Everybody 1-2-Switch!
Review
Everybody 1-2-Switch! análisis. ¿El party-juego del verano?
Un surtido de minijuegos ultrasencillos que amenizará fiestas grandes y pequeñas
Con el verano, apetecen las reuniones entre amigos en algún hogar con piscina o cercano a la playa. Y entre baño y baño, apetece relajarse con algún título multijugador en el que todos puedan participar desde el mismo sofá. Con el calendario en mente, Everybody 1-2-Switch! es la propuesta de Nintendo para todos los públicos para amenizar fiestas grandes y pequeñas, que recuerda la inocencia de las fiestas infantiles con gusanitos y refrescos, y que ya tenemos disponible en Nintendo Switch.
Una fiesta ambiciosa
La maldición eterna que sufren los party-juegos es relegarse a ser un título superficial de corta vida que brilla en la partida de una tarde antes de ser olvidado en un cajón. Diseñar un juego que atraiga a todos los públicos, incluso a usuarios totalmente ajenos al ocio digital, es un desafío para desarrolladores especializados en el género. No obstante, Everybody 1-2-Switch! es una propuesta ambiciosa que aspira a convertirse en un party-juego versátil, destinado a fiestas caseras, reuniones familiares, salones pequeños y locales de entretenimiento con una capacidad más generosa que la de una vivienda.
En Everybody 1-2-Switch! se puede jugar hasta 8 personas con Joy-Con en una misma consola, y la misma propiedad de Nintendo Switch como consola portátil permite poder llevarla con facilidad a otros hogares, sin olvidar que seguramente debamos contar con el dock para facilitar la visibilidad entre varios jugadores, aunque la fuente de letra es lo bastante grande. En otros modos del juego, podemos sincronizar nuestro dispositivo móvil y tener 100 jugadores simultáneos, una capacidad pensada para eventos en locales de ocio nocturno o bares gamers.
Everybody 1-2-Switch! ofrece un cajón de juegos en el que podemos optar a 3 modos diferentes. Torneo por Equipos, con duraciones aproximadas de 20, 40 o 60 minutos y donde haremos girar una ruleta para seleccionar cada uno de los minijuegos, con variaciones que desbloquearemos cuando superemos las pruebas básicas. Los ganadores de cada minijuego sumarán puntos y ganará el primero en alcanzar la puntuación máxima. Si el número de miembros de equipo es desigualado, se puede optar a una compensación de puntos que favorezca al grupo más pequeño. Y, ocasionalmente, el equipo que vaya perdiendo podrá seleccionar a ciegas un comodín que le proporcione alguna ventaja, con la posibilidad de elegir una carta en blanco si la suerte no está de su parte.
En Quiz Party, exclusivo para el modo móvil. podemos acceder a un concurso de preguntas y respuestas, bien predefinidas por el mismo juego o bien creadas por los mismos usuarios. Aquí se miden las respuestas correctas y se clasifican a los jugadores según la rapidez con la que hayan contestado. Si la respuesta es incorrecta, se penaliza más a quien se haya equivocado con mayor velocidad. En esta modalidad, hemos echado en falta poder seleccionar el número de preguntas y respuestas, determinado a 10. Y, finalmente, tenemos el Bingo Party, con un bingo clásico en el que hay giros a las normas tradicionales como que se canten 3 números a la vez.
Minijuegos para todos los gustos
Nuestra velada a Everybody 1-2-Switch! será amenizada por Horacio, el maestro de ceremonias que nos explicará las reglas de cada uno de los minijuegos. Su cabeza cubierta por una máscara de caballo le da un aspecto algo perturbador, si bien se agradece que no tenga la personalidad histriónica de tantos presentadores virtuales de party-juegos, ni el toque gamberro que incentiva a la competitividad agresiva entre los jugadores. La localización y doblaje del juego tiene un cuidado excelente, como suele darse en los mismos juegos desarrollados y distribuidos por Nintendo.
En cuanto a la estética, se ha elegido una fotografía real animada como postales. En ocasiones vemos entornos cartoon o estética kawaii, según el minijuego y en consonancia con la narrativa de cada cual de ellos. Y, en efecto, dependiendo de la prueba, la ambientación cambia totalmente, pero manteniendo cohesión con una línea artística general de Everybody 1-2-Switch!. Esto también afecta a la banda sonora, que varía según la temática del juego que estemos jugando. Si estamos en Duelo de Samuráis, nos acompañará una música oriental que evocará el cine de acción japonés, mientras que en juegos como Sillas Musicales tendremos canciones alegres propias de un patio infantil.
