Figment 2: Creed Valley, análisis. Una puesta en escena que te va a sorprender

Si bien lo que buscamos prácticamente todos a la hora de abordar un nuevo videojuego es pasar un rato entretenido y poco más, en ocasiones nos encontramos con obras que pretenden ir un paso más allá, apostando por una carga narrativa que no nos deje indiferentes, una jugabilidad amena y agradable o una puesta en escena original que se quede grabada a fuego en nuestras retinas. Y podemos decir que Figment 2: Creed Valley apuesta por todos estos conceptos sin titubeos, ofreciendo una experiencia a los mandos tan original como trascendental, que sin duda removerá los sentimientos a más de una y dos y tres personas, especialmente si pertenecen a la generación nacida en la década de los 80. Sin entrar en más detalles sobre su trama, veamos qué nos tienen preparados los daneses Bedtime Digital Games con Figment 2: Creed Valley para PC, PlayStation, Xbox y Nintendo Switch.

Explorando la retorcida mente humana

Tal y como ocurriera con el primer Figment, esta nueva aventura protagonizada por Dusty, la representación del valor, junto a su inseparable amiga Piper, nos anima a explorar la mente de una persona. En este caso, un padre de familia que debe afrontar los problemas de la vida adulta, el hogar, la pareja, los hijos, el trabajo... Y cómo conciliar todos estos elementos para evitar que todo se vaya al garete. Para ello, tendremos que viajar hasta el llamado Creed Valley o Valle del Credo a los mandos de Dusty junto a Piper -controlada por la IA o por otro jugador en cooperativo local- para investigar qué está ocurriendo realmente. Y es que al parecer, la Brújula moral ha sido destruida por alguien o algo, lo que provoca que la Mente no funcione correctamente y lleve a su usuario a tomar decisiones que afectan negativamente a su vida.

Y es que al parecer, un personaje conocido como el Bufón ha causado estragos en el Valle del Credo, por lo que Dusty y Piper tendrán que poner remedio ante la liberación de las pesadillas. Sin entrar en muchos más detalles sobre su trama -que como decimos, llegará al corazón de no pocos jugadores ya entrados en años-, tenemos por delante una aventura de acción y exploración en su concepción más clásica, con constantes combates y rompecabezas que solucionar a lo largo de sus diferentes capítulos. Todo ello a través de un universo ortogonal plasmado con maestría y artesanía, siguiendo el llamativo estilo visual de la primera entrega. Y es que si hay algo por lo que destaca Figment y su secuela, es por su dirección artística, valiéndose de entornos dibujados a mano que nos recuerdan a las aventuras gráficas de los ya veteranos Amanita Design y sus bellos cuadros pictóricos hechos videojuegos.

Y no citamos el género de los point-and-click por capricho; tanto es así, que Figment 2 en ocasiones nos hace sentir como si estuviéramos en una aventura de las de antes, tanto por escenografía como por interacción con algunos de sus elementos, aunque sea de forma tímida. Y es que en muchas ocasiones tendremos que explorar los escenarios en busca de ciertos objetos que funcionarán junto a otros para desbloquear una compuerta o un puente, haciendo uso de un mínimo inventario. Aunque hasta aquí llegan las similitudes con el género de la aventura gráfica, puesto que Figment 2 es un juego de exploración y combates en tiempo real, con frenéticas luchas amenizadas por una eléctrica banda sonora cuyos temas no dejaremos de tararear; eso por seguro. Eso sí, los ataques de Dusty, espada de madera en mano, se antojan algo limitados, y que tendremos que combinar una y otra vez con su movimiento de evasión rodando por el suelo.

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En nuestro camino se cruzarán diferentes tipos de enemigos que representan las pesadillas, ya sea en forma de minions que despachar en cuatro espadazos, varios subjefes y algunos jefes finales de armas tomar. Aun así, la dificultad del juego no es muy elevada y rara será la ocasión en la que perezcamos en el intento y debamos regresar al punto de control inmediatamente anterior. Otro aspecto destacable del videojuego que nos ocupa es su elaborado diseño de niveles que, sin ser especialmente complejos -tampoco lo buscan- sí demuestran estar muy bien planificados, especialmente cuando entra en juego la mecánica de saltar entre Mente Abierta y Mente Cerrada, tras golpear unos tótems estratégicamente repartidos por los escenarios. Al saltar entre ambas realidades, cambiarán varios aspectos de los mismos para que podamos abrirnos paso, así como la actitud de sus habitantes, las Opiniones, algunas de las cuales intervendrán en algunos puzles.

Como decimos, los rompecabezas son parte esencial del desarrollo de Figment 2 y serán prácticamente constantes, unos más elaborados que otros, aunque siempre presentes y directamente relacionados con nuestro entorno. Incluso podremos tomar parte en una investigación criminal que abarcará un gran escenario lleno de pistas. Desde luego, Figment 2 es bastante variado a lo largo de sus 4 o 5 horas de duración; quizá para muchos sean insuficientes, pero os aseguramos que está muy bien ajustado en este sentido. Evidentemente, si queremos hacernos con el cien por cien de los coleccionables, la duración puede alargarse un par o tres de horas más, coleccionables repartidos por los capítulos -algunos bastante escondidos- que nos darán la oportunidad de desbloquear más recuerdos de nuestro huésped y conocer así más de su agitada vida cotidiana.

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Figment o el arte pictórico como reclamo

Llegamos al punto más destacado del título: su puesta en escena. Y no únicamente en lo visual, puesto que su banda sonora -incluso las voces- tiene mucho que decir en su conjunto. Y es que Figment 2: Creed Valley es todo un portento artístico, desde sus impresionantes escenarios realizados de forma totalmente artesanal -emulando lo que bien podría ser un cuadro propio del surrealismo de principios del siglo XX, eso sí, sin renunciar a su propia personalidad- a una banda sonora llena de auténticos temazos, unos más cercanos al folk, otros al jazz, otros más rockeros... ¡Incluyendo pequeñas concesiones al rap! Como decíamos anteriormente, caeremos en la tentación de fallar en ciertos combates para volver a escuchar ese tema tan pegadizo o ese otro tan cañero, repitiendo enfrentamientos una y otra vez. Por suerte, tras completar la aventura, podemos rejugar los diferentes capítulos a nuestro antojo y volver a disfrutar de los capítulos más entretenidos; porque sí, algunos episodios se hacen algo más pesados, delatando así un desarrollo algo irregular en ciertos momentos.

Todo ello da como resultado un estilo inconfundible marca de la casa Bedtime Digital Games, un aspecto del que pueden sentirse plenamente orgullosos en el estudio independiente de origen danés. Por último, cabe destacar la posibilidad de jugar la aventura en compañía de otra persona en un modo cooperativo local entretenido pero poco ambicioso. Y es que el segundo jugador controlará a Piper en labores de asistencia a Dusty durante los combates; una opción que puede despertar el interés de los jugadores más pequeños que quieran acompañar a su familiar o a su amistad en una aventura desenfadada que entra por ojos y oídos y que, además, aporta un mensaje que cualquier adulto no debería despreciar. Figment 2: Creed Valley llega con voces en inglés -fantásticamente interpretadas y cantadas- y textos en castellano; eso sí, durante el análisis nos hemos encontrado con algún que otro bug -tanto visuales como de rendimiento- que deberían resolverse en parches post-lanzamiento.

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