Análisis con nota de Baldur’s Gate 3, la obra maestra del RPG occidental

Larian Studios ha conseguido lo inimaginable. La desarrolladora detrás de Divinity Original Sin 2 ha tomado una de las sagas más queridas del RPG occidental y ha construido una tercera entrega de ensueño, que supera todas las expectativas habidas y por haber. Baldur’s Gate 3 es todo lo que uno puede esperar de un juego de estas características, un título que sobresale en todos y cada uno de los apartados y que cautiva con su historia y su jugabilidad, su mundo de fantasía y sus fascinantes personajes. Es la prueba de que la simplificación de mecánicas no es el único camino en una industria que a veces toma a los jugadores por tontos.

Se trata de un RPG colosal en contenido y calidad, una epopeya ambientada en los los Reinos Olvidados de Dragones y Mazmorras que nos brinda una experiencia jugable profunda, espectacular y llena de historias y de personajes interesantes. Se alza com una de esas producciones que desprenden un aroma inconfundible a obra maestra, cuya calidad se ve, se huele, se palpa y se siente al instante. Un juego de rol de la vieja escuela, pero modernizado y mejorado hasta límites insospechados.

Esa complejidad construida sobre capas y más capas exige dedicación plena y una curva de aprendizaje progresiva. Después de todo, no es un producto que se pueda ni se deba jugar a lo loco, porque lo verdaderamente importante es explorar, interactuar con otros personajes, descubrir secretos y vivir tu propia aventura junto al resto de compañeros, ya sea en solitario o a través del multijugador online o local. Cada aventura es distinta; las variaciones, incontables. Un personaje puede morir en una partida y en otra convertirse en un aliado crucial.

En Larian han seguido una estrategia que ya les ha funcionado en el pasado. Valiéndose de la fórmula del acceso anticipado, los desarrolladores han ido perfilando todos los sistemas de juego, siempre bajo la atenta mirada de la comunidad. Han transcurrido seis años de desarrollo y tres de early access, un proceso largo pero justificado, puesto que la tercera entrega de la saga es, sin ningún atisbo de duda, el RPG de la última década, el más destacado desde The Witcher 3: Wild Hunt.

De todos los RPG de vista isométrica es el que mejor luce sin duda. Los detalles se aprecian al acercar la cámara: la calidad de las texturas y el modelado de los héroes destacan, no tanto sus animaciones faciales, un poco artificiales. La composición de las secuencias y conversaciones bebe de Mass Effect y sobresale muy por encima de sus proyectos anteriores. De banda sonora va bien servido gracias a los temas ambientales, épicos y corales. En cuanto al control, tal vez el ratón y el teclado sea su ámbito natural, pero la adaptación al mando es fantástica: la cámara, más al estilo de Dragon Age, se acerca al hombro y los sistemas se manejan a través de menús radiales muy intuitivos. La parte negativa es que es fácil equivocarse al pinchar sobre un objeto en concreto.

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La introducción: así funciona el editor de personajes y esta es la premisa argumental

El inicio, la introducción, conlleva una primera decisión crucial: el protagonista. Por un lado, se ofrece la posibilidad de manejar a uno de los campeones del grupo, los denominados personajes de origen. En otras palabras, son los compañeros que nos encontramos en la aventura y que podemos encarnar desde el principio: Lae’zel (guerrera), Corazón Sombrío (clériga), Astarion (pícaro), Gale (mago), Wyll (brujo), Karlach (bárbara) y Ansia Oscura (cualquier clase) están disponibles desde el mismo día de lanzamiento.

Si elegimos un personaje de origen podremos descubrir su historia y sus misiones exclusivas de primera mano. Por otro lado, de cara esta primera partida, nos decantamos por crear a nuestro propio héroe desde cero. Larian ha preparado un editor completísimo, no solo por las opciones estéticas, sino también por las innumerables posibilidades y variables que ofrecen las distintas clases y subclases. Las combinaciones son casi infinitas y se adaptan a cada tipo de jugador.

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El editor, cargado de opciones, esboza los rasgos físicos del héroe y mantiene ocupados a no pocos jugadores, que buscan recrear a su héroe ideal o identificarse a través de su personaje. Con todo, en la build actual no es posible cambiar su aspecto durante la partida, una opción que sí estaba presente en Divinity: Original Sin 2 y que se implementará en una futura actualización.