En cuanto al surtido de minijuegos, tenemos 13 de ellos compatibles con Joy-Con, 12 con teléfono y otros 9 con ambos sistemas, y con las variaciones se asciende hasta 44 pruebas. Nintendo ha sabido solventar otro de los escollos a los que se enfrentan los party-juegos: diseñar juegos lo suficientemente sencillos para todos los públicos y, al mismo tiempo, que resulten lo bastante atractivos. En Everybody 1-2-Switch! encontramos pruebas con mecánicas simples, basadas en el sensor de movimiento de los Joy-Con y los móviles. Y, con ello, obtenemos una ludoteca interna de pruebas variadas, muchas de ellas basadas en juegos infantiles clásicos como el juego de las sillas o el escondite inglés. Otras tantas nos han parecido una versión original de juegos clásicos, como esconder un Joy-Con y que nuestro rival deba encontrarlo usando el sistema de vibración de móvil. Otras de las pruebas son versiones muy ligeras de pruebas atléticas, como la carrera de testigos o las sentadillas.
Aprender los minijuegos requiere un tutorial muy sencillo y una pequeña fase de comprobación de controles. Aunque parezca que es necesario un salón enorme para jugar, muchas de ellas pueden adaptarse a cualquier espacio y, sobre todo, la de preguntas y respuestas y el bingo pueden realizarse en una habitación pequeña. Asimismo, los minijuegos no resultan demasiado atrevidos para gente con personalidad tímida, si bien algunas de las pruebas están hechas para desinhirse un poco, como la de Caderas Poderosas. Con esto, Nintendo ofrece un party-juego para todo el mundo y al que pueden animarse a jugar gente inexperta en videojuegos o personas que necesiten ese empujón social en una fiesta. Como punto muy a favor, antes de cada prueba se requiere la confirmación de los jugadores que deseen participar, de tal modo que podemos darnos descansos a lo largo de la partida para atender cuestiones de la vida analógica.
A favor de la complicidad
Además, los minijuegos establecen la base para crear dinámicas de complicidad y competitividad sana gracias a las tablas de clasificación al final de cada prueba y las interacciones posibles con emoticonos y chat de texto, con el desafío inocente de disparar bolas de pintura al avatar de nuestros rivales. La propuesta de Nintendo se cimenta en pruebas muy sencillas y con una ambientación que invita a entrar en el papel y aplicar un poco de rol en cada una de ellas. No obstante, a Everybody 1-2-Switch! le ha faltado batir a un enemigo para convertirse en un party-juego perfecto: la precisión de los controles.
Hay algunas pruebas donde vemos que el sensor de movimiento está bien calibrado, si bien en otras acusa una sincronización extraña. Así, Ovnis, donde debemos levantar y bajar los brazos para comunicarnos con extraterrestres en su primer contacto con la Tierra, sigue una coordinación extraña, donde las mismas personas al mismo tiempo tienen resultados dispares. Otro ejemplo es el Escondite Inglés, donde el travieso niño contra el que jugamos detecta incluso los Joy-Con totalmente quietos.
Asimismo, algunos juegos se rigen por una lógica interna que no se explica claramente al jugador: en el juego de Subastas, las pujas se cierran sin dar aviso previo y sin reunir unas condiciones determinadas.
Pese a sus fallos de precisión, Everybody 1-2-Switch! hará que nos dejemos llevar a través de una pequeña yincana de pruebas divertidas y breves donde no pensaremos en los ocasionales defectos de precisión de una de ellas. Este party-juego de Nintendo, con sus variantes, tendrá una vida algo más extendida que la de una tarde, y será la base para varias veladas donde el complemento esencial lo pondremos nosotros: el cariño que nos une a nuestros compañeros de juegos y las ganas de pasarlo bien.
Conclusión
Everybody 1-2-Switch es un partyjuego ambicioso de Nintendo que logra superar dos de los mayores obstáculos del género: ofrece una variedad de pruebas lo bastante generosa como para no reducir su vida una tarde, y se trata de un party-juego que se adapta a diferentes espacios físicos y diferentes públicos. Tenemos minijuegos sencillos para todos los públicos, que logran desinhibir incluso a jugadores más tímidos y que sirven tanto para reuniones pequeñas como veladas en locales de ocio. No obstante, ojalá se hubiera calibrado mejor la precisión de algunas de las pruebas para de éste un party-juego ideal.
Lo mejor
- Minijuegos para todos los salones y públicos
- Diversidad de pruebas originales
- Se favorece la complicidad y la competitividad sanas
- Una vida algo más larga que otros party-juegos del mercado
Lo peor
- No poder personalizar la duración de Quiz Party
- La precisión mal calibrada en algunas de las pruebas
Bueno
Cumple con las expectativas de lo que es un buen juego, tiene calidad y no presenta fallos graves, aunque le faltan elementos que podrían haberlo llevado a cotas más altas. Cómpralo sin miedo.