Análisis Slayaway Camp 2: Homenaje a las pelis de terror de los 80 en uno de los mejores juegos de puzles del mercado

El género de los rompecabezas siempre resulta uno de los más interesantes dentro del mundillo del videojuego, dadas las infinitas posibilidades del medio para plantear puzles y situaciones de lo más variado. Mezclar dichas posibilidades con las no menos amplias opciones narrativas que ofrece esta forma de entretenimiento electrónico nos ha ofrecido joyas del calibre de las sagas Portal o The Talos Principle, y títulos tan interesantes como Creaks de los soñadores checos Amanita Design o sorpresas independientes como el original y atractivo The Pedestrian. Tenemos que reconocer que nos encanta devanarnos los sesos con un videojuego de puzles, y es innegable que es un género que nos ha ofrecido infinidad de títulos de lo más divertidos e interesantes.

Entre dicha representación, en 2016 recibimos el excelente Slayaway Camp, divertidísimo videojuego de puzles cuya ambientación y puesta en escena homenajeaban a las películas de terror de los 80 como Viernes 13 y similares. El título estaba desarrollado por Blue Wizard Digital, estudio independiente canadiense creado por Jason Kapalka, uno de los fundadores de PopCap Games, responsables entre otros de conocidos títulos de puzles como la saga Bejeweled, Peggle o la exitosa fusión de estrategia y tower defense Plants vs. Zombies. Con estos antecedentes, no es de extrañar la enorme calidad que atesoraba el primer Slayaway Camp, título que cuenta con valoraciones “Extremadamente Positivas” en Steam, y que en época de rebajas podéis comprar por menos de un euro, estando disponible en consolas también.

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El título nos pone en la piel de un asesino similar a los que protagonizaban los sangrientos slashers de los 80-90, y nuestro objetivo consiste en acabar con la vida de desprevenidos campistas a los que damos caza, con una perspectiva humorística para la ocasión. El juego se desarrolla en una pantalla dividida en cuadrículas, presentada en perspectiva isométrica. La peculiaridad reside en que el protagonista se desliza por las casillas sin que podamos detenerlo hasta que tope con un obstáculo, debiendo calcular nuestros movimientos para llegar hasta las víctimas. De manera muy inteligente, el título va añadiendo infinidad de nuevas mecánicas para hacer que los puzles resulten siempre interesantes, aportando muchas variaciones que hay que asimilar y emplear en nuestro favor para realizar sangrientas masacres. Un título soberbio, con muchísimo contenido y muy largo, si os gusta el género os va a hacer gozar horas y horas.

Para mayor disfrute, en este 2024 que ya enfila su recta final, y en fechas que no podrían ser más adecuadas por su temática, recibimos esta continuación, un Slayawy Camp 2 que nos ha vuelto a conquistar incluso aún más que su antecesor, ofreciendo literalmente cientos y cientos de puzles, mil y una novedades en forma de interesantísimas nuevas mecánicas para los puzles, y asesinos con habilidades distintas que serán necesarias emplear en ciertos rompecabezas. Todo ello, asumiendo un riesgo enorme, ya que se ha cambiado totalmente la jugabilidad del título, dejando atrás el movimiento de deslizamiento y apostando por permitir el movimiento casilla a casilla. Y lo que en un principio parecía que simplificaba las cosas, pronto demostrará que la realidad es todo lo contrario, y pese a que a los puristas del original le chocará en primera instancia, termina por ser un cambio acertado que nos ha convencido. Si os gustan los juegos de puzzles, y la temática de asesinos en serie a lo Viernes 13 aderezada con mucho humor, Slayaway Camp 2 es un imprescindible que os enamorará. Disponible desde el 28 de octubre, es un título ideal además para estas fechas de apología del terror y lo sobrenatural, y que se lanza a un precio imbatible, solamente 12,79 euros.

Asesinatos con mucho humor

La trama, mera excusa para plantear el trasfondo de los puzzles, no es excesivamente compleja. Un grupo de pardillos poco avispados han leído un conjuro que ha devuelto de entre los muertos al asesino del primer título, el despiadado Calavera (todo parecido con Jason es mera coincidencia…) Por supuesto, y como no podía ser de otra manera, ello desembocará en un frenesí asesino campista. El título está dividido en una serie de episodios que parodian el cine de terror en que se inspira, siempre tratado todo ello con mucho humor. A mayores de Calavera, desbloquearemos varios asesinos más, con la novedad de que en esta ocasión están divididos en varias categorías, contando algunos de ellos con habilidades únicas necesarias para resolver determinados rompecabezas, a diferencia del primer título de la saga donde los asesinos solo presentaban diferencias en su apariencia.

Quizá donde sí que se ha pegado un pequeño paso atrás en cierta manera es en algunos aspectos de la presentación del título. Echamos de menos las introducciones a cada episodio de la primera entrega, un mayor abanico de formas de segar la vida de los campistas y pequeños detalles como la tonadilla cuando fallábamos un nivel y alguna cosilla más. Probablemente todo ello sea consecuencia de la ingente cantidad de contenido de esta secuela, y en ningún caso supone una omisión grave ni empaña el magnífico acabado del juego, pero son cosillas que echamos de menos. Por fortuna, el título cuenta con una estupenda localización de todos sus textos al castellano. Otro detalle importante es la posibilidad de eliminar la sangre y elementos violentos en el pertinente menú de configuración, por lo que con supervisión adulta es un título perfecto para todas las edades, ya que con dichos ajustes se convierte en un sesudo pilla pilla perfecto para los más pequeños de la casa.

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Calcula cada movimiento

El objetivo de cada rompecabezas es acabar con la vida de todos los personajes que aparezca en pantalla, constando normalmente cada uno de una pantalla fija, aunque como novedad se han añadido puzzles que transcurren en varias. Ya no es necesario alcanzar la salida tras realizar todos los asesinatos como en el anterior título, con la última muerte se nos da el rompecabezas por separado. Y, como ya hemos comentado, en esta ocasión podemos desplazar al asesino de cuadrícula en cuadrícula, no estando eso sí permitidos los movimientos en diagonal, ni para el protagonista ni para los demás personajes. Así pues, habrá que desplazar al asesino por las cuadrículas, hasta llegar a las víctimas para asesinarlas. Parece sencillo, pero por un lado siempre habrá obstáculos en el escenario, y lo que es más importante, las víctimas correrán despavoridas en línea recta cuando el asesino se sitúe en una casilla adyacente (no diagonal) y si alcanzan el borde del escenario en dicha huída el puzzle se dará por fallido.

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Así pues, habrá que arrinconar a las víctimas contra algún obstáculo para rematarlas, o incluso provocar que su huída coincida en línea recta con esa oportuna fogata que las calcinará o esa zona de agua donde se ahogarán., La base ya es muy buena de por sí, pero de manera muy inteligente se añaden constantemente nuevas mecánicas y elementos que retuercen la fórmula con maestría, haciendo que el título sorprenda en todo momento y se mantenga fresco durante las muchísimas horas que dura. A elementos como las minas explosivas, policías que nos aniquilarán o adorables gatetes cuyas vidas hay que preservar a toda costa presentes en el primer Slayaway, se añaden infinidad de nuevas vueltas de tuerca que exigirán lo mejor de nuestras neuronas. Pedruscos rodantes, arbustos con los que asustar víctimas, letales cazadores que sincronizan sus disparos con nuestros movimientos, interruptores que activan mecanismos de lo más diversos y un sinfín de locuras más convierten a Slayaway Camp 2 en uno de los videojuegos de rompecabezas con mayor número y variedad de mecánicas del mercado. Siempre hay alguna sorpresa, alguna novedad que exige buscar otra perspectiva para triunfar en nuestra categoría, en un título que engancha como pocos.

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Para rematar la faena, la progresión del título es magnífica y permisiva, de manera que resulta casi imposible que nos quedemos atascados. Siempre hay varios episodios disponibles, y las condiciones para ir desbloqueando los nuevos nunca son demasiado exigentes. Cada vez que superemos un episodio, se desbloquearán versiones nuevas y más complejas de los puzles del mismo, de manera que podemos elegir pasar a rompecabezas más accesibles en nuevos episodios o enfrentarnos a los más desafiantes desbloqueados. Y si nos atascamos en uno, siempre tendremos varios puzles disponibles, de manera que la experiencia nunca se vuelve frustrante. Los rompecabezas son muy satisfactorios, variados y con un amplio rango de desafío. Hay literalmente cientos de puzles disponibles, más de 350 según los creadores. Y si no damos con la solución de uno en concreto y nos obcecamos, existe la posibilidad de recibir una pequeña pista, y en última instancia visionar un vídeo con la resolución del mismo.

Para relajar las neuronas, hay una serie de minijuegos sencillitos de lo más variados, que nos permiten desbloquear asesinos y ganar estrellas. Pulsar una determinada secuencia de botones, dar con el mazo a un niño en el clásico jugo de topos, o acertar con una mirilla unos objetivos serán el descanso a tanto proceso cognitivo complejo a los que nos enfrenta el juego La cantidad de contenido es abrumadora, para decenas y decenas de horas. En unas 20 horas no hemos logrado completar todos los puzles, quedando varios de los más desafiantes aún en el tintero. Debido a la enorme variedad de mecánicas y el buen hacer de los creadores, esa ingente cantidad de horas siempre ha resultado satisfactoria, interesante y con nuevos elementos a asimilar. Por si esto no fuera suficiente, cuenta con un nuevo modo infinito donde tratar de realizar la mayor puntuación a base de combos de asesinatos mientras la pantalla nos recorta distancia, contando este modo con tablas de clasificaciones online que pican a tratar de mejorar nuestra posición.

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Envoltorio terrífico

Para un título como este no era necesario un despliegue gráfico espectacular, ofreciendo Slayaway Camp 2 un resultón acabado gráfico colorista y de tonos alegres que contrasta con la casquería que despliega. Elementos simples pero con detalle suficiente para los personajes, y escenarios muy variados en ambientación y localizaciones ofrecen unos gráficos correctos y cumplidores, al servicio de lo verdaderamente importante, la resolución de intrincados rompecabezas. La dirección artística de menús y elementos de interfaz evoca esos añorados 80 con mucho tino, dándole un aire añejo al acabado del juego.

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La banda sonora, resulta también muy ochentera, con mayor presencia en los menús y minijuegos y pasando más a un segundo plano en los puzles, momento en que adquiere tonos lúgubre y ominosos más calmados para no interferir con el cauce de nuestras divagaciones. Sin alardes, todo ello resulta el envoltorio perfecto para uno de nuestros videojuegos de puzles favoritos, un imprescindible que nadie que disfrute con el género se debe perder bajo ningún concepto. Además, por temática, es el título perfecto para Halloween.

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