lo largo de su periplo que llore puesto que eso desencadenará el fin del mundo.

Meg’s Monster se desarrolla como una mezcla de aventura gráfica a través de capítulos con combates de corte RPG, cuyo estilo recuerda en cierta manera a los de las entregas portátiles de Pokémon, y cuya trama cuenta con una premisa a priori simple y que cuenta con matices que llegan a recordar en cierta manera a Undertale, en la que el jugador tomará el control de Roy, visitando las diferentes localizaciones del submundo con el objetivo de encontrar pistas que lleven a localizar el paradero de la madre de Meg, debiendo interactuar con otros personajes que en unos casos le ayudarán y en otros deberá hacerles frente en batallas simples pero divertidas.

El punto fuerte del juego, sin lugar a dudas, se encuentra en su historia que a través de su desarrollo ofrecerá las diferentes vivencias de Roy junto a Golan, su inseparable compañero, y la pequeña Meg en busca de llevarla de vuelta a casa, conociendo entre medias a personajes peculiares que aportarán variedad al desarrollo, a la vez que en ciertos casos trasfondo de la historia y el mundo del juego, a través de los diferentes eventos del juego como de los diversos combates que tendrán lugar durante el transcurso de la misma. A través de esta aventura se dejará notar la evolución de Roy y Meg tanto en su forma de ser como en la relación entre ambos de manera que llega calar profundamente hasta su conclusión, al punto de que es posible que hasta se escape alguna que otra lágrima.

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La faceta del combate presenta un desarrollo interesante, ya que de entrada Roy es un personaje prácticamente invencible que cuenta con una alta cantidad de puntos de vida como para aguantar los ataques de los enemigos que le harán frente. Sin embargo el principal incentivo del combate es proteger a Meg, quien estará detrás de Roy en cada batalla, y que a medida que el monstruo sufra daño afectará a su corazón, siendo un equivalente de sus puntos de vida y que a medida que se vaya reduciendo provocará un cambio en su estado de ánimo hasta llegar al límite momento en que la pantalla brillará en rojo alertando de la proximidad de la catástrofe. De sobrepasarlo se producirá el final de la partida con la secuencia de la destrucción del mundo teniendo la opción de proseguir.

Las batallas contarán con comandos básicos que incluyen atacar y defender, además de otros que se irán añadiendo con el progreso en el juego y otros que aparecerán como opción en ciertos enfrentamientos. Una de las opciones que estarán disponibles será la de usar juguetes, previamente recibidos tras cada evento con Meg al final de cada día, para animar a la niña y que esta recupere sus puntos de vida teniendo diferentes efectos adicionales en ciertos casos, como aumentar el ataque de Roy o lo propio respecto de la defensa de Meg, pero teniendo la limitación de que sólo pueden usarse una vez en cada combate.

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La variedad de los combates incluirá momentos en los que se añadirán pequeños minijuegos en las batallas contra jefes que los amenizarán ofreciendo un reto adicional, en algunos casos de forma realmente hilarante mientras que en otros requerirán acciones diversas como pulsar un botón, parar un cursor, apuntar a los golpes del rival para poder reducir el daño recibido o incluso resolver un puzzle no muy complejo para cambiar el devenir del combate, resultando en una variedad que se agradece.

Siendo un juego lineal no se ofrecen incentivos destacables que supongan un extra, pero si que cabe constatar que al terminar el juego se podrá entrar al menú del mismo y tener acceso al selector de capítulos en el que se podrán seleccionar entre los diferentes momentos del juego, teniendo una descripción de cada uno de ellos, y retomar la trama desde ese punto.

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El apartado gráfico del juego resulta simple al ofrecer un estilo pixelado, el cual, sin embargo, hace el juego vistoso. Los diseños de los personajes son variados, contrastando el encanto de personajes como Meg, Roy o los miembros del Alto Consejo a los diferentes tipos de monstruos que hacen acto de presencia durante la historia, cada cual más variopinto. Los escenarios, por su parte, ofrecen diferentes contrastes, abarcando desde la casa de Roy a localizaciones como la entrada del Submundo o el camino hacia el mundo superior.

En cuanto al sonido, destaca que las composiciones musicales corren a cargo de Reo Uratani, quien se ha encargado del apartado musical de algunas de las entregas de la saga Monster Hunter y otros títulos destacados de Capcom así como de Atelier Ryza 2, destacando el tema principal por la sutileza que desprende en su versión intrumental y que en su versión vocal, con la voz de Laura Shigihara, resulta en un tema muy emotivo, culminando de forma notable la historia de Meg y Roy.