Han pasado más de cien años desde los acontecimientos narrados en Baldur’s Gate y Baldur’s Gate II: Shadows of Amn, las dos entregas que BioWare (Star Wars: KOTOR, Dragon Age, Mass Effect) desarrolló entre finales de los noventa y los primeros años del siglo XXI. Larian ha recogido el testigo de los también creadores de Jade Empire y ha hecho las cosas a su manera, pero manteniéndose fiel al espíritu de los clásicos.

¿Es necesario jugar a los títulos anteriores para entender los entresijos argumentales de esta tercera entrega? La respuesta es que no, cualquiera puede gozar de Baldur’s Gate 3 esté o no familiarizado con el universo y sus personajes. Por supuesto, el equipo ha vertebrado la narración de forma coherente, si bien ha integrado detalles y matices que conectan directamente con los originales. El regreso de personajes de Baldur’s Gate como Jaheira y Minsc —y de su fiel amigo, el roedor Bubú—, tiene su explicación a pesar de los años transcurridos entre la cronología de la segunda y de la tercera parte. Atan el pasado, miran al presente y caminan hacia el futuro, un futuro guiado por un nuevo grupo de héroes.

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Despiertas en el interior de un nautiloide, la nave de los azotamentes, criaturas tentaculosas que hurgan en la mente de sus víctimas y plantan su semilla en los receptáculos, es decir, dentro del cuerpo del sujeto en cuestión. El averno arde a tu alrededor y extrañas criaturas diabolescas sobrevuelan la zona. Al mirar a derecha y a izquierda, descubres estructuras carnosas y extraños artilugios, mas prefieres avanzar con prudencia y evitar contactos no deseados. Has sobrevivido al secuestro sin daños, al menos en apariencia, aunque tu destino aún no ha terminado de escribirse.

Mientras huyes, la espada curva de una githyanki se interpone en tu camino. Tras unos segundos de acalorada discusión, Lae’zel se une al equipo. Ambos sois conscientes de que el parásito de los azotamentes serpentea sibilino por vuestros cerebros, lo que os aboca a transformaros en uno de ellos con el tiempo. Ese es un problema a resolver en otro momento, puesto que primero necesitáis huir de la nave. Como campeón, usas tus habilidades arcanas y combinas la magia con el acero, destruyes a tus enemigos y te abres paso hacia la salvación. Corres, corres, corres y el enemigo espalda contra espalda, a punto de alcanzarte. En el último instante, pulsas el botón y...

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Abres los ojos, te hallas cerca de la costa, los rayos de sol calientan y tuestan la piel y el suelo mullido parece una cama de hojarasca. Los dioses lo han querido: vivirás un nuevo amanecer, pero tu única esperanza es hallar un remedio para una dolencia incurable, irreversible, ¿o quizá no? En Baldur’s Gate 3, los protagonistas han sido infectados por el renacuajo de los azotamentes. Sin embargo, los héroes tendrían que haberse transformado tiempo ha. En lugar de ello, parecen haber desarrollado una especie de resistencia. Es más, el parásito les confiere poderes especiales, aunque está en su mano aprovecharlos o no. Todo tiene consecuencias, especialmente cuando se trata de una fuente de poder.

Tal vez sea una comparación obvia y un cliché como recurso metafórico, pero es lo que mejor se ajusta a la realidad. La obra de Larian es como una cebolla, se compone de capas, que a su vez esconde otras capas. Swen Vincke, director del videojuego, explicó en entrevista con MeriStation que ni ellos mismos conocen todos los secretos del título, comprensible teniendo en cuenta su escala y la influencia de las decisiones. Baldur’s Gate 3 es una cebolla, sí, pero también un árbol. Las decisiones ramifican la historia en distintas direcciones; las hojas de cada una de ellas aportan matices y bifurcan la trama en múltiples variaciones, de modo que cada partida puede ser muy diferente.

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El nudo: dialogar, negociar, decidir y luchar

Los números brutos apabullan: 12 clases, 11 razas, cientos de hechizos, trucos, especializaciones, personajes, localizaciones... este RPG puede llegar a abrumar, así que es recomendable que los novatos en el género experimenten con los distintos sistemas para familiarizarse con ellos. El título incorpora pocos tutoriales ingame, pese a que sí cuenta con un surtido pormenorizado de guías básicas y avanzadas dentro del menú principal.

Como adelantábamos al principio de este texto, estamos ante un producto que requiere dedicación, lectura y estrategia. Es un juego denso en forma y contenido, lo que no significa que sea aburrido, más bien todo lo contrario. El talento de Larian Studios se refleja tanto en la escritura como en su concepción como juego sistémico. En Baldur’s Gate 3 colindan varios sistemas que se entrecruzan y que añaden un toque de imprevisibilidad muy gustoso. Desde los diálogos y las decisiones hasta las luchas, pasando por la tirada de dados, la exploración, el sigilo, la gestión del inventario o las acciones.

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El rol de papel, dados y tablero plasmado en formato videojuego. Larian sigue la escuela del RPG occidental y mejora Divinity: Original Sin 2 en absolutamente todos los apartados. La base es la misma que la de Baldur’s Gate y Baldur’s Gate 2, de forma que las conversaciones siguen siendo uno de los pilares que sostienen todo lo demás.

En los últimos años, el género ha tendido a la simplificación de sus mecánicas, como ocurrió con Mass Effect o Dragon Age: las opciones se identifican mediante un sistema cromático que distingue las decisiones moralmente adecuadas (en color azul) de las reprobables (en color rojo). Este enfoque tan maniqueo se deja de lado en Baldur’s Gate 3, que se nutre de una escritura preñada de matices, drama, significados y significantes. No todas las decisiones de diálogo se tiñen de blanco o de negro, el gris más sutil también tiene su papel.

Convencer al interlocutor e influir en su comportamiento depende de distintos factores. Los atributos de los campeones repercuten en el devenir de la conversación, que se dirime con una tirada de dados. Por ejemplo, usamos la percepción, la intimidación o nuestros conocimientos arcanos para activar una línea de diálogo concreta. A continuación, aparece uno (o varios) dados en pantalla. Para superar la tirada tendremos que igualar o superar la cifra que se nos indica. Si disponemos de objetos bonus optaremos a añadirlos a la tirada a fin de incrementar las posibilidades de éxito.

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Una de las cosas más satisfactorias de Baldur’s Gate 3 es dejarse llevar por los hechos y las consecuencias. Sí, es posible cargar otro guardado anterior cuando no nos guste lo que ha ocurrido, pero el fluir de los acontecimientos tiene su encanto. Sea como fuere, la decisión se amolda a los gustos de cada uno. Al tratarse de un título tan sistémico, existe un espacio para la imprevisibilidad, algo que introduce un factor sorpresa gratificante. Durante un combate, dos guerreros rechazaron ayudarnos y se escondieron dentro de una cueva. Mientras luchábamos, conseguimos usar el poder del renacuajo y manipular la mente del enemigo, que se retiró junto al resto de bestias de su camada. Cuando accedimos a la guarida, las criaturas no nos hicieron daño y nos topamos con los cadáveres de los desdichados desplomados en el suelo; su sangre, todavía fresca. Ni que decir tiene que nos quedamos con sus rutilantes armaduras.

La decisión de eliminar los alineamientos morales clásicos de D&D ha sido acertada. Sin esas constricciones, los personajes evolucionan de acuerdo con sus decisiones y no restringidos por los límites que establecen etiquetas como “legal bueno”, “caótico malvado” o “neutral”.

El juego está lleno de misiones principales y secundarias, por no hablar de las historias protagonizadas por los compañeros. Es el modo de conocer sus intenciones y motivaciones, al tiempo que desarrollan su carácter. Como todo en esta obra, las decisiones del jugador y la forma en la que abordan las conversaciones dirigen la narración hacia un lado o hacia el otro. Una decisión en un momento determinado puede modificar drásticamente el destino de cualquier personaje.

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BioWare fue una de las primeras desarrolladoras en introducir romances variados e inclusivos. Con paso firme y decidido, Larian camina por los mismos vericuetos y ofrece opciones para todos los gustos. Del mismo modo que el resto de historias, los personajes transitan por los caminos del corazón y lo alcanzan de distintas maneras: una relación, solo sexo, tonteo entre distintos miembros del equipo... aún nos queda mucho por explorar.

Dentro del campamento, los compañeros se relajan y se suceden todo tipo de situaciones argumentales. Además, cumple un propósito jugable, ya que los descansos largos recuperan los puntos de habilidad y los hechizos de los héroes. Conlleva un gasto de recursos, pero a cambio obtenemos dos descansos cortos por día, que nos permiten recuperar parcialmente nuestros poderes. Como todo RPG que se precie, comerciar, obtener piezas de equipamiento, robarlas o equiparlas forma parte de la experiencia.

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La localización de un producto con más de 170 horas de cinemáticas (no concatenadas, salen en función de las decisiones) e incontables líneas de diálogo implica un trabajo casi inabarcable, pero el equipo español liderado por Ramón Méndez (colaborador de MeriStation) ha realizado una excelente labor de traducción al español. Los giros, los chistes, las expresiones y los juegos de palabras se trasladan a la perfección, un trabajo nada sencillo dada la densidad y la complejidad de los textos.

Una de las diferencias principales entre los Baldur’s Gate de BioWare y los de Larian es que los combates de la tercera entrega no funcionan en tiempo real sino por turnos. Cada uno de los personajes dispone de puntos de movimiento a consumir durante un turno determinado, por lo que decidir la ubicación del personaje en el campo de batalla y sus ataques, hechizos o maniobras de defensa resulta crucial.

El sistema interioriza las reglas 5e de D&D, una evolución con respecto a las 2.5 de los anteriores capítulos. Las tiradas de dados invisibles, las probabilidades y otras variables determinan si un movimiento tiene éxito o no. La desarrolladora de Gante ha creado un combate profundo y estratégico, dotado de tridimensionalidad, puesto en el campo de batalla se tienen en cuenta todos los elementos: la posición de los enemigos, si te encuentras en una zona alta o baja, los obstáculos y los objetos que podemos utilizar en nuestro beneficio (o que pueden penalizarnos). Por ejemplo, lanzar un hechizo de fuego sobre un bidón de pólvora provocará una gran explosión que afectará a los que se hallen en el perímetro, ya sean amigos o enemigos.

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Las posibilidades son tan variadas que podemos separar al grupo, hacer que solo alguno de ellos se lance a la batalla mientras otros desarrollan otra actividad o aventurarnos en solitario dentro de una mazmorra. En definitiva, Larian brinda las herramientas y el jugador decide cómo utilizarlas y combinarlas de modo estratégico y de acuerdo con una circunstancia dada.

El título no es fácil y requiere cierto compromiso por parte del jugador, un compromiso que obliga a aprender sus fundamentos, aunque incluye tres modos de dificultad que se puede ajustar casi en cualquier momento de la partida. El modo más sencillo tampoco es un paseo, el jugador tendrá que seguir trazando sus estrategias si quiere sobrevivir. No existe subida de nivel automática, por lo que hay que las mejoras y especializaciones se eligen de forma manual.

No es comparable a The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom, aunque la sistematicidad de su jugabilidad permite experimentar y buscar diferentes soluciones a un mismo problema. Posicionar barriles explosivos cerca de un jefe goblin y de sus tropas para luego encender la mecha puede decantar la batalla antes incluso de que comience; empujar a un enemigo posicionado cerca de un barranco hará que se despeñe; y más allá del combate, llegar hasta un punto concreto del mapa puede parecer imposible, pero si jugamos con las acciones o usamos un hechizo de vuelo quizá lleguemos a una zona que parecía inaccesible. Las misiones y secretos aparecen en cualquier esquina.

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El desenlace, un juego de 10

Baldur’s Gate 3 se ha coronado como una obra maestra del rol. Mientras tanto, Larian Studios sigue trabajando en añadir nuevas características y arreglar los bugs, casi inevitables en un producto tan complejo e inabarcable, pese a que el trabajo del departamento de QA ha sido pulcro y escrupuloso.

Portamos la espada, blandimos el bastón de mago y pronunciamos las palabras del sortilegio. De vuelta a la ciudad de Puerta de Baldur nos aguardan más aventuras emocionantes.

Análisis de la versión PC, código cedido por ICO Partners en representación de Larian Studios