Análisis de TMNT: Splintered Fate. Las tortugas a las que rezamos

Cuatro décadas han pasado desde que las Tortugas Ninja emergieron del subsuelo neoyorquino para conquistar el mundo, y su impacto sigue siendo tan fuerte como el primer día. Desde su génesis en 1984 como un cómic independiente de Kevin Eastman y Peter Laird, los héroes de caparazón han evolucionado hasta convertirse en una potente franquicia global, capaz de capturar la imaginación de multitudes y de imponer su estilo en cada rincón del universo mediático. Y es que, tras conquistar en taquilla con Caos Mutante, que ya tiene secuela y videojuego en camino, y junto al reciente lanzamiento de Mutant Wrath, las Tortugas Ninja están listas para una nueva ofensiva. “TMNT: Splintered fate”, que salió hace unos meses para dispositivos móviles, llega ahora a Nintendo Switch con algunas mejoras que realzan la experiencia en sobremesa.

Con la irrupción de los quelonios en escena, “TMNT: Splintered Fate” nos invita a bucear en una travesía que logra fusionar lo mejor de ambos mundos: el carisma indestructible de las Tortugas Ninja y la siempre demandante estrategia de los roguelike. Una experiencia que nos reta a cada paso, donde la diversión y la nostalgia golpean fuerte, pero también lo hace el desafío.

Go turtles!

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Todo comienza con la desaparición del maestro Splinter, el mentor y figura paterna de las tortugas. Una noche, sin previo aviso, nuestro querido sensei es capturado por las fuerzas del Clan del Pie, lideradas por el implacable Shredder. La noticia llega a nuestros héroes a través de un mensaje críptico, que no solo confirma el secuestro, sino que también les advierte de la aparición de misteriosos portales interdimensionales que han empezado a surgir en distintos puntos de la ciudad.

La aventura nos conduce a las entrañas de Nueva York, con niveles generados aleatoriamente, llenos de enemigos implacables y trampas meticulosamente colocadas para poner nuestras habilidades. Con cada partida, el título nos invita a explorar desde las oscuras cloacas hasta las calles llenas de vida, atravesando fábricas en ruinas, azoteas elevadas y numerosas habitaciones secretas. A esto se suma el concepto de los portales interdimensionales, que serán el nexo (de entrada y salida) que nos conectará con cada uno de los lugares a los que nos enviarán de forma impredecible.

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La alcantarilla, oscura y llena de secretos, será el refugio y la base de operaciones de nuestras tortugas. Desde allí, podremos comprar objetos, subir los stats de nuestro personaje o viajar hacia nuevas rutas. Aunque también será el lugar donde despertaremos tras caer en combate. Cada vez que muramos, reiniciaremos desde el primer nivel, aunque el juego nos ofrece la posibilidad de aplicar mejoras permanentes que harán más llevadero el progreso en los intentos posteriores (y como en cualquier roguelite, de hecho, caeremos de forma recurrente).

Pero, antes de empezar nuestra partida y salir al exterior para lanzarnos a explorar los niveles, solo nos quedará decidir con qué tortuga -Donnie o Micky, si sois seres de luz– vamos a comenzar la misión. Una vez decidido esto, comienza nuestro baile.

Luchar, morir y renacer como un héroe

Como es costumbre, cada uno de los cuatro héroes que nos presentan —Leonardo, Donatello, Michelangelo y Raphael— tiene sus propias características en combate. Leonardo, con su katana en mano, es el equilibrio perfecto entre ofensiva y defensa, ideal para jugadores que prefieren un enfoque más táctico. Raphael, con su agresividad y fuerza bruta, es la opción para aquellos que disfrutan del combate directo, destrozando a sus enemigos con fuerza descomunal. Donatello, por otro lado, es el cerebro del grupo; sus habilidades tecnológicas permiten manipular el entorno y ofrecer soporte, ideal para controlar el campo de batalla. Y Michelangelo, con sus nunchakus, aporta rapidez y agilidad, perfecto para esquivar ataques y golpear en el momento justo.

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Estas habilidades no solo son útiles para combatir a los enemigos que se nos crucen en el camino, sino también para superar algunos pequeños desafíos que los escenarios nos imponen. Ya que en ocasiones necesitaremos la fuerza de Raphael para destruir barreras, la tecnología de Donnie para hackear sistemas, la velocidad de Mickey para esquivar trampas mortales o el liderazgo de Leo para mantener la calma en situaciones de alto riesgo. Cada uno, con su respectiva función dentro del grupo, que además incluye también en un modo cooperativo local y online (o en solitario si lo preferimos) de hasta cuatro jugadores simultáneos.

Habilidades: Un Arsenal de Posibilidades

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Otro punto importante es la personalización de nuestra build, un proceso en el que tendremos que evaluar las mejoras temporales disponibles y cómo se combinan con nuestras habilidades tanto básicas como avanzadas. La variedad es amplia, con potenciadores temporales y un vasto conjunto de poderes que permiten personalizar los ataques de nuestras tortugas.

Ya sea mediante elementos, sombras, luz o técnicas samuráis -como el ataque de lluvia de shurikens o caída de meteoritos-, las mejoras ofrecen la posibilidad de aplicar estrategias diferentes en cada partida. Dependiendo del elemento que recojamos, desbloquearemos diversas mejoras, como realizar ataques críticos, obtener inmunidad temporal o hacer que los enemigos exploten al ser derrotados. Aunque todas las tortugas comparten un sistema de control similar, con tres ataques básicos, una herramienta ninja, un ataque especial y un movimiento de esquiva (con su potente dash), son las habilidades pasivas las que realmente marcarán la diferencia en batalla.

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Conforme avancemos y aumentemos nuestros atributos, el juego los distribuye en dos áreas: una centrada en el arma y otra, denominada “inspiración,” dedicada a la mejora de nuestras habilidades. Aquí es donde entran en juego todos los recursos que recolectemos durante la aventura, ya sean monedas o artefactos. Estos se podrán invertir en mejoras permanentes, como aumentar el daño, la vida o la eficiencia en la recolección, aunque también tendrán un papel importante en el avance de la historia. Gracias a la ayuda de nuestra reportera de confianza, April o Neil, cada artefacto que recojamos nos acercará un paso más a descubrir el paradero de Splinter. Ya sea revelando pistas clave, desbloqueando mejoras o desplegando la ayuda de los mouser bots.

Tortas como panes: El arte de sobrevivir

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Nos enfrentaremos a una amplia variedad de enemigos, desde las clásicas hordas del Clan del Pie hasta personajes tan queridos como Bebop, Rocksteady y Oroku Karai. A pesar de la modestia y la simplicidad de los escenarios, el auténtico reto se nos presenta con la llegada de los jefes finales, haciendo que cada batalla se convierta en un desafío que nos hará sudar la gota gorda en más de una ocasión. Al vencerlos, dejarán caer objetos únicos según la tortuga que hayamos utilizado, lo que nos animará a experimentar con todas las opciones en lugar de limitarnos a la tortuga que nos resulte más cómoda -o que nos guste más-.

La invitación a rejugar es clara y constante, con la libertad de modificar la dificultad a nuestro antojo y ajustar varios modos personalizables en cualquier momento de la partida. Aun así, es en el cooperativo donde el juego más brilla, mostrando su verdadero potencial.

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Inspirado en los cómics de IDW, “TMNT: Splintered Fate” se enriquece de la colaboración directa de Kevin Eastman, co-creador de las Tortugas Ninja (que se dice pronto), y la editorial IDW Publishing. Juntos han logrado capturar la atmósfera oscura que define a los cómics, manteniendo intacto el carisma y humor inconfundible que define a nuestras tortugas. A pesar de esto, tal vez la falta de una trama más arriesgada nos deja con un sabor algo agridulce, teniendo en cuenta al equipo detrás del proyecto. Y es que, aun entendiéndolo como un título core gameplay, hay elementos narrativos que se omiten como la aparición de los portales (entre otros), que hubiese sido interesante contar.

A pesar de todo, las tortugas salen bien paradas. Situadas en un entorno que recuerda a Hades, el título nos ofrece un título de calidad que, sin duda nutre la franquicia. Con una jugabilidad notable, su modo cooperativo eleva la experiencia al doble, convirtiéndose en una auténtica fiesta -o pesadilla- para los jugadores. Algo a comentar es que hemos notado problemas en el cooperativo, con caídas de frames y errores que pueden provocar salidas del sistema sin poder guardar el progreso, lo que puede resultar frustrante tras un buen rato de juego.

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La versión para Switch también presenta sus tropiezos, con cuadros de texto a menudo desajustados en el modo portátil, y una traducción al español que podría haber sido algo más pulida. A pesar de estos detalles, “Splintered Fate” es una buena puerta de entrada para quienes deseen iniciarse en el género, y, si eres amante de las Tortugas Ninja, no puedes dejar pasar esta compra.

(Corred insensatos, ahora lo tenéis en oferta en la Nintendo Shop hasta el 15 de septiembre)

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