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Crash Team Rumble

Crash Team Rumble

  • PlataformaXBO5PS55XBS5PS45
  • GéneroAcción
  • DesarrolladorToys for Bob
  • Lanzamiento20/06/2023
  • TextoEspañol
  • EditorActivision

Review

Crash Team Rumble, análisis. Zapatero a tus zapatos

Nuestro marsupial favorito hace a un lado las plataformas y los saltos para asaltar el género MOBA... pero lo hace sin demasiados contenidos y no muy inspirado.

Actualizado a

En el manga Death Note existe un poder llamado “Ojo de shinigami”. Se trata de una habilidad que te permite ver cuánto tiempo le queda de vida a la gente. Tiene un alto precio (la mitad de tu propia vida), pero gracias a ella eres capaz de conocer con exactitud cuándo morirá cada persona. Desde que los juegos servicio (GaaS) se volvieron el pan de cada día en la industria, nos sentimos como si tuviéramos ese poder. Hemos visto fracasar tantos proyectos con el mismo afán recaudador que ya hasta somos capaces de ver la fecha de caducidad en la tapa del yogur. Y creednos, ojalá no lo hiciéramos. Resulta aterrador, sobre todo cuando el implicado es un viejo amigo cuya sentencia mortal está a la vuelta de la esquina. Lo sentimos, Crash, pero ahí no es.

El nuevo juego del marsupial, Crash Team Rumble, es un party game de partidas rápidas y cortitas en las que importan más los golpes que los saltos. Pero que nadie espere una recopilación de minijuegos como la de aquel mítico Crash Bash que se midió a principios de los años dos mil con el Mario Party original y el siempre olvidado Sonic Shuffle. En esta ocasión nos encontramos ante un MOBA encubierto en el que un par de equipos de cuatro jugadores se baten por ver cuál logra recoger y depositar antes dos mil frutas wumpa en su base. No existen más modos de juego y apenas contamos con cinco mapas de salida y ocho personajes disponibles.

Un MOBA encubierto

Como en cualquier MOBA, los personajes de Crash Team Rumble cuentan con diferentes roles. Los hay, por ejemplo, que se dedican a romper cajas y amasar fruta wumpa yendo de un lado a otro del escenario como pollos sin cabeza. Son los atacante: Crash, Tawna y Catbat. Su antítesis serían los defensores, una serie de forzudos que se apalancan en las inmediaciones de la base enemiga y tratan de impedir que los rivales sumen puntos a base de golpes. Ahí estarían Dingodile y los doctores N. Brio y N. Tropy. Quedarían entonces los personajes de apoyo, a medio camino entre ambos mundos. Su misión es conquistar determinadas zonas del escenario que otorgan bonificaciones y coger reliquias con las que desbloquear armas y poderes para los compañeros. Estos son Coco y Neo Cortex y ambos se alzan como los principales encargados de poner torretas defensivas, o de desbloquear habilidades tan locas como la que nos convierte en un balón de playa que arrolla todo a su paso. Entender nuestro papel es fundamental, pues sin juego en equipo no tenemos ninguna opción.

Aunque el control no es la delicatessen que Toys for Bob se marcó en Crash Bandicoot 4, moverse a base de giros, deslizamientos y saltos sigue siendo divertido y las partidas son dinámicas y entretenidas. Y aún con sus diferencias, todos los personajes son ágiles y agradables a los mandos. Los problemas de Crash Team Rumble son otros. Dos, en concreto: un sistema de progresión terrible y una propuesta plana, en gran medida debido a la acuciante falta de contenido.

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Repetir hasta el infinito y más allá

En lo que al sistema de progresión se refiere, parece sacado de un juego para móviles y es un desastre. Subiremos de nivel exageradamente despacio y se nos incitará a grindear hasta lo absurdo para ganar cuatro recompensas cosméticas contadas que oscilan entre lo anecdótico y lo feo. Su pase de batalla actual no puede cargar una temporada de dos meses y medio sobre los hombros. Es absurdo, como también lo es que no se pueda consultar en el propio lobby entre partidas. Por no hablar de los pocos desafíos que hay o la inexplicable decisión de premiarnos sólo por hacer tres cosas: sumar frutas wumpa al marcador, golpear a otros para que no lo hagan o conquistar las zonas con gemas para ganar el bonus de puntuación. ¿Para qué centrarnos, por ejemplo, en labores de médico, si no se valora y no ofrece recompensa alguna? Existe mucho por desarrollar y pulir en este sentido. Demasiado. Faltan incentivos y motivos por los que pasarse diciendo “una partidita más” durante toda una tarde. No engancha.

Pero el pase todavía tendría un pase (badum tsss) si las partidas fueran de lo más emocionante y variado. No es así. Como decíamos, la propuesta es bastante plana. Al principio, Crash Team Rumble resulta divertido de puro accesible y dinámico, pero tras un par de horas nos invadirá la monotonía y nos encontraremos haciendo lo mismo una y otra vez. Ya ni os contamos cuando os saquéis el 90% de los logros y trofeos (cosa de dos días). Falta diversidad a todos los niveles. Echamos en falta más objetos, habilidades y acontecimientos y eventos en general con los que cambiar el curso de un enfrentamiento. Desde los primeros compases suele quedar claro quién va a ganar, las remontadas son un rara avis y las palizas están a la orden del día. Los escenarios son pocos e idénticos, mientras que los personajes están desbalanceados (resultando evidente cuáles son los mejores: N Tropy, Crash y N Brio, en ese orden). Pide a gritos nuevos objetivos, modos y posibilidades.

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¿Tiene futuro?

A día de hoy, Crash Team Rumble es tan parco en contenido y tan repetitivo que tiene muy difícil asentar cualquier clase de comunidad a su alrededor, lo que supone fracasar en su principal objetivo. Los números de las primeras semanas parecen darnos la razón. La única esperanza del juego es asumir la situación y trabajar en silencio para solventar lo endeble de su oferta. Si lo hace, quizás tenga suerte y pueda aferrarse a una segunda vida cuando baje de precio o sea carne de PlayStation Plus o Xbox Game Pass. Las declaraciones pueden antojarse duras, pero es inexplicable que no hayan apostado por el formato free to play.

Hemos esperado algunas semanas para ver cómo era la evolución, pero los eventos de fin de semana siguen siendo a todas luces insuficientes y los desafíos que rotan son demasiado escasos. De hecho, la primera adición de peso, Ripper Roo, llega tras unos días en los que han saltado todas las alarmas, pues el número de espectadores en Twitch ha sido de menos de 10 personas. Lo peor que le podría pasar es que conserve tan poca comunidad que todos sean expertos y den la bienvenida “a lo grande” a los recién llegados, pues eliminarían así una de las pocas gracias del juego, la accesibilidad y diversión inicial. La base jugable no nos parece del todo mala, pero Crash Team Rumble va a necesitar un tratamiento de choque si de verdad quiere sobrevivir.

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Conclusión

Crash Team Rumble no es el party game que esperábamos, sino un MOBA demasiado simple y parco en contenidos. Aunque la base jugable no es mala y las primeras partidas resultan dinámicas y divertidas, faltan alicientes para permanecer en él más de dos tardes. Repetitivo hasta la saciedad y con un sistema de progresión nulo, el juego va a necesitar cambios drásticos si quiere sobrevivir y consolidar algún tipo de comunidad. Después de los excelentes remakes de los juegos originales y del también estupendo Crash 4, esta entrega resulta un calamitoso paso atrás que nos hace recordar la época más oscura del personaje y temer por su futuro. Esperemos que nadie saque conclusiones de un experimento así y que o bien remonte el vuelo, o bien no le haga posponer demasiado su regreso a las plataformas.

Lo mejor

  • De entrada es accesible y dinámico.
  • La base jugable no es del todo mala y podría aprovecharse.

Lo peor

  • El sistema de progresión, descorazonador.
  • La acuciante falta de contenido.
  • Las partidas piden a gritos más variedad y posibilidades.
  • Es inexplicable que no haya sido lanzado en formato free to play.
5

Mejorable

Puede tener elementos aceptables y entretener, pero en general es una experiencia que no dejará huella. Sólo recomendable en caso de sequía de este género de juegos